Un huracán cada vez más grande y potente gana fuerza este martes frente a la Costa Este, pero no es esta tormenta la que preocupa a los meteorólogos: su ruta prevista debe llevarla hacia alta mar, y aunque no se prevé que toque tierra en las islas Bermudas, podrían sentirse vientos huracanados acompañados de fuertes lluvias con acumulaciones de agua.
Sin embargo, otro ciclón se dirige hacia el Mar del Caribe y el Centro Nacional de Huracanes empezará hoy a emitir las primeras alertas. Y, en el Golfo de México, se esperan fuertes lluvias e inundaciones en Texas por otra depresión tropical.
El huracán Humberto se encuentra a 550 millas al noroeste de las Bermudas con vientos de 115 millas por hora (categoría tres sobre un máximo de cinco). Sin embargo, una ligera variación en su trayectoria podría causar un impacto directo sobre las islas.
Entre tanto, en el océano Atlántico se ha formado la depresión tropical 10, cuya posible ruta incluye Puerto Rico y la República Dominicana, en dirección a las Bahamas (castigadas ya por Dorian) y a la península de Florida.
El Centro Nacional de Huracanes prevé que se convierta en tormenta tropical en apenas unas horas, y en huracán en la mañana del viernes, justo antes de llegar a las Pequeñas Antillas (ahora se encuentra a 1.000 millas de allí).
Por último, frente a las costas de Texas pasó la tormenta tropical, bautizada como Imelda, que después de tocar tierra se debilitó hasta convertirse en una depresión tropical.
La depresión, con vientos máximos sostenidos de 35 mph, se ubica a unas 5 millas al norte de Houston, un área metropolitana donde residen más de seis millones de personas.
El gobernador, Greg Abbot, elevó el nivel de alerta ante la llegada de esta tormenta, “tomando las precauciones necesarias” para tener listo el despliegue de efectivos.
Algunos consejos a tener en cuenta: el lugar más seguro en una tormenta es a cubierto; evite las zonas ya inundadas y las corrientes de agua; sea extremadamente cauto y nunca cruce el cauce de un río o arrollo; no se fie de aguas aparentemente en calma; recuerde que el peligro es más difícil de atisbar de noche; y siga siempre informado con boletines oficiales o de noticias.
La temporada de huracanes en el océano Atlántico comienza el 15 de mayo y acaba oficialmