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Decapitaciones, lapidaciones, atentados masivos: el legado de terror de al-Baghdadi

El "terrorista número uno del mundo", como lo definió Trump, murió este sábado al suicidarse durante un operativo de las fuerzas de EEUU en Siria
Un fragmento de un vídeo que supuestamente retrata a Abu Bakhr al-Baghdadi, líder de ISIS fallecido este sábado.
Un fragmento de un vídeo que supuestamente retrata a Abu Bakhr al-Baghdadi, líder de ISIS fallecido este sábado. Al-Furqan media / via Flashpoint vía NBC / Al-Furqan media / via Flashpoint vía NBC

Abu Bakr al-Baghdadi, el líder del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), murió este sábado en el noroeste de Siria durante una operación militar de EEUU, según anunció el presidente, Donald Trump. Se trataba del terrorista “número uno del mundo”, recordó el mandatario.

¿Cómo llegó este “erudito religioso austero con gafas de montura metálica sin una aptitud conocida de asesino y combatiente” (como lo define el Washington Post) a ocupar la posición de criminal más buscado por las autoridades estadounidenses?

Sobre esta figura siempre ha habido cierto misterio. El Post remarca que su presencia era sombría, ya que al Baghdadi apareció en público solo unas pocas veces y rara vez permitió que se escuchara su propia voz. 

De hecho, el líder de ISIS no apareció públicamente durante al menos cinco años, entre 2014, cuando se autoproclamó en Mosul, la segunda ciudad de Irak, “califa” y soberano de todos los musulmanes, y abril de este año.

Trump dijo que murió “como un perro”, de forma “cobarde”. Según relató, huyó por un túnel mientras perros y soldados de EEUU lo perseguían, y se suicidó al hacer explotar un chaleco que llevaba junto a tres de sus hijos. En su fuga, estuvo “gimoteando, llorando, gritando" todo el tiempo, agregó el presidente.

Sin embargo, The Associated Press recuerda que al Baghdadi se podrá recordar como un líder despiadadamente calculador que llevó el terror al corazón de Europa y estableció una organización de breve trayectoria y un carácter tan extremo que fue rechazada incluso por Al Qaeda.

Tras ponerse al frente del Estado Islámico en 2010, al Baghdadi logró con sus milicias conquistar entre Irak y Siria un territorio del tamaño de Reino Unido, explica The New York Times. Su proyecto fue recrear un “califato” islámico de inspiración medieval, y para ello estuvo dispuesto a utilizar cualquier medio. 

Los militantes bajo su mando fueron algunos de los primeros yihadistas en crecer en Internet. Estos combatientes explotaron hábilmente las redes sociales para promocionar sus éxitos militares, documentar sus matanzas masivas, decapitaciones y lapidaciones, y promover su causa ante una audiencia global.

Orígenes de una historia de sangre y muerte

El nombre originario de al-Baghdadi es Ibrahim Awwad Ibrahim Ali al-Badri al-Samarrai. El hombre en algún momento de 1971 en Samarra, Irak, a unos 95 kilómetros (60 millas) al norte de la capital del país Bagdad, según una lista de sanciones de la ONU.

Los detalles de sus primeros años de vida son oscuros. Una breve biografía publicada en foros yihadistas en línea en julio de 2014 es uno de los pocos elementos que ofrecen supuestamente detalles sobre esta figura. Se trata de un presunto documento afirmaciones, que no se puede confirmar de forma independiente.

Este texto remonta su linaje a la tribu Quraysh del Profeta Muhammad. Describe a al-Baghdadi como proveniente de una familia religiosa sunita y afirma que obtuvo un título en recitación coránica de la Universidad de Saddam para Estudios Islámicos, el principal centro de la capital iraquí.

Sumergiéndose en el mundo arcano de los códigos religiosos del siglo VII, se hizo cada vez más conservador, según The Post. Los conocidos recordaban como, en edad universitaria, se ofendía al ver a hombres y mujeres bailando en la misma habitación durante las celebraciones de la boda.

Según los sitios web afiliados al Estado Islámico, en 2004 al-Baghdadi fue detenido por las fuerzas estadounidenses en Irak y enviado a la prisión de Bucca por contra EEUU. 10 meses después fue puesto en libertad y se unió a la rama de al-Qaida en Irak de Abu Musab al-Zarqawi. 

Así nació el Estado Islámico

Al-Zarqawi fue asesinado por las fuerzas estadounidenses en un ataque aéreo al norte de Bagdad en 2006 y al-Baghdadi se convirtió en un aliado fiable de otras figuras relevantes de la organización, hasta asumir el control de la organización, cuyo nombre se convirtió en Estado Islámico de Irak. 

