IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

Reino Unido y UE anuncian un acuerdo para el Brexit. Ahora el primer ministro británico tiene un reto complicado

Boris Johnson tiene unas horas para lograr los apoyos necesarios para ratificar el pacto, pero distintas fuerzas políticas aseguran que no están dispuestas a dárselos
Boris Johnson, el primer ministro británico, en una imagen de archivo.
Boris Johnson, el primer ministro británico, en una imagen de archivo. AP / AP

Han pasado más de tres años desde que la mayoría de ciudadanos británicos decidió que Reino Unido tenía que salir de la Unión Europea. Pero el divorcio todavía no se ha consumado. 

Ahora este país y los representantes de las 27 naciones europeas con las que más estrechamente ha compartido su historia reciente han anunciado que encontraron un acuerdo para llevar a cabo la separación. Aunque todavía quedan retos por superar.

El que parece tener el papel más complicado es Boris Johnson, el primer ministro de Reino Unido, quien tendrá que sumar los apoyos suficiente en el Parlamento de su país para ratificar el pacto. Sin embargo, debido a que distintas fuerzas políticas se niegan de momento a aprobarlo, Johnson no tiene nada fácil completar esta misión. 

Ambas partes anunciaron el resultado de las negociaciones como un pacto clave, tras meses y meses de negociaciones infructuosas y acuerdos tentativos rechazados que habían hecho temer a muchos que ya no cabía posibilidad de entendimiento. 

“Tenemos un gran nuevo acuerdo que nos permite retomar el control”, anunció este jueves en Twitter el líder británico. “Donde hay voluntad, hay acuerdo”, le hizo eco poco después Claude Juncker, presidente de la Unión Europea.

Una separación drástica entre Reino Unido y la UE, sin acuerdos en temas fundamentales para ambas partes como el comercio, el control de las fronteras, el estatus de ciudadanos europeos que viven en Reino Unido y británicos en países europeos, podría conllevar graves consecuencias tanto para este país como para la estabilidad global, según alertan algunos observadores.

Juncker aseguró que el pacto alcanzado este jueves es "justo y equilibrado" y testifica el “compromiso” de la UE “para lograr soluciones". "Recomiendo que el Consejo Europeo lo respalde", recalcó, invitando así a los líderes de los miembros de la UE, que se reúnen este jueves en esta institución, a dar luz verde al plan.

Por su lado, Johnson mantuvo que el pacto permite al país tomar el control de “leyes, fronteras, economía y comercio sin interrupciones” y “establece una nueva relación con la UE basada en el libre comercio y la cooperación amistosa”. 

Uno de los obstáculos principales en los últimos meses de negociaciones era la gestión de la única frontera terrestre común entre el Reino Unido, compuesto mayoritariamente por la isla de Gran Bretaña y por Irlanda del Norte, una porción de territorio en la vecina isla de Irlanda, y la UE, de la que la República de Irlanda forma parte. 

El acuerdo sellado este jueves prevé que Irlanda del Norte siga alineada con ciertas normas del mercado único europeo, pero forme parte del territorio aduanero del Reino Unido, por lo que serán las autoridades británicas las que controlan que se cumplen esas reglas.

En el pacto también se ha prevé que el Parlamento norirlandés pueda pronunciarse sobre la continuidad de estas soluciones para evitar una frontera física en la isla de Irlanda cuatro años después de su entrada en vigor.

VARIOS ACTORES ESCÉPTICOS EN EL TABLERO

Pero uno de los actores en el tablero más escépticos con este pacto es justamente el Partido Unionista Democrático norirlandés, (DUP, en inglés), hasta ahora aliado de Johnson, que ha afirmado que no está de acuerdo y no lo puede votar en el Parlamento de Reino Unido.  "Tal como están las cosas, no podríamos apoyar lo que se sugiere", afirmó en un comunicado.

A esta formación se han sumado otras voces críticas. El líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, ha calificado el acuerdo de "aún peor" que el alcanzado por Theresa May, predecesora de Johnson, quien tuvo que dimitir el pasado mayo después de que su pacto con la UE fuera rechazado en repetidas ocasiones por los legisladores británicos.

Y también Nigel Farage, líder del Partido del Brexit, que aboga por un divorcio duro, aseguró que su partido no votará a favor del pacto, al considerar que “no es un Brexit” y mantendría al país ligado a la UE en múltiples formas. A estos se han agregado también, de momento, los Liberal Demócratas y el Partido Nacionalista Escocés, contrarios a este divorcio. 

Johnson, quiendijo en el pasado que el 31 de octubre habría Brexit con o sin acuerdo, tiene 48 horas para conseguir los apoyos necesarios para salir adelante con su plan. Este sábado, está prevista una sesión en la Cámara de los Comunes para determinar si una mayoría lo aprueba. 

El líder británico necesita el respaldo del DUP, porque su Partido Conservador no tiene suficientes escaños parlamentarios para gobernar solo. Ahora puede que tenga que recurrir a los conservadores moderados, varios de los cuales fueron expulsados del partido por oponerse a su estrategia sobre el Brexit, e incluso a miembros del opositor Partido Laborista.

Johnson se declaró optimista sobre la posibilidad de sumar votos suficientes. El DUP, en su comunicado, puntualizó que "seguirá trabajando con el Gobierno para tratar de obtener un acuerdo sensato que funcione para Irlanda del Norte y pueda proteger la integridad económica y constitucional del Reino Unido". Por su lado, Corbyn pidió un nuevo referéndum.

En un carta dirigida al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, Juncker pidió este jueves a los Veintisiete que den luz verde al texto revisado y a la nueva declaración de intenciones sobre la futura relación entre la Unión Europea y el Reino Unido, e instó a avanzar "con rapidez" hacia el debate sobre esa vinculación futura.

Según Juncker, la nueva declaración política sobre la relación futura refleja el cambio de voluntad del nuevo Gobierno británico, que tras la llegada de Boris Johnson se ha mostrado partidario de un estatus más distante en su vinculación futura con la UE.

Si sale adelante en Londres, el sello final lo pondrían los embajadores de la Unión Europea, el domingo, y la Eurocámara durante su pleno de la próxima semana en Estrasburgo, según habían explicado fuentes diplomáticas este miércoles.

Fuentes parlamentarias dijeron a Efe que la Eurocámara podría votar el acuerdo el próximo miércoles, previa revisión de su comisión de Asuntos Constitucionales, pero insistieron en que el Parlamento Europeo no celebrará ese voto si la Cámara de los Comunes no ratifica el acuerdo durante el fin de semana.

RELACIONADAS

El "huracán" que supuso el Brexit