La oficina del alguacil del condado de Contra Costa, California, confirmó en la noche del viernes la muerte de una quinta persona tras un tiroteo que desencadenó el infierno en una fiesta de Halloween en Orinda, en el norte de este estado.
Se trata de una joven de 19 años, quien falleció este viernes en un hospital, en un momento no especificado por las autoridades. Anteriormente, los investigadores habían informado de que hubo cuatro muertos y al menos cuatro heridos.
El tiroteo se produjo alrededor de las 10.50 pm, hora local, del jueves, según explicó la policía. Los agentes acudieron a la escena del crimen, una casa ubicada en un suburbio rico a 15 millas (24 kilómetros) de San Francisco, y se encontraron el caos: había personas golpeadas fatalmente por balas de arma de fuego, algunos heridos, y muchos participantes en la fiesta huyendo, según relataron. En el evento había más de 100 personas.
Devan, un participante en la fiesta que pidió que no se difundiera su apellido, contó a The Associated Press que estaba disfrutando de la música y viendo bailar a la gente cuando oyó disparos y “todos empezaron a correr, desesperados”. Los gritos de la gente aterrorizada le parecieron interminables. “Había personas cayéndose, y algunos ayudaban a sus amigos. Fue una situación aterradora. Y cuando ya todos estaban en el pánico, hubo más disparos”, agregó.
Tres personas, todas procedentes en el área de la Bahía de San Francisco, murieron en el lugar. Otras dos fallecieron tras ser trasladadas a un hospital. La Oficina del Sheriff del Condado de Contra Costa los identificó el viernes por la noche como Tiyon Farley, de 22 años, de Antioch, Omar Taylor, de Pittsburg, de 24 años, Ramon Hill Jr., de 23 años, Javin County, de 29 años y Oshiana Tompkins, de 19 años.
Algunas personas heridas fueron trasladadas a hospitales, y otros se dirigieron a buscar atención sanitaria por su cuenta, agregaron las autoridades.
La policía indicó que la casa en la que se celebró la fiesta estaba en alquiler en “una plataforma de renta de apartamentos a corto plazo”. Una fuente conocedora de esta contratación afirmó a AP que se trata de la conocida página Airbnb, y que la mujer que la rentó le dijo al propietario que lo hizo para proteger a algunos familiares del humo de uno de los incendios forestales que arrasaron en las últimas semanas varias zonas de California.
Según la misma fuente, quien aceptó hablar bajo condición de anonimato, la mujer mintió al Michael Wang, el dueño de la vivienda, que le recordó antes de firmar el acuerdo con ella que tenía prohibido organizar fiestas en su propiedad. El hombre contó al San Francisco Chronicle que unos vecinos le alertaron del evento, y que él y su esposa llamaron a la policía para interrumpirlo, pero antes de que pudieran hacerlo, se produjo el tiroteo.
Airbnb hizo saber a través de un portavoz que estaba investigando “con urgencia” lo acontecido, según AP. La plataforma eliminó a la persona arrendataria y quitó al inmueble del listado de casas disponibles. También confirmó al Chronicle que el dueño de la vivienda había prohibido fiestas.
Posteriormente, un portavoz de la plataforma dijo que se decidió tras el tiroteo de Orinda prohibir las fiestas en casa y "doblar los esfuerzos" para evitar comportamientos abusivos de los usuarios.
Documentos de la ciudad de Orinda muestran que el pasado marzo se emitieron violaciones referidas a Wang por exceder la ocupación máxima permitda en la casa (en Orinda el límite es de 13 personas) y por estacionamiento ilegal de vehículos. El administrador de la ciudad, Steve Salomon, dijo que el hombre resolvió quejas anteriores presentadas en febrero por exceso de ocupación y ruido y en julio por exceso de basura.
La policía hasta el momento no ha ejecutado ningún arresto relacionado con los trágicos eventos del jueves. Las autoridades, quienes encontraron dos armas de fuego en la escena del crimen, siguen investigando lo acontecido y buscan un motivo que podría haber desatado el tiroteo.
"No tenemos ninguna razón para creer que [los autores] se quedaron en la zona", dijo el jefe de la policía de Orinda, David Cook. "Y tampoco para creer que son de Orinda", agregó. El Chronicle sostiene que en la localidad, que tiene unos 20.000 habitantes, solo se produjeron dos asesinatos en lo que va de siglo.
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