El grupo ya se había debilitado en años de incursiones estadounidenses e iraquíes, así como por la movilización de un gran número de combatientes sunitas opuestos a su ideología extremista. Pero la progresiva retirada de las tropas occidentales, que culminó con la retirada de EEUU en 2011, le dieron una oportunidad de rescate.

Desplegando atacantes suicidas, explosivos en las carreteras, coches bomba y hombres armados con kalashnikov, al-Baghdadi aumentó el ritmo de los asaltos contra las fuerzas del gobierno iraquí y los civiles chiítas. El ataque a dos cárceles del área de Bagdad en julio de 2013, que liberó a más de 500 presos, permitió reforzar las filas del grupo.

El caos del levantamiento contra el presidente Bashar Assad en Siria le brindó la posibilidad de expandir su influencia. Al-Baghdadi envió milicianos para crear un grupo extremista sunita de ideas afines conocido como el Frente Nusra, que los rebeldes sunitas más moderados inicialmente recibieron con beneplácito.

Pero en abril de 2013, al-Baghdadi anunció lo que equivalía a una toma hostil del Frente Nusra, diciendo que lo estaba fusionando en un nuevo grupo conocido como el Estado Islámico de Irak y el Levante. La medida tomó por sorpresa al Frente Nusra y al comando central de al-Qaeda.

Un reinado de horrores con algunos servicios

Ambos grupos intentaron frenar sus acciones, pero no lo consiguieron pese a decidir distanciarse de él, quien siguió con sus planes. En 2014, al-Baghdadi consiguió expandir su dominio en Irak. Y en junio de ese año, se autodeclaró “califa” del Estado Islámico en la segunda ciudad de Irak, Mosul, proclamando una nueva nación (nunca reconocida por la comunidad internacional) bajo el imperio de la ley islámica. Posteriormente, también extendió su territorio en amplias zonas de Siria.  

El Times destaca que lo que creó fue un dominio basado en la brutalidad, pero también una estructura capaz de ofrecer servicios como la recogida de la basura o certificados de nacimiento o matrimonio. 

Después de que miles de iraquíes yazidíes, seguidores de una antigua religión vinculada al zoroastrismo, fueran atacados por los combatientes de al-Baghdadi, el entonces presidente de EEUU, Barack Obama, empezó el 8 de agosto de 2014 una serie de ataques aéreos contra ISIS. Otro motivo de esta ofensiva fue salvaguardar los intereses de Estados Unidos, incluido un consulado en la capital regional kurda iraquí de Irbil.

Los militantes del Estado Islámico respondieron decapitando a prisioneros occidentales, comoo el periodista independiente James Foley, y publicando sus acciones en horribles videos en línea.

Pero con el paso del tiempo, los aliados estadounidenses y árabes lograron ampliar la campaña contra el Estado Islámico también en Siria, en apoyo a las milicias kurdas del noroeste del país comprometidas contra el Estado Islámico desde hacía tiempo.

Bajo presión en ambos países, ISIS empezó a mirar hacia afuera, reclamando la responsabilidad de los ataques del 13 de noviembre de 2015 en París, en los que murieron 130 personas, y del 22 de marzo de 2016, en Bruselas que dejó 32 muertos. Pero en pocos años, su territorio se redujo tanto en Siria como en Irak hasta casi desaparecer.

El 30 de abril de este año, al-Baghdadi apareció supuestamente en un video por primera vez en cinco años, reconociendo la derrota en la última fortaleza del grupo en Siria, anunciada poca semanas antes por EEUU. En esa ocasión, prometió una "larga batalla". Apareció con una espesa barba gris y roja, vistiendo una túnica negra con un chaleco beige y sentado en el piso con lo que parece ser un rifle AK-74 apoyado a su lado.

El hombre afirmó que los bombardeos de Pascua en Sri Lanka que mataron a más de 250 personas fueron "parte de la venganza" contra Occidente. "Nuestra batalla de hoy es una guerra de desgaste para dañar al enemigo, y deben saber que la yihad continuará hasta el día del juicio final", dijo al-Baghdadi ese día.

Pocos meses después, a sus 48 años de edad, una operación de EEUU respaldada por otros países, como aseguró Trump, hizo que la que fue su batalla, y la pesadilla de sus víctimas se acabara para siempre. "Abu Bakr al-Baghdadi está muerto", aseguró con solemnidad el presidente de Estados Unidos.  

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