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EEUU cree que Arabia Saudí usó a dos empleados de Twitter como espías

Es la primera vez que se acusa a este reino aliado de Washington de espiar en territorio estadounidense
Peatones pasan cerca de la sede de Twitter en San Francisco, California.
Peatones pasan cerca de la sede de Twitter en San Francisco, California. AP / AP

El Departamento de Justicia cree que dos exempleados de Twitter fueron espías de Arabia Saudí cuando trabajaban en la empresa en EEUU, según reveló este miércoles. Este país es aliado de Washington. 

Los dos antiguos trabajadores de la red social "minaron los sistemas internos de Twitter" para hallar información personal sobre destacados disidentes del régimen saudí y otros “otros miles de usuarios" de la plataforma, según la acusación gubernamental. 

Los fiscales sospechan que el intento de espionaje está vinculado con el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman, poderoso hijo de 34 años del rey Salman. 

Los dos ex empleados son Ali Alzabarah, de 35 años y ciudadano saudí, y Ahmad Abouammo, de 41 años y ciudadano estadounidense. Las autoridades creen que fueron reclutados por otro ciudadano saudí, Ahmed Almutairi, quien trabajó presuntamente de intermediario y también está bajo el foco de la investigación.

Los tres están acusados de actuar como agentes ilegales de un Gobierno extranjero, es decir, espionaje. Abuammo además es sospechoso de destrucción, alteración o falsificación de documentos en una investigación federal.

El hombre, detenido el martes, espió supuestamente las cuentas de tres usuarios a petición del Gobierno saudí. El otro presunto espía, Alzabarah, llegó presuntamente a acceder a información de más de 6.000 usuarios en el año 2015. Ahora se cree que este acusado estén Arabia Saudí.

Los investigadores indican que Almutairi, quien trabajaba de asesor para la familia real saudí, reclutó a Alzabarah y lo llevó a Washington en 2015, en la ocasión de una visita de la familia real del país árabe, en la que partecipaba también el príncipe heredero Mohammed. 

Una semana después, a su regreso a San Francisco, donde se encuentra la sede de Twitter, Alzabarah empezó a acceder sin autorización a información reservada de usuarios, entre ellos 33 personas buscadas por la policía de Arabia Saudí. 

Tras admitir que accedió a información sin permiso alegando que lo hizo por curiosidad, fue puesto en licencia administrativa y se marchó a su país junto a su familia, según las autoridades.

El diario The Washington Post asegura que una de las cuentas espiadas por Alzabarah fue la del disidente Omar Abdulaziz, cercano al también disidente y colaborador de ese periódico Jamal Khashoggi, asesinado en el consulado saudí en Estambul (Turquía) en octubre de 2018. 

Funcionarios estadounidenses y un informe de investigación de las Naciones Unidas implicaron al principe Mohammed en ese asesinato. El heredero saudí dijo que tiene la responsabilidad final de lo que sucede en nombre del reino, aunque niega orquestar la matanza.

Bajo el mando del rey Salman y de Mohammed, Arabia Saudita bajo ha callado y detenido agresivamente a los críticos del Gobierno. Twitter es uno de los espacios más masivamente usados por los ciudadanos de ese país para expresar sus opiniones: lo usan uno de cada tres (sobre una población total de 30 millones de personas). 

El fiscal del Gobierno David Anderson aseguró por su lado que no se permitirá “que compañías estadounidenses o tecnología estadounidense se conviertan en herramientas de represión en el extranjero en violación de las leyes de EEUU".

El Gobierno saudí, por su lado, hasta el momento no ha hecho comentarios a través de su embajada en Washington. Se trata de la primera vez que se acusa a este país aliado de EEUU de espiar en territorio nacional. 

Twitter emitió un comunicado en el que aseguró que "limita el acceso a información sensible a un pequeño grupo de empleados que han sido entrenados y cuyos antecedentes han sido comprobados" y dijo que cooperó con la investigación. 

"Entendemos los riesgos increíbles que enfrentan muchos que usan Twitter para compartir sus puntos de vista con el mundo y hacer responsables a los que están en el poder", dijo el comunicado. "Tenemos herramientas para proteger su privacidad y su capacidad de hacer su trabajo vital".

La querella criminal fue presentada en la Corte Federal del Distrito Norte de California en San Francisco, donde la compañía tecnológica tiene su sede. Dos órdenes de arresto fueron emitidas para Alzabarah y Almutaidi, mientras que Abuammo sigue bajo custodia. 

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