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Los campesinos indígenas de Guatemala emigran en masa por culpa de una flor prohibida

“Nos deshicimos de un problema, pero lo reemplazamos con otro”. La lucha contra las drogas acabó con el cultivo ilegal, también con los ingresos de miles de familias

En las tierras altas de San Marcos, Guatemala, las laderas de las montañas solían pintarse de rojo cuando era la temporada de la flor de la amapola, un cultivo ilegal que el gobierno de este país centroamericano ha estado erradicando con la ayuda de Estados Unidos.

Para los campesinos que habitan esta zona significa que se han visto obligados a regresar a la siembra de la papa y el maíz, cosechas que valen menos de una tercera parte que la amapola. Con esos ingresos, dicen campesinos entrevistados para un reportaje especial del diario USA Today, no les alcanza para vivir.

Con la erradicación de la amapola, miles en la región sur occidental de Guatemala han pasado a engrosar las filas de los que se van a buscar una mejor vida a Estados Unidos, reporta este diario.

Durante el apogeo de la planta prohibida, introducida por narcotraficantes mexicanos en busca de mano de obra barata para fabricar los insumos de la heroína, los pobladores de San Antonio adoquinaron las calles, pintaron sus casas y pagaron útiles escolares y medicinas, reporta el diario. También tuvieron conflictos que a veces terminaban en asesinatos.

Para Salvador Alexander Juárez Velásquez, jefe de la Policía Nacional en Ixchiguan, Tajumulco y San Jose Ojetenam, en el Departamento de San Marcos, la declaratoria del ‘estado de sitio’ por parte del gobierno para acabar con la amapola fue una “excelente” idea, según dijo a USA Today.

“Ahora es mucho más pacífico”, dijo a este medio el jefe de la policía.

Antes, cuando el cultivo valía más, los campesinos peleaban por recursos como el agua para la irrigación y, a veces, las disputas terminaban en muertes.

Pero ahora hay otros problemas.

La mayoría de las familias ha perdido su principal fuente de ingresos. A unos 650 dólares ó 5.000 quetzales los 5.000 pies cuadrados de cultivo, la planta no los había hecho ricos, pero les daba lo suficiente para cubrir necesidades básicas.

La mayoría de las familias han abandonado San Antonio. Porque el gobierno no reemplazó las oportunidades que brindaba el cultivo ilegal con otras.

“Nos deshicimos del problema de las drogas, pero lo reemplazamos con otro”, dijo Juárez.

Seis de cada 10 guatemaltecos viven en la pobreza y la mitad de éstos son indígenas, según datos del Banco Mundial citados por USA Today. Casi el 80% de los indígenas viven en pobreza, con menos de 5,50 dólares al día y un 40% lo hacen incluso con menos de 2 dólares diarios.

El occidente de Guatemala, con una población mayoritariamente maya, ha sido el sitio de donde han salido la mayoría de los emigrantes hacia Estados Unidos.

Según los datos de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés), este 2019 los migrantes guatemaltecos aprehendidos en la frontera estadounidense con México han sobrepasado todas las demás nacionalidades con más de 250.000.

Para Carlos López, un campesino de San Antonio que entrevistó el medio citado, migrar hacia Estados Unidos había sido su plan después de la erradicación de la amapola. Había escuchado que había “una ley” que le permitía ingresar al país a los migrantes acompañados de sus hijos menores de edad.

Si bien esta ley no existe, las autoridades migratorias han tenido que dejar en libertad a decenas de miles de solicitantes de asilo acompañados de menores que no podían ser deportados ni detenidos en centros por la falta de espacio.

Sin embargo, tanto la Administración Trump como el Gobierno de México han dificultado el paso de los migrantes en sus fronteras.

Para el campesino López se trata de una cuestión de oportunidades: “Porque aquí no hay trabajo. No hay ingreso. Y ahora que nos quitaron la amapola, estas papas no valen casi nada”.

Después de escuchar noticias de que habían vuelto a cerrar la frontera, López detuvo su plan de llevar a uno de sus tres hijos de entre 15 y ocho años para intentar cruzar la frontera.

La erradicación de la amapola es sólo uno de los factores que impulsan a los campesinos guatemaltecos a migrar.

En otras regiones donde el café es el principal cultivo, la sequía propiciada por el cambio climático y las plagas han mermado la producción, obligando a miles a vender todo para emprender el viaje por México hacia la frontera estadounidense.

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