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“Somos seres humanos”. Paso en la frontera sur quedó cerrado durante más de 12 horas por protesta de migrantes

Cientos de solicitantes de asilo obligados a esperar la resolución de sus casos en la ciudad mexicana de Matamoros pidieron que se les escuche y se quejaron de las condiciones en las que viven
Un niño observa este jueves a agentes de la Patrulla Fronteriza durante una protesta organizada por migrantes en la frontera entre Matamoros México y Brownsville (Texas).
Un niño observa este jueves a agentes de la Patrulla Fronteriza durante una protesta organizada por migrantes en la frontera entre Matamoros (México) y Brownsville (Texas). Edgar Muñoz/Noticias Telemundo / Edgar Muñoz/Noticias Telemundo

"Muchos son niños, no podemos regresar, somos seres humanos, no podemos regresar a nuestros pueblos”, explicaba este jueves en el paso fronterizo entre Matamoros, México, y Brownsville, Texas, un migrante que no quiso identificarse.

Como otros miles, está esperando en suelo mexicano mientras EE UU procesa su solicitud de asilo. Y el que indicó es uno de los motivos que los llevaron a él y a otros cientos de indocumentados a bloquear ese cruce entre los dos países como signo de protesta: muchos llevan esperando meses, y piden que se les escuche. 

La protesta empezó en la madrugada del jueves, y llevó a las autoridades a tener que mantener cerrado uno de los puentes internacionales que conectan las dos ciudades de frontera durante más de 12 horas, según constató el enviado de Noticias Telemundo en el terreno, Edgar Muñoz. 

A partir de la 1.30 am, los solicitantes de asilo, provenientes de Centroamérica y otras partes ocuparon el puente vehicular internacional de Gateway, ubicado en este punto de la frontera. Algunos incluso durmieron sobre tapetes o sus abrigos; también había niños y bebés.

La agencia EFE asegura que en un principio también bloquearon otro puente, el de Brownsville-Matamoros, en el que el tráfico se reanudó unas dos horas después.

Desde hace casi dos meses, más de un millar de migrantes acampan junto a ese cruce internacional en tiendas de campaña donadas por distintas ONG a la espera de poder ingresar a EEUU. 

La situación se debe a un programa del Gobierno, inaugurado el pasado enero y conocido con la denominación de Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés), que permite a las autoridades devolver a México “algunos extranjeros” solicitantes de asilo para que esperen allí la resolución de su petición.

Los que optaron por ocupar el puente son alguno de ellos, hartos de la lentitud de los trámites, la falta de información clara y las malas condiciones en las que viven, según sostienen. 

“No queremos obstaculizar el tránsito, sólo que alguien hable con nosotros y esta era la única forma de intentarlo”, dijo Ernesto Banegas, un albañil hondureño de 51 años que huyó de su país después de que secuestraran a su hijo de 5 años.

A Carla Moradel, una mujer de 21 procedente del mismo país, le gustaría que le aclararan si su futuro puede ser en EEUU. “Que nos digan sí o no”, explicó “Si me hubieran dicho claro que no, me hubiera vuelto a Honduras, pero todavía creo que hay una oportunidad”. En Honduras, agregó, no encontraba trabajo, y por eso tuvo que marcharse junto a su hijo de 5 años. 

El bloqueo causó largas filas, también en otros puentes internacionales que conectan Matamoros y Brownsville. Sin embargo, hacia la tarde y después de un cierre de 13 horas, los migrantes se alejaron y las autoridades estadounidenses reabrieron el cruce, el que más tráfico peatonal entre Brownsville y Matamoros tiene (un 80%).

Bajo una práctica denominada dosificación, las autoridades estadounidenses en muchos cruces fronterizos aceptan apenas unos cuantos solicitantes por día. The Associated Press encontró alrededor de 19.000 nombres en las listas de espera de cuatro ciudades fronterizas visitadas a finales de julio.

En el pasado, la frustración por las políticas de Estados Unidos para limitar las solicitudes de asilo generó intentos masivos de cruzar la frontera. En un inicio, las autoridades temieron que también este jueves se produjeran cruces ilegales masivos, por lo que de ambos lados de la frontera se activaron operativos de alerta para evitarlo. Sin embargo, el campamento en el puente de Matamoros pareció más una protesta que un intento por cruzar.

Por la tarde, el alcalde de Matamoros, Mario Alberto López, caminó por el puente para hablar con los migrantes y tratar de persuadirlos de reabrir el cruce. Los migrantes le dijeron que vivían en condiciones sucias en Matamoros con pocos albergues y acceso a sanitarios, y el mandatario local prometió enviar equipos de limpieza y montar instalaciones para aseo.

La protesta de los migrantes generó las protestas de algunas personas que necesitaban pasar por el puente. Entre ellos, estaba Orlando Valerio, un migrante nicaragüense de 53 años, quien dijo que él tenía su audiencia en la corte de inmigración, pero no llegó a su audiencia. “Les entiendo, soy uno de ellos, pero no pueden obstaculizar las cosas así”, comentó.

El comunicado de la CBP señala que los migrantes que habían sido regresados a México a esperar su audiencia (una política conocida como Protocolos de Protección a Migrantes) pero no pudieron cruzar debido al cierre, recibirían nuevas fechas de audiencia.

También hubo alguno locales que simpatizaron con la protesta de los migrantes. "No lo hicimos con la intención de forzar los muros... fue como para tocar el corazón de Derechos Humanos y las Naciones Unidas", precisó una de las migrantes presentes.

En fotos: Cientos de migrantes bloquean el puente fronterizo de Matamoros