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Este hombre tiene un gato gordo. Logró engañar a una aerolínea pero le cazaron. Ahora aceptará su castigo

“Violé las reglas y tiene todo el derecho de actuar”, aseguró este pasajero tras burlar las normas de forma imaginativa.

Mikhail Galin es un ciudadano ruso hasta hace poco anónimo. Este hombre tiene un gato, y lo aprecia lo suficiente como para no desear que, cuando viaja en avión, tenga que pasar muchas horas encerrado en la bodega.

Quiere que viaje con él en la cabina.

El problema del gato es que está demasiado gordo.

En concreto, supera las 18 libras (ocho kilogramos) que la aerolínea rusa Aeroflot impone como límite para obligar a un animal de compañía a viajar en la bodega.

El hombre encontró un truco para engañar a la aerolínea, pero le han descubierto y le han castigado de una forma que le ha dolido particularmente.

El pasado 6 de noviembre publicó en su página de la red social Facebook cómo había logrado viajar sin problemas con su gato en el regazo desde la capital rusa, Moscú, hasta la ciudad de Vladivostok, a ocho horas de distancia en avión y en la costa del Pacífico.

Viktor, el gato obeso que Mikhail Galin logró colar en la cabina de un avión de Aeroflot. Foto: Mikhail Galin.

Antes había volado desde Riga, la capital de Lituania, sin problema alguno: su gato no fue pesado por los empleados de la aerolínea. Pero en Moscú le comunicaron que sobrepasaba el límite y debía viajar en la bodega, según relató el hombre en Facebook.

En concreto, el gato pesaba 22 libras (10 kilogramos). ¡A la bodega!

Pero el hombre se negó, y perdió así su boleto. Decidió entonces pedir ayuda por internet para encontrar a los dueños de otro gato que sí cumpliera el límite de peso.

Empleó entonces las millas que acumulaba en su perfil de Aeroflot para reservar un nuevo billete. Cuando llegó la hora de pesar a su gato, presentó el gato que le habían prestado para la ocasión, y una vez pasó el trámite, lo devolvió y siguió su camino con su verdadero felino.

Ya en el avión, el hombre se fotografió bebiendo champán con el gato en el regazo, y luego lo publicó en Facebook contando toda su peripecia.

Pero su publicación ganó tanta popularidad que terminó siendo leída por la aerolínea, que comprobó en sus cámaras de seguridad lo ocurrido y decidió castigar al hombre.

“Teniendo en cuenta varios cargos de violación deliberada del acuerdo de transporte aéreo, Aeroflot ha decidido excluir a este pasajero de su programa de fidelización Aeroflot Bonus. Todas las millas acumuladas durante toda su participación en el programa serán canceladas”, expresó la empresa en un comunicado.

Galin había acumulado 370,000 millas, según le relató a NBC. Pero aceptó el castigo: “La ley es dura, pero es la ley”, afirmó citando una máxima latina (“Dura lex, sed lex”).

“Violé las reglas y el transportista tiene todo el derecho de actuar", admitió.

Pero los gatos gordos aún pueden tener suerte.

El caso ha atraído sin embargo la atención dell Parlamento ruso. El miércoles, el jefe del comité de Ecología, Vladimir Burmatov, envió una solicitud a la aerolínea “para que se le devuelvan las millas anuladas al dueño del gato gordo y que se revisen las reglas sobre el transporte de animales, [de manera a que haya] una mayor flexibilidad”.

Burmatov pidió a la aerolínea que ofrezca a los dueños de animales la oportunidad de pagar tarifas por exceso de peso si exceden el límite.