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Este hombre pagó 70 dólares al ‘Hitler mexicano’ para envenenar una sinagoga. Ahora quería volarla

Tres agentes secretos del FBI tendieron una trama a un presunto terrorista racista que quiso completar su "guerra santa" en Colorado.
Richard Holzer (izquierda), y una imagen de archivo de un cordón policial.
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Tres agentes encubiertos del FBI arrestaron este viernes a un supremacista blanco acusado de planear un atentado terrorista contra una sinagoga en Pueblo, una ciudad de 110.000 habitantes en las laderas de Colorado, según señalan documentos judiciales.

El acusado es Richard Holzer, de 27 años y vecino de Pueblo, que según el FBI usó varias cuentas en la red social Facebook para promover su ideología racista e instigar actos de violencia, empleando además el servicio de mensajería y las conversaciones en grupo para ponerse en contacto con otros supremacistas.

“Ojalá el Holocausto hubiera sucedido de verdad, tienen que morir”, escribió por ejemplo en un mensaje el pasado 3 de septiembre. “Los odio con toda pasión”, decía en agosto, presumiblemente sobre los judíos. Además, aparecía en imágenes posando con pistolas y rifles semiautomáticos, y simbología racista. “Si voy a causar un tiroteo, literalmente voy a morir en él”, escribía en mayo.

El pasado 28 de septiembre, un agente encubierto del FBI contactó con Holzer a través de Facebook, haciéndose pasar por una mujer que apoyaba esa misma ideología racista. Un día después, tras intercambiar mensajes y fotografías, Holzer le confesó que había pagado a un cocinero mexicano para envenenar una sinagoga local poniendo arsénico en las cañerías en octubre de 2018.

El hombre al que supuestamente contrató se apodaba El Hitler Mexicano, y aceptó el encargo “barato” porque también odiaba a los judíos. Le pagó 70 dólares y, según dice, recibió fuertes críticas de otros supremacistas por emplear a un mexicano.

El documento judicial no indica cómo acabó aquel plan.

El 3 de octubre, Holzer le dijo al agente encubierto del FBI que estaba preparándose para “la guerra santa racial”, y fue a la sinagoga de Temple Emanuel a investigar cómo llevar a cabo un atentado con veneno, posiblemente arsénico, en la noche de Halloween.

Esa sinagoga es la segunda más antigua de Colorado (fue construida en 1900), y sirve a una pequeña comunidad judía en la ciudad.

El 17 de octubre, tres agentes encubiertos se reunieron con Holzer y otro hombre en un restaurante de Colorado Springs, a 40 millas de Pueblo. Holzer les explicó cómo “un brujo”, al que había pagado 70 dólares, hizo un ritual y puso arsénico en el agua de la sinagoga hace un año, precisamente el 31 de octubre; la gente enfermó, añadió, sin aclarar si alguien había muerto, y el templo cerró durante meses.

Este año pretendía repetir el ataque, pero con cócteles incendiarios y explosivos.

Fueron los agentes del FBI los que le proporcionaron explosivos (inertes, y por tanto inofensivos), y terminaron por arrestarlo el 1 de noviembre antes de que pudiera ejecutar su atentado, según los documentos judiciales.

Ahora está arrestado bajo la acusación de terrorismo doméstico.

El pasado mes de mayo fue arrestado otro presunto supremacista blanco, Wesley Gilreath, acusado de planear un atentado contra otra sinagoga, según el diario The Colorado Sun. El 27 de octubre de 2018, 11 personas murieron en in ataque con armas de fuego contra la sinagoga Tree of Life en Pittsburg (Pennsylvania).

Los ataques racistas crecieron un 17% en 2017, con un fuerte incremento de los crímenes de odio antisemitas, según el Departamento de Justicia. En 2018 se dispararon un 35%, según la Liga Anti-Difamación.