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Cerca de 100.000 evacuados y al menos dos muertos en los incendios que asolan Los Ángeles

Los bomberos aseguraron este sábado que están avanzando en las operaciones necesarias para controlar las llamas

Los equipos de emergencia luchan desde hace dos días para controlar un incendio de matorrales azuzado por el viento y que se expandió rápidamente después de estallar el jueves por la noche en una comunidad del norte de Los Ángeles, California.

El incendió comenzó en Sylmar, que se encuentra en el Valle de San Fernando, en el extremo norte de la ciudad.

Este sábado, los bomberos aseguraron que el incendio no se había extendido ulteriormente y, tras dañar al menos 30 casas, las llamas se habían alejado de las zonas pobladas. Sin embargo, unas 100.000 personas residentes en el área quedaban evacuadas por las amenazas que traía consigo el fuego.

Las condiciones meteorológicas desfavorables de los últimos días, caracterizadas por fuertes vientos y pocas humedad, aumentaron el riesgo de incendios en distintas áreas de California. A medida que los fuegos se expandieron, en Los Ángeles y en otras áreas del estado, al menos dos personas perdieron la vida.

Este viernes, autoridades informaron que un hombre murió de un infarto al corazón mientras trataba de combatir las llamas del incendio del valle de San Fernando, según el jefe de bomberos Ralph Terrazas.

Horas antes de que comenzara este incendio, las llamas arrasaron un parque de casas móviles en Calimesa, en el vecino condado de Riverside, al este de Los Ángeles. En esas circunstancias falleció una mujer, reportó el diario Los Angeles Times.

El Departamento de Bomberos del condado de Los Ángeles dijo que el tamaño del área afectada por las llamas en el Valle de San Fernando se extendió hasta los 7.500 acres. Christie Lugo Leigh, una residente evacuada, dijo a KTLA en una entrevista telefónica que "el resplandor" que los rodeó era de color naranja brillante. "Parecía que estaba en nuestro patio trasero". Leigh dijo que después de agarrar a su hija, a su perro y no mucho más, huyó.

Cerca de 300 niños alojados en un reformatorio fueron evacuados, informó NBC Los Angeles. La portavoz del Departamento de Libertad Condicional del Condado de Los Ángeles, Kerri Webb, dijo que no hay heridos, pero la proximidad del incendio affectóa las personas. Los menores han sido trasladados del Barry J. Nidorf Juvenile Hall en Sylmer a una instalación juvenil en Downey.

La Patrulla de Carreteras de California aseguró que se cerraron la autopista 210 en ambas direcciones y una ruta de camiones en la autopista 5.  

Los incendios del jueves se produjeron cuando los llamados vientos de Santa Ana, que soplan desde las montañas en la parte norte del estado hacia el sur, comenzaron a producir fuertes ráfagas el jueves por la tarde. En Sylmar se registraron por la noche vientos máximos de 46 millas por hora, según el Servicio Meteorológico Nacional. 

El fuego en Calimesa, ubicada a unas 70 millas al este de Los Ángeles, fue provocado por un camión de basura que arrojó un cargamento de residuos en llamas. Estas, después, se extendieron a la vegetación, afirmaron las autoridades. El incendio estalló alrededor de las 2 p.m. y quemó más de 800 acres. En la noche de este jueves los equipos de emergencia empezaron a contenerlo. 

Hasta 74 estructuras quedaron destruidas, y otras 16 sufrieron daños. El gobernador de California, Gavin Newsom, declaró este viernes el estado de emergencia para los condados de Los Ángeles y de Riverside.

En el condado de Ventura, el llamado incendio de Wendy quemó 90 acres cerca de Newbury Park, pero se rápidamente se alejó de las casas, y no hubo heridos ni estructuras perdidas, según el Departamento de Bomberos del condado de Ventura. 

APAGONES PREVENTIVOS

Las condiciones meteorológicas adversas anunciadas para esta semana, caracterizadas por la presencia de fuertes vientos y poca humedad, llevaron a las empresas de energía eléctrica a poner en acto a partir de este miércoles apagones eléctricos para aproximadamente 2 millones de personas en el norte de California para evitar que las líneas eléctricas defectuosas pudieran provocar incendios forestales.

Este miércoles y jueves, se registraron algunos incendios también en la parte norte del estado. Uno quemó al menos 4.900 acres en el parque nacional de Yosemite, y los equipos de emergencia están luchando para controlarlo definitivamente. Otros, posteriormente controlados, se produjeron en la zona de San Francisco, en la montaña de San Bruno y en el oeste de Sacramento. 

Este jueves, las compañías eléctricas, entre ellas Edison, comenzaron a expandir los apagones también en la parte sur del estado, pero las informaciones actuales reflejan que ninguno de los incendios fue causado por líneas eléctricas.

El Los Angeles Times reflejó que fueron son miles los clientes afectados en los condados de Los Ángeles, San Bernardino, Ventura, Riverside, Orange, Kern, Mono, Inyo, Tulare. 

La principal compañía estatal, Pacific Gas & Electric, informó el viernes por la noche que se había restablecido la energía para un 98% de los 738,000 clientes afectados por los cortes de luz en el norte de California.

Muchos californianos, incluido el gobernador Gavin Newsom, han criticado duramente a PG&E por los apagones. "Estoy indignado, porque esto no tenía que haber pasado", dijo desde San Diego el gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom. 

El gobernador asumió que la empresa probablemente no tenía otra opción que instituir el llamado corte de energía de seguridad pública, vistas las previsiones adversas.

Pero mantuvo que la compañía nunca debería haber llegado a este punto. "Están en bancarrota debido a su terrible gestión que se remonta a décadas atrás", dijo Newsom. "Ellos crearon estas condiciones".

La unidad de energía de PG&E declaró en enero la condición de bancarrota de servicios públicos más grande en la historia de EEUU, ya que enfrentó pasivos masivos por las responsabilidades que se le atribuyeron en varios incendios altamente destructivos que quemaron cientos de miles de acres del norte de California en 2017 y 2018. 

En uno de ellos, el año pasado, murieron más de 80 personas. 

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