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Un hermano gemelo cruzó la frontera con su padre. El otro, con su madre. Su suerte fue diferente

“La buena noticia que ustedes ya están en Estados Unidos”, les dijo un agente de la Patrulla Fronteriza al padre, “la mala noticia es que irán de vuelta a Juárez”. Luego todo se volteó.

Nostier Leiva Sabillon y Anthony Leiva Sabillon son hermanos gemelos, tienen 12 años, y cruzaron la frontera entre México y Estados Unidos con solo unos días de diferencia. Los hermanos tienen solicitudes de asilo idénticas, pero la política migratoria del presidente, Donald Trump, les separó durante meses, según ha informado el diario Los Angeles Times.

La familia Leiva Sabillon cruzó la frontera en junio cerca del monte Cristo Rey con la intención de dejarse detener por agentes de la Patrulla Fronteriza para remitir su solicitud de asilo y así quedarse legalmente en Estados Unidos.

Los padres creyeron que si entraban por separado, cada uno con un niño, aumentarían las posibilidades de quedarse legalmente en el país.

No fue cómo ellos esperaban.

Nostier Leiva Sabillon y su padre, Carlos Leiva Membreño, fueron dejados en libertad en Texas a la espera de su cita ante la corte, pero Anthony Leiva Sabillon y su madre fueron enviados de vuelta a esperar al otro lado de la frontera como parte de la medida Remain in México (Permanezca en México)

“La buena noticia que ustedes ya están en Estados Unidos”, les dijo un agente, según el padre, “la mala noticia es que irán de vuelta a Juárez”.

Días después, sin embargo, y sin haber recibido muchas preguntas, fueron dejados en libertad y les dieron la orden de presentarse ante una corte en Maryland. Luego se mudaron con familia a Houston (Texas), donde Leiva Membreño deberá comparecer el 1 de agosto de 2020.

“Dios tuvo a sus ángeles protegiéndome a mí y a mi hijo”, ha dicho Leiva Membreño, que ha conseguido un trabajo ya aunque en Idaho.

Mientras tanto, Anthony Leiva Sabillon y su madre, Dilcia Sabillon Aceituno, se encontraban a 740 millas en Ciudad Juárez (México).

Sabillon Aceituno le dijo a las autoridades de inmigración que tuvieron que salir de Naco (Honduras) porque miembros de una mara, que según ella habían matado a dos de sus primos, los estaban presionando para que pusieran a los gemelos a trabajar con ellos vendiendo drogas.

Después de escucharla, las autoridades la enviaron de vuelta a México, donde acabó en un refugio ubicado en Anapra, un barrio peligroso, hasta su audiencia en una corte en El Paso (Texas), el 15 de agosto.

La madre y el niño se acomodaron en una habitación sin electricidad con otros cuatro migrantes. El menor fue victima de matoneo y la mujer fue agredida físicamente.

En agosto, el juez encargado de la audiencia remitió a la madre a una entrevista con un oficial encargado de solicitudes de asilo que rechazó el caso y los envió a México a los pocos días. Las autoridades le programaron otra audiencia un mes después.

Mientras el hermano que cruzó con el padre ya estaba en la escuela aprendiendo inglés, Anthony Leiva Sabillon seguía en el limbo.

Cuando llegó el día de la nueva audiencia, los oficiales de inmigración recolectaron las pertenencias de los migrantes que tenían que presentarse ante el juez, incluida una maleta donde Sabillon Aceituno tenía la aplicación de asilo.

El juez le preguntó por los documentos, pero como no los tenía, le dijo que si no quería más tiempo para llenar otra aplicación corría el riesgo de ser deportada a Honduras.

Todo parecía indicar que la mujer y el niño tendrían que emprender el viaje de regreso a Juárez, pero esta vez el oficial que la entrevistó por teléfono determinó que serían dejados en libertad en territorio estadounidense mientras la solicitud era resuelta.

Luego de pasar una semana bajo custodia, fueron liberados el 4 de octubre. Al siguiente día ya estaban en un autobús de camino a Houston.

Sabillon Aceituno y Anthony Leiva Sabillon tienen programada otra comparecencia en corte el próximo 12 de diciembre.