El presidente, Donald Trump, ha dicho que está revirtiendo su plan para celebrar la próxima reunión de líderes mundiales del Grupo de los Siete en su resort de golf de Doral, Florida.
Tras ser acusado de usar la presidencia para enriquecerse, Trump anunció su cambio de opinión en la red social Twitter el sábado por la noche.
“Basado en la loca e irracional hostilidad de los medios y los demócratas, ya no consideraremos al Trump National Doral, Miami, como el sitio anfitrión del G-7 en 2020", escribió el mandatario. Añadiendo que su Administración "comenzará la búsqueda de otro sitio, incluida la posibilidad de Camp David, de inmediato".
El jefe de gabinete interino del presidente, Mick Mulavey, realizó una conferencia de prensa el jueves anunciando la elección de Doral para la cumbre. Insistió en que su personal concluyó que era "de lejos la mejor instalación física".
Mulvaney ha afirmado que la Casa Blanca utilizó el mismo criterio para la selección de las sedes en administraciones anteriores, que incluía características como el número de habitaciones, la proximidad a los aeropuertos, las instalaciones médicas y las áreas de aterrizaje para helicópteros.
Mulvaney ha dicho que organizar el G-7 en Doral le traería al gobierno "aproximadamente un 50 por ciento de ahorro". Sin embargo, no ha proporcionado cifras exactas, ni ha señalado cómo el Gobierno llegó a esta determinación. También ha añadido que la Administración discutió la posibilidad de organizar la cumbre en Doral sin costo alguno, pero afirmó que finalmente "no fue posible".
La última vez que Estados Unidos organizó el G-7 fue en 2012, cuando el presidente en ese entonces, Barack Obama, lo celebró en Camp David, una propiedad del gobierno ubicada en Maryland.