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Una joven intentó atrapar a un pedófilo y acabó secuestrada. La policía está preocupada por estos ‘cazadores’ adolescentes

La intención de este grupo de adolescentes en San Diego, California, era tenderle una trampa a un presunto pedófilo.
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El oficial dijo que la niña se resistió al arresto, pero un video mostró algo diferente (imagen ilustrativa)Pixabay / Pixabay

La intención de este grupo de adolescentes en San Diego (California) era tenderle una trampa a un presunto pedófilo. Seguían la estructura un antiguo programa de televisión, To Catch a Predator, en el que se denunciaba a quienes contactaban a menores de edad en Internet para mantener relaciones sexuales.

Pero esta vez el plan estuvo a punto de terminar muy mal.

Después de conocer en las redes a un hombre que estaba “buscando chicas menores de edad para tener sexo”, como explicaron las autoridades, los adolescentes lo atrajeron a una cafetería Starbucks a las afueras de la ciudad. Allí planeaban exponerlo públicamente como pedófilo, antes de entregarlo a la policía.

Pero el hombre, Robert Dreyfus, de 32 años, convenció a una de ellas, de 17 años, para que se subiera “a conversar” a su automóvil, tras lo cual aceleró y se dio a la fuga, según informó el Departamento del Sheriff del Condado de San Diego.

Ella logró enviar un mensaje de texto a sus amigos, quienes alertaron a la policía y el secuestrador fue arrestado. Ahora las autoridades advierten del peligro de organizar estos operativos por cuenta propia, debido al peligro considerable que corren las personas que los planean.

El fenómeno de los cazadores de depredadores, alimentado por las redes sociales, se ha convertido en una preocupación para los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley en todo el país, de acuerdo con un reporte de The Washington Post.

Amparados por fotos e identidades falsas, los activistas se hacen pasar por menores de edad y convencen a sus objetivos de verse en un lugar público. La idea es confrontar al individuo retransmitiéndolo en vivo por Facebook, mientras que usuarios de esa red social colaboran en dar con la identidad real del presunto depredador.

Aunque algunas de estas acciones de justicia al margen de la ley han conducido al arresto formal de los adultos que buscaban tener sexo con menores y a su enjuiciamiento, estos aspirantes a detectives encubiertos también han sido golpeados y hasta acusados de difamación.

Por eso la policía les advierte constantemente del peligro que implica una situación volátil que normalmente requeriría de la colaboración de agentes debidamente preparados, con armas de fuego y hasta chalecos antibalas. Además, la evidencia obtenida a través de las cámaras de sus teléfonos no es admitida como prueba por el sistema de justicia.

Los cazadores de depredadores también han sido criticados por avergonzar públicamente a personas que no han sido acusadas o condenadas por un delito, a veces con consecuencias desastrosas, advierte el artículo.

El propio programa To Catch a Predator tuvo que ser cancelado en 2007 luego del suicidio de uno de los presuntos pedófilos descubiertos ante cámara. Y no fue un caso aislado.

Hace apenas un año, un hombre residente en Connecticut se quitó la vida luego de ser confrontado en una transmisión en vivo por internet por un grupo autodenominado POPSquad, que se había hecho pasar por un adolescente para atraerlo a una casa vacía.

En enero, una investigación de NBC News reveló que existen más de 30 grupos similares en 23 estados dedicados a la caza de depredadores a través de Facebook. A pesar de que la publicación recordó que estas acciones podían equivaler a acoso cibernético, estos grupos han continuado proliferando.

Para Steven Kohm, especialista en criminología en la Universidad de Winnipeg, esta moda podría estar relacionada con la desconfianza en la autoridad y con el deseo de justicia.

“La justicia penal solía ser emocional y participativa. Las personas anhelan reconectarse con el núcleo emocional punitivo del sistema de justicia. Estos grupos que se centran en el pedófilo, una categoría universalmente vilipendiada, los ayuda a conectarse con ese aspecto perdido en el sistema de justicia”, afirmó.

Mientras, los cazadores de depredadores en internet sostienen que su trabajo es necesario porque la policía no está haciendo lo suficiente para detener a los pedófilos potenciales.

De acuerdo con el camionero Anthony Greene, sobreviviente de abuso sexual y fundador de Truckers Against Predators, su grupo con sede en Missouri ha realizado más de 100 operaciones encubiertas en el último año. En junio, un hombre a quien Greene se enfrentó en una parada de camiones en Yuma, Arizona, fue sentenciado a cinco años de prisión luego de ser declarado culpable de atraer a una menor para explotarla sexualmente.

“Siento que la causa lo vale —dijo Greene–. Nuestros hijos lo valen. Hay que hacer algo más contra estos pedófilos”.

Sin embargo, en no pocas ocasiones estos esfuerzos son en vano. En Missouri y Ohio, por ejemplo, un individuo puede ser acusado de incitación a menores solo si su víctima es menor de edad o si un agente encubierto de la policía se hace pasar por menor.

A raíz del arresto de Robert Dreyfus, las autoridades de California han aprovechado la oportunidad para advertirle a cualquier otro aspirante a detective que las investigaciones encubiertas salen mucho mejor si las realizan los profesionales.