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“No aguanto más”. Cada vez más migrantes bloqueados en México buscan cruzar la frontera sur como sea

'The New York Times' refleja un aumento de los casos de indocumentados que intentan llegar a EEUU con métodos como nadar en el río o viajar hacinados en camiones
Las manos de un joven en una imagen tomada este verano en el cruce fronterizo entre México y EEUU en Nuevo Laredo (México).
Las manos de un joven en una imagen tomada este verano en el cruce fronterizo entre México y EEUU en Nuevo Laredo (México). AP / AP

El pasado 17 de septiembre, agentes de la Patrulla Fronteriza (CBP, en inglés) de la zona de Laredo, Texas, detuvieron en un solo día a 111 migrantes hacinados en la parte trasera de tres tractocamiones diferentes, relata The New York Times. En uno de estos vehículos, las personas hacinadas viajaban a una temperatura de 105 Fº.

La misma semana, las autoridades confirmaron que una madre de 26 años y su hijito de dos murieron ahogados en el intento de cruzar el río Grande a la altura de Matamoros, México.

Estos son solo algunos de los episodios que reflejan un aumento reciente de casos de migrantes bloqueados en México dispuestos a cruzar la frontera sur como sea, según el Times

Sea que se trate de lanzarse a las tempestuosas aguas del río esperando llegar vivos al otro lado, sea que la solución consista en soportar viajes en duras condiciones entregados a traficantes de seres humanos, muchos están tan desesperados que no les importa jugarse la vida para llegar a EEUU, según reflejan testimonios recogidos por este diario. 

Las políticas de inmigración de la administración del presidente, Donald Trump, han hecho que para muchos de estos migrantes sea cada vez más complicado cumplir su sueño. 

A partir del mes de junio, el Gobierno presionó a las autoridades de México para reforzar los controles sobre los flujos migratorios para reducir el número de indocumentados que consiguen cruzar la frontera, lo que ha permitido que el número de cruces bajara de los más de 144.000 de mayo a los 62.000 de agosto, según la Patrulla Fronteriza.

A eso hay que añadir que desde el pasado enero está en vigor un programa, comúnmente llamado “Quédate en México”, que obliga a los solicitantes de asilo en EEUU a quedarse en el país vecino a la espera de que las cortes de inmigración decidan si admiten su petición. 

A fecha de finales de agosto, más de 38.000 migrantes fueron incluidos en esta política, según un recuento elaborado por la Universidad de Syracuse, Nueva York. La cadena CBS reportó el pasado viernes que la cifra había ascendido a casi 50.000 incluyendo los datos parciales de septiembre. 

Y las cosas se han hecho todavía más difíciles este mes, después de que la Corte Suprema aprobara que la Administración Trump decida si le niega el asilo a los inmigrantes que pasaron por otros países antes de llegar a la frontera estadounidense y no solicitaron protección.

Hay quien todavía guarda esperanza

Algunos migrantes desistieron de la idea de esperar en México y volvieron a sus países de origen en América Central. Pero otros aún guardan esperanza. 

Una de ellas es Ana Galeano Valdez, que permanece en Matamoros y puede ver el otro lado de la frontera (la ciudad de Brownsville, Texas) a tan solo un río de distancia. Ya cruzó una vez, pero las autoridades de EEUU la echaron para atrás. Y ella tuvo que quedarse en esa peligrosa ciudad del estado de Tamaulipas, de la misma manera que muchos otros obligados a buscar una forma de sobrevivir en urbes llenas de delincuencia y con escasa disponibilidad recursos, tal y como alertan el Departamento de Seguridad y varios reportes . 

Pero Galeano Valdez sigue con la tentación de intentarlo de nuevo. “"Cuando estoy tan cerca y puedo verlo, tengo la tentación de pensar que debería volver a cruzar nadando", dice esta mujer embarazada de seis meses. "No puedo aguantar más estar aquí en México".

Para otros migrantes bloqueados en el lado mexicano de la frontera como ella, los contrabandistas se han convertido en la última esperanza para cruzar ese límite. Estos indocumentados temen esperar meses mientras se procesan sus solicitudes de asilo en EEUU, y saben que probablemente al final le será negado.

Los reportes oficiales de la Patrulla Fronteriza de las últimas semanas reflejan un aumento de interceptaciones de traficantes que viajan a toda velocidad en vehículos con migrantes a bordo y huyen cuando se acercan a un punto de control aduanero a lo largo de la frontera. “Estos contrabandistas no tienen respeto por la vida de las personas que transportan”, afirmó el agente jefe de CBP en el Sector del Río.

Cambio de patrón

El Times explica que este aumento de intentos de cruces peligrosos de las últimas semanas marca un cambio de dinámica respecto a los anteriores 18 meses, ya que muchos de los miles de migrantes que intentaban llegar a EEUU iban a buscar a agentes de la Patrulla Fronteriza para poder tramitar su solicitud de asilo.

Pero ahora las cosas han cambiado. Hace pocas semanas, Alexander Mejilla, de 28 años, fue regresado por parte de las autoridades estadounidenses a México. Ya era su quinto intento frustrado de cruzar la frontera. Pero ya estaba elaborando un nuevo plan para lograrlo. "Necesito un lugar para vivir", explicó. 

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