En total, seis niños y tres mujeres murieron mientras que siete pudieron escapar con vida, todos menores, cinco de ellos fueron trasladados a Arizona para tratar las heridas que sufrieron durante la agresión en un camino de terracería en el norte de México.
Los pacientes atendidos en Phoenix, Arizona, se encuentran estables, como Cody que acababa de cumplir 8 años y recibió un tiro en la quijada y otro en la pierna. A Alexander de 4 años le dieron en la espalda. Kylie de 14 años es la mayor, pero no pudo ir a pedir ayuda porque recibió un disparo en el pie, Brixton tiene 8 meses y está vivo tras recibir un tiro en el pecho, mientras que otra bala le rozó la muñeca.
"Gracias a Dios todos están estables, algunos fueron operados y uno de ellos va a necesitar varias cirugias", dijo Leah Langford, tía de los niños hospitalizados
Todos viajaban en el vehículo que llevaba el grupo más grande, eran 9 hermanos, siete se salvaron porque uno de ellos, Devin Blake Langford, de 13 años, escondió a los demás entre arbustos y ramas, y caminó durante más de seis horas para buscar ayuda.
Cuando los seis hermanos esperaban, Kylie, la mayor de ellos envió a McKenzie de 9 años a pedir ayuda porque su hermano no regresaba, pero se perdió. Fue hallada más tarde por familiares.
Se espera que más miembros de las familias lleguen al hospital para apoyar a los menores.
"El drama de esto y lo que le pasó a estos niños, viendo a su madre cuando era ejecutada y a otros familiares quemados en carros. El daño psicológico a estos niños será para siempre horrible, horrible”, lamentó Willie Jessop, otro familiar.
Hoy los menores tendrán que recuperarse de sus heridas causadas por las balas y, sobre todo, por el trauma tras presenciar el asesinato de su madre y dos de sus hermanos.
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