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“Un enorme inconveniente”. Californianos molestos por apagones que afectan a cientos de miles de clientes

Los cortes, puestos en acto como medida preventiva ante la posibilidad de que haya incendios estos días, empezaron el miércoles y podrían afectar a dos millones de personas

Cientos de miles de personas en California se quedaron este miércoles a oscuras. Y muchos ciudadanos no se lo han tomado bien.  

Esta situación inusual se produjo después de que la empresa de servicios públicos más grande del estado desconectara el suministro eléctrico en distintos condados ante la previsión de condiciones meteorológicas adversas para evitar incendios devastadores como los de los últimos dos años, cuando las líneas eléctricas arrastradas por el viento provocaron incendios forestales mortales que destruyeron miles de hogares.

La medida adoptada por la compañía, Pacific Gas & Electric Co (PG&E), ha provocado inconvenientes en la vida diaria de miles de personas. Hubo largas colas en supermercados y ferreterías para conseguir a tiempo provisiones de hielo y comprar refrigeradores, linternas y baterías. Los semáforos se quedaron sin luces en muchos cruces. Escuelas y universidades tuvieron que cancelar clases. Y muchas empresas y comercios no pudieron funcionar con normalidad. 

Con el sol luciendo en el cielo, sin una pizca de humo en el aire y solo una brisa ligera, muchos de aquellos que sufrieron inconvenientes se quejaron de la situación. Los apagones prosiguen en varias áreas, y en algunas, como el área de la bahía de San Francisco (aunque no en la ciudad) justo han empezado este miércoles por la noche.

Una de las preocupaciones principales de muchos residentes se ha referido a personas con necesidades sanitarias particulares y que dependen de equipos médicos eléctricos, asegura el Los Angeles Times.

Los hospitales deberían funcionar con generadores de energía de respaldo, pero otros sistemas podrían ver fallar sus generadores después de unos días. Las interrupciones representan una amenaza incluso por la posibilidad de que los extintores no funcionen en el momento en que se dé una situación de peligro extremo de incendio.

James Moore, de 35 años, dijo que tuvo poco margen de tiempo para prepararse antes de que empezaran los cortes de luz programados. Él y su esposa trataron de prepararse lo mejor que pudieron llenando los carros de gasolina y comprando hielo para mantener fríos los artículos refrigerados, explicó. 

Su hogar tiene electrodomésticos, por lo que solo les va a ser posible cocinar con una parrilla alimentada a propano que suelen usar para vacaciones en camping. Y tampoco tienen agua corriente, debido a que el sistema de bombeo doméstico que tienen instalado para ello es eléctrico y no funciona.

Los cortes de luz programados se dividieron hasta el momento en tres fases a lo largo del miércoles. Una involucró a más de 500.000 clientes, una segunda a 234.000 y una tercera a 4.000 personas; en total, se distribuyeron en al menos 33 condados. “Es un enorme inconveniente, para no decir más”, se queja Moore. 

Como algunos domicilios y empresas pueden hospedar a más personas, se calcula que los cortes puedan afectar en conjunto a hasta más de dos millones de personas. Pero Pacific Gas & Electric Co dijo que no habrá reembolsos por negocios afectados, obligación de encontrar alternativas habitacionales o comida o medicamentos estropeados. 

"Estoy indignado, porque esto no tenía que haber pasado", dijo desde San Diego el gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom. 

El gobernador asumió que PG&E probablemente no tenía otra opción que instituir el llamado corte de energía de seguridad pública, ya que la previsión de fuertes vientos asociados a una baja humedad crearon condiciones ideales para los que la compañía definió incendios forestales potencialmente desastrosos.

Pero mantuvo que la compañía nunca debería haber llegado a este punto. "Están en bancarrota debido a su terrible gestión que se remonta a décadas atrás", dijo Newsom. "Ellos crearon estas condiciones".

Otros ciudadanos californianos mostraron menos rechazo a la iniciativa. "Para mí, se trata de un gran inconveniente en mi vida de madre, pero si va a salvar vidas, no me voy a quejar de eso", dijo Tianna Pasche, de Oakland.

La unidad de energía de PG&E declaró en enero la condición de bancarrota de servicios públicos más grande en la historia de EEUU, ya que enfrentó pasivos masivos por las responsabilidades que se le atribuyeron en varios incendios altamente destructivos que quemaron cientos de miles de acres del norte de California en 2017 y 2018. 

En uno de ellos, el año pasado, murieron más de 80 personas. 

La empresa anunció en las últimas horas del miércoles que la luz había sido restaurada para unos 50.000 clientes en la zona de las Sierra Foothils. Y que contaba con devolvérsela a entre 60.000 y 80.000 otros usuarios en el condado de Humboldt antes del jueves. 

Pero la incertidumbre al respecto de las condiciones meteorológicas de las próximas horas y la necesidad de inspeccionar todas las líneas harán que podría llevar “varios días restaurar la electricidad completamente”, según Sumeet Singh, vicepresidente de programas de seguridad comunitaria de incendios forestales de PG&E.

Ante el escepticismo de los californianos que se quejan por los cortes de electricidad al no notar condiciones meteorológicas aparentemente peligrosas, Steve Anderson, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional, intenta poner las cosas claras. "Para todos los que están preguntando: ‘¿Dónde está el viento?’ ‘¿Dónde está el viento?' La respuesta es: No se preocupen, está llegando”. En su opinión, “PG&E no quiere cortar la energía cuando ya hay vientos fuertes, sino antes de que ocurra".

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