Un 8 de noviembre hace exactamente quinientos años, el tlatoani Moctezuma II recibió en lo que ahora es Ciudad de México al español Hernán Cortés, en un encuentro que marcó el futuro de México y también la vida de la España colonizadora. Hoy, dos descendientes de Moctezuma y de Cortés sostuvieron su propio encuentro, aunque con mucho menos en juego.
Federico Acosta, mexicano que es de la décima sexta generación descendida del último emperador del centro de poder azteca de Tenochtitlán, y Ascanio Piglatelli, italoestadounidense relacionado a los hijos de Cortés, se dieron un abrazo como parte de un acto simbólico.
La reunión entre los herederos fue en el mismo sitio donde se cree que se saludaron Moctezuma y Cortés, en el centro histórico de la actual capital mexicana por donde antes se extendía la ciudad de Tenochtitlán.
“Aquí fue el encuentro de dos culturas y hoy lo que recupero es que necesitamos recobrar esas identidades, de la cultura de aquí, una súper civilización que podía lograr grandes cosas, porque los mexicanos de hoy también podemos tener logros así”, dijo Acosta en el evento, que fue organizado por el documentalista mexicano Miguel Gleason para el proyecto Granito de arena.
La conmemoración simbólica del evento sucedió en un contexto de renovada tensión diplomática en torno a la conquista, que, entre otras cosas, diezmó a la población indígena del continente americano por los enfrentamientos y las epidemias que llegaron con los españoles.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, envió en marzo pasado una carta al gobierno español de Pedro Sánchez y al Vaticano para pedirles una disculpa oficial por “matanzas, imposiciones” y actos de la conquista. El presidente Sánchez reviró que el tema del “pasado compartido” no puede juzgarse “a la luz de consideraciones contemporáneas”.
Acosta y Piglatelli dijeron estar de acuerdo con lo dicho por el gobierno español. Aunque Piglatelli, el descendiente de Cortés, declaró que “sí debemos saber de dónde venimos, y entonces pido perdón por lo que pasó con mis ancestros”. Agregó que también considera importante “dejar ir el pasado, para que podamos empezar de cero y pensar a futuro en qué podemos hacer para trabajar ahora más unidos y de manera justa”.
La idea de cómo celebrar y rememorar una fecha como la de ese encuentro es algo que ha provocado debates. Aunque a consideración del antropólogo Eduardo Matos Moctezuma, lo importante no es tanto si celebrar o condenar, sino reconocer que de ese encuentro “finalmente nace el México de hoy”.
Por su parte, los consanguíneos del último tlatoani y del conquistador español dijeron que, a pesar de apenas conocerse en estos días, ya se sienten como familia.
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