Algunas recientes decisiones del presidente, Donald Trump, en temas clave de política internacional han generado malestar en algunos de sus propios aliados, miembros del Partido Republicano.
Entre ellas, según un reporte del Washington Post, están los anuncios de querer hospedar el próximo año un mitin del G-7 en su resort de Florida y la retirada de las tropas de EEUU desplegadas en el norte de Siria, escenario de una guerra en acto entre Turquía, que invadió la región, y milicias kurdas que habían sido hasta hace poco aliadas de Washington en la lucha contra el Estado Islámico y controlaban el área.
Así mismo, también tienen preocupados a algunos republicanos los últimos avances del caso Ucrania, en el que está implicado Trump, después de que la Casa Blanca reconociera y luego retractara una de las principales acusaciones que se le mueven.
Actualmente, los demócratas mantienen en el Congreso una investigación para averiguar si hubo presiones del presidente a su homólogo ucraniano para obtener retorno político, en concreto para que el país eslavo indagara sobre presuntas conductas ilegítimas (hasta ahora no demostradas) de su gran rival político Joe Biden y el hijo de este, Hunter Biden. Esta situación podría llevar a un juicio político contra Trump, lo que podría provocar su destitución.
El Post asegura que en las últimas 48 horas más de 20 legisladores y funcionarios del Congreso expresaron señales de preocupación creciente entre los republicanos por los pasos que ha movido Trump en la última semana.
Muchos se mostraron contrarios a la decisión de Trump de organizar una cumbre internacional en un complejo de su propiedad. Distintos aliados del presidente también se manifestaron enfurecidos por la admisión (luego retratada) del jefe de gabinete interino de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, de que EEUU retuvo ayudas militares destinadas a Ucrania por razones políticas. Otros expresaron enojo por el aparente abandono del presidente de los aliados kurdos en Siria.
Según el Post, si bien los principales líderes republicanos y la mayoría de sus partidarios siguen respaldando a Trump, la alarma crece en un grupo de aliados hasta el momento tranquilos e incluso entre algunos de sus más firmes defensores. Un número cada vez mayor piensa que ahora es más difícil ayudarlo a sobrevivir políticamente ante un juicio político y lograr que gane las elecciones en 2020 y defenderlo
“No sé si puedo defenderlo”
Por un lado, su anuncio de querer organizar el mitin del G7 en el resort Trump National Doral de Miami debilita su propio argumento de que Biden actuó ilegítimamente cuando permitió que su hijo hiciera negocios en Ucrania mientras él era el vicepresidente durante la administración de Barack Obama y tenía un papel activo en la gestión de una crisis política en ese país, según algunos de ellos.
Ahora, dicen, Trump podría estar haciendo algo parecido a lo que reprocha a su rival, ya que al organizar una cumbre internacional desde la Oficina Oval en una de sus propiedades privadas da muestra de poder intentar obtener beneficios políticos o económicos particulares.
“Tienes que salir y tratar de defenderlo. Bueno, yo no sé si puedo hacer eso”, expresó con frustración Mike Simpson, representante republicano por Idaho. "No tengo dudas de que Doral sea un lugar realmente bueno. He estado allí, lo sé. Pero políticamente no es la mejor opción”, agregó.
Otros están alarmados por la admisión retratada de Mulvaney. El representante por Florida Francis Rooney aseguró el viernes que se está pensando si vota a favor de un juicio político. "Lo único que puedo asumir es que quiso decir lo que tenía que decir: que hubo un quid pro quo [intercambio] en este asunto", dijo en referencia al hecho de que el funcionario de la Casa Blanca confirmó en principio la sospecha de que la retirada de ayuda militar a Ucrania se hizo para intentar presionar al país a investigar presuntas acciones ilícitas de los demócratas en 2016.
Otro aliado de Trump aseguró a NBC News que la situación le parece “un desastre”. Y el ex gobernador de Ohio John Kasich, quien se postuló contra Trump en las primarias republicanas de 2016, dijo que ahora apoya la destitución del presidente. La admisión de Mulvaney, en su opinión, fue la "gota que colmó el vaso". "Las últimas 24 horas realmente me obligaron a repensar todo esto", dijo en la CNN.
Por su lado, el legislador de Kentucky Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en el Senado, criticó en un artículo de opinión publicado en el Post la decisión de Trump respecto a Siria. "Retirar a las fuerzas estadounidenses de Siria es un grave error estratégico", escribió.
Tras días de ataques en territorio sirio de las fuerzas turcas y milicias aliadas contra combatientes kurdos —que tuvieron que buscar protección de Rusia y del ejército del Gobierno sirio, no aliado de Washington— EEUU y Turquía anunciaron un supuesto cese al fuego a cambio de que los kurdos retrocedieran de una zona de fronteriza con Turquía. Sin embargo, estos denuncian que los turcos siguen atacándoles. En poco más de una semana, decenas de miles de civiles tuvieron que huir de la zona de conflicto.
Estrategia de defensa
Mientras tanto, Trump ha seguido con su estrategia de defensa basada en duros ataque a los demócratas, entre ellos los que llevan a cabo la investigación contra él. En unos de sus últimos tuits, por ejemplo, llamó “corrupto” al representante demócrata Adam Schiff, uno de los que desarrollan la investigación contra él, y reiteró que solo se trata de una “caza de brujas”.
El jueves, en un acto de campaña en Dallas, Texas, llamó varias veces “loca” a la presidenta de la Cámara de los Representantes, la demócrata Nancy Pelosi.
En varias ocasiones, defendió también sus decisiones respecto a la crisis de Siria, alegando que así EEUU se queda al margen de conflictos “sin fin”.
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Trump llamó "loca" varias veces a la demócrata Nancy Pelosi, en un evento en Texas