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El Gobierno niega miles de residencias a inmigrantes bajo un oscuro programa

Este migrante solicitó una tarjeta de residencia permanente y recibió una llamada del FBI. "No te reúnas con ellos solo ni por error", le dijo su abogada. Así funciona este programa semisecreto

Mehdi Ostadhassan, un professor universitario de ingeniería petrolera en la Universidad de Dakota del Norte, estaba en una conferencia académica cuando recibió una llamada del FBI (Buró Federal de Investigaciones).

Meses antes había hecho una solicitud para recibir una tarjeta de residencia permanente (green card) que necesitaba para continuar trabajando y viviendo en Estados Unidos por ser extranjero.

Ostadhassan cree que su nacionalidad de Irán, un país de Oriente Próximo con una larga historia de enemistad con Estados Unidos, y su fe musulmana han desempeñado un papel adverso en su caso –reportó la cadena CNN en un reportaje especial sobre casos de migrantes que han tenido dificultad para obtener la residencia debido a un programa gubernamental del que se sabe muy poco.

Tras casarse con una ciudadana estadounidense y convertirse en profesor universitario, Ostadhassan decidió solicitar la residencia permanente.

Pero una entrevista con un oficial de inmigración en 2014 fue cancelada abruptamente y poco después recibió la misteriosa llamada del FBI.

El agente federal quería reunirse en una cafetería de su localidad de Grand Folks, Dakota del Norte, y él accedió. No tenía nada que ocultar. Pero luego hizo una búsqueda en Google y descubrió que a migrantes musulmanes, como él, les ofrecían ayuda a cambio de convertirse en informantes dentro de sus comunidades.

Ostadhassan decidió que sería mejor consultar antes a un abogado. Así contactó a Sabrina Balgamwalla, una experta en derechos de migrantes que le aconsejó no ir a la cita sin un abogado ni por error, según CNN.

La Asociación Americana de Libertades Civiles (ACLU, en inglés) accedió a representar legalmente a Ostadhassan en un juicio contra el Programa de revisión y resolución de aplicaciones controladas (CARRP, en inglés), un instrumento de seguridad nacional que según alegan ha sido utilizado para negar o retrasar las solicitudes de residencia a inmigrantes provenientes de países donde la religión mayoritaria es la musulmana.

Su abogada contactó al agente del FBI y le preguntó de qué trataba la reunión, pero éste sólo le respondió que era una cuestión completamente voluntaria y personal a la que no podría llevar un abogado.

Esto le pareció extraño a Balgamwalla. Nunca había oído hablar de CARRP antes. Y los letrados de ACLU tampoco sabían mucho al respecto.

CARRP fue instituido por el Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS, en inglés) en 2008 como una respuesta a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.

El programa funciona en cuatro etapas que van desde la identificación de una posible amenaza a la seguridad nacional hasta determinar si un migrante puede permanecer en el país, según ha explicado CNN.

En el momento en que una persona entra en el sistema de CAARP las autoridades migratorias no pueden revisar su caso hasta que el FBI investigue al candidato. Eso puede tomar años.

En el caso de Ostadhassan, ha pesado en su contra no haber revelado en su solicitud de visa de estudiante en 2009 que había iniciado el servicio militar iraní, aunque asegura que no lo concluyó y que sus tareas se redujeron a la administración, no al uso de armas.

También lo ha perjudicado su pertenencia entre los 10 y los 17 años (1993-2000) a un grupo religioso acusado de violaciones a derechos humanos llamado Basij. El grupo tiene 22 secciones, y no todas han incurrido en vejaciones, explicó un experto al medio citado.

Ostadhassan pertenecía a una rama que se dedicaba a dar instrucción religiosa a los niños, pero no tenía actividades políticas, de vigilancia religiosa o militares.

Cuando Ostadhassan entró a la universidad abandonó al grupo y se unió a una organización religiosa de principios liberales.

“Les dije que había sido un miembro del Basij, no tenía por qué hacer eso. Y ahora me lo echan en cara”, dijo Ostadhassan a CNN.

Pero una corte dio un revés en 2017 al programa que ha frustrado las solicitudes de residencia de más de 40.000 migrantes desde 2008, la mayoría practicantes de esta religión u originarios de un país de mayoría musulmana. Y como resultado la demanda colectiva que ha interpuesto ACLU será presentada ante un juez.

La solicitud de Ostadhassan fue rechazada por USCIS en octubre de 2017.

Ostadhassan tuvo una hija con su esposa y está esperando otra. Su vida pasa entre la esperanza y el desasosiego de no saber si podrá permanecer en el país que le ha brindado tantas oportunidades. Pero ha decidido esperar hasta enero para saber si las autoridades de inmigración responden favorablemente a una segunda solicitud.

En caso contrario, planea regresar por un tiempo con su familia a Irán y luego mudarse a China, donde le han ofrecido un trabajo con generosas prestaciones como una casa, un auto, guardería, un buen salario y un excelente equipo de laboratorio, reportó CNN.