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Dos años después de María en Puerto Rico todavía hay gente que no recupera su hogar

Líderes demócratas y activistas denunciaron que Puerto Rico aún no ha recibido todos los fondos comprometidos por la Administración Trump para la recuperación de la isla, a dos años de la catástrofe.
Un remolque de Coca-Cola, destruido un año antes por el huracán María, a un lado de la carretera en Orocovis, Puerto Rico
En esta foto del 7 de septiembre de 2018, se ve un remolque de Coca Cola, destruido un año antes por el huracán María, a un lado de la carretera en Orocovis, Puerto Rico.AP / AP

WASHINGTON.--- Dos años después del paso del huracán “María” en Puerto Rico, más de 30,000 personas siguen sin hogar, hay carreteras impasables, y decenas de negocios y vecindarios permanecen en el abandono. Legisladores demócratas y activistas afines exigieron hoy que la Administración Trump deje de lado la “venganza” y libere los fondos que la isla necesita para acelerar su recuperación.

El viernes próximo, los puertorriqueños dentro y fuera de la isla conmemorarán el segundo aniversario de la llegada del huracán “María”, que dejó una estela de alrededor de 3,000 muertos y prácticamente diezmó la infraestructura del país.

Los vientos huracanados, de hasta 140 millas por ahora, destrozaron centenares de miles de viviendas y, hasta la fecha, más de 30,000 personas viven en carpas de plástico azules que pueblan varios sectores del país. Los que han tenido mejor “suerte”, viven apiñados en el único salón habitable de casas en casi completa ruina.

Ese es el panorama que afrontan los puertorriqueños en la actualidad, según explicó hoy ante la prensa Elizabeth Colón Rivera, activista de “Ponce Neighborhood Housing”.

“Todavía hay carpas, y eso es inaceptable, dos años después… estamos en pañales en este proceso de recuperación”, dijo Colón Rivera.

Por lo demás, los legisladores demócratas, entre éstos los senadores Chuck Schumer, Kirsten Gillibrand, Richard Blumenthal, y Bob Menéndez, y otros activistas tomaron turno para condenar lo que calificaron como la falta de respeto y el trato discriminatorio contra los puertorriqueños, que son ciudadanos estadounidenses.

Lo hicieron frente a rollos de papel de toalla, para recordar el viaje del presidente Donald Trump a la isla poco después de "María", en el que repartió rollos similares y se ganó la ira de quienes lo interpretaron como una enorma falta de sensibilidad. 

  “Ya basta con su discriminación, con su mal tratamiento, su falta de respeto para nuestra gente, para el pueblo puertorriqueño. Estamos acá para dejarle saber que nunca pararemos de luchar por Puerto Rico... somos millones de votantes, y estamos listos para hacer lo necesario para lograr justicia”, afirmó José Calderón, presidente de la “Federación Hispana”.

 Ante la ingente labor de recuperación por delante, el éxodo de boricuas y el declive económico, “todo estadounidense debería estar indignado”, dijo, por su parte, el congresista demócrata por Chicago (Illinois), Jesús “Chuy” García, cuyo distrito incluye votantes puertorriqueños.

 En declaraciones a Noticias Telemundo, la expresidenta del Concejo de la Ciudad de Nueva York, Melissa Mark Viverito, consideró que el atraso en el desembolso de fondos a la isla se debe en parte al sentido de “venganza” de Trump, quien,  a su juicio, se ofende fácilmente por críticas a su gestión.

“Es venganza total, venganza completa… la manera en que supuestamente lidera este presidente es a través del rencor; si él piensa que ha sido insultado, entonces utiliza el poder de la presidencia para ir en contra de alguna comunidad o alguna persona”, afirmó.

“Se ha sentido insultado por el pueblo puertorriqueño, diciendo que nosotros no sabemos que él es lo mejor que le ha pasado a Puerto Rico… él ha quitado fondos federales, ya asignados a Puerto Rico, para llevarlos a construir ese muro” en la frontera sur, se quejó.

Mark Viverito se refería a la polémica decisión de la Administración Trump de recanalizar millones de fondos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), en particular de la Oficina federal para la Gestión de Emergencias (FEMA, por su sigla en inglés), hacia la ampliación de centros de detención y la construcción del prometido muro fronterizo.

“Todos los que han venido acá están claros de que el desembolso de fondos ya asignados es esencial y es una prioridad: todavía hay familias que tienen casas destrozadas,  que necesitan comida y servicios de salud”, señaló Mark Viverito, ahora miembro de “Puerto Rican Agenda”, de Chicago.

Además, consideró necesario que cualquier proyecto de ley que debata el Congreso federal incluya el realizar una auditoría independiente de la deuda de Puerto Rico, declarar una moratoria de pagos, e incluso cancelar parte de la deuda si el caso lo amerita.

Según Viverito, se trata de establecer “transparencia y rendición de cuentas” tanto en el proceso de reconstrucción como en la supervisión de los fondos.

Resultados mixtos

Es que, la lenta marcha de la recuperación de Puerto Rico ha dado resultados mixtos: por ejemplo, hay mejoras en la infraestructura, particularmente en zonas con alta densidad poblacional,  y el sector de turismo va recuperando fuerza, pero el sistema de fluido eléctrico sigue aquejado de cortes, hay carreteras impasables y carencias en el sector de salud.

Otras partes de la isla aún sufren el declive de productividad económica, el cierre de negocios, y el abandono total de centenares de escuelas, en lo que un extenso reportaje del diario "The New York Times" describió como “monumentos del abandono”.

Algunas escuelas han sido “tomadas” por ladrones y drogadictos, mientras que los vecinos han convertido otras en refugios para sus animales. Y las que siguen en pie aún tienen secuelas de los daños del huracán, con edificios casi cayéndose a pedazos y terrenos en constante peligro de deslave.

Problema de fondos

Una de las quejas de hoy fue precisamente la lentitud con la que la Administración Trump ha desembolsado los fondos comprometidos para la recuperación de la isla.

El mes pasado, ante el inminente paso del huracán "Dorian" en el Caribe, Trump se quejó de que el Congreso aprobó en 2018 la “cifra récord” de $92,000 millones para la isla, y antes había dicho que éstos ya habían sido entregados.

Sólo que ese monto citado por Trump era un estimado de la inversión que Puerto Rico necesitaría a largo plazo.

La realidad es distinta: el monto designado por el Congreso fue de $42,000 millones y, de éstos, las agencias han comprometido apenas alrededor de la mitad.

Desde 2017, en todo caso, la suma ya gastada en operaciones de reconstrucción en la isla se aproxima a unos $13,000 millones.

Según los activistas, tampoco ayuda a la crisis en la isla el arresto reciente de Ahsha Tribble, una exfuncionaria de alto rango de FEMA, a cargo de un área que abarca Puerto Rico, y de Donald Keith Ellison, expresidente de la empresa Cobra Acquisitions, como parte de una extensa investigación de corrupción.

Las autoridades federales indicaron que, al parecer, Tribble aceptó sobornos de Ellison, cuya empresa obtuvo contratos federales por $1,800 millones para la reparación del tendido eléctrico en la isla. Ambos afrontan cargos de conspiración para cometer fraude con fondos públicos, entre otros.

Trump siempre ha acusado al gobierno isleño de incompetencia y corrupción pero, en este caso, los implicados son funcionarios estadounidenses de su Administración desplazados en Puerto Rico.