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“Hay detenidos”. El FBI ayuda a México a capturar a los asesinos de la familia mormona LeBaron

“Todos estaban sangrando realmente mal, así que intentaba ir rápido para llegar allí”, explica el joven que caminó 10 millas para salvar a sus hermanos malheridos.

“Hay detenidos”, ha dicho este lunes el secretario mexicano de Seguridad, Alfonso Durazo, sin concretar más: “No vamos a adelantar, no nos corresponde”, añadió, aunque sí dejó claro que todos los que participaron en la masacre de Sonora “están identificados”.

Julián LeBarón, familiar de las tres mujeres y seis niños asesinados presuntamente por narcotraficantes el 4 de noviembre, ha indicado, citando una conversación con Durazo, que son tres los arrestados.

“Lo más difícil para mí ha sido decir adiós”, ha explicado por su parte David Langford, marido y padre de tres de las víctimas (su mujer y dos hijos de 11 y 2 años). “Despedirme de dos vidas inocentes que fueron truncadas y una esposa vibrante que vivió una vida plena que tuvo muchos amigos y a la que todos querían”, aseguró a la cadena ABC.

Ahora dice que no sabe “adónde ir”, su vida está “patas arriba”, pero, añade, “no vale la pena vivir con miedo”.

Su familia viajaba en tres vehículos que fueron atacados de madrugada cuando viajaban a través del estado mexicano de Sonora en dirección al de Chihuahua para visitar a unos parientes. Las autoridades mexicanas sospechan que uno de los cárteles que se disputa el control de ese territorio confundió al convoy por vehículos de un grupo rival. 

El Buró Federal de Investigaciones (FBI, en inglés) colabora desde hoy con las autoridades mexicanas, que le requirieron su ayuda el domingo por vía diplomática, según la cadena Fox News. Las nueve víctimas tenían nacionalidad estadounidense y mexicana.

Así lo confirmó esta mañana Durazo: “En el caso de la investigación concreta estamos obviamente abiertos, el Gobierno norteamericano ha dado todas las facilidades en el caso de la investigación de la masacre de El Paso”, explicó, “y en reciprocidad estamos correspondiendo para que tengan todas las facilidades y acceso a la información respecto a la tragedia de la familia Le Barón”.

Aquella madrugada sobrevivieron ocho niños que viajaban en las camionetas, entre ellos Devin Langford, de 13 años, que escondió a sus hermanas entre unos arbustos y partió en busca de ayuda, caminando 10 millas hasta el poblado de La Mora, donde vivía su familia.

Lo hizo pensando en su madre y en sus dos hermanos, que acababan de ser asesinados, según ha contado a la cadena ABC, y pensando “si había alguien más ahí fuera tratando de” dispararle o siguiéndole los pasos.

Arropado por su padre, David, el adolescente ha contado que primero intentó huid con sus hermanos: “Caminamos un poco, hasta que no pudimos llevarlos más” en brazos, “así que les pusimos en los arbustos para que no los dispararan ni nada, y eché a andar”. “Todos estaban sangrando realmente mal, así que intentaba ir rápido para llegar allí”, añadió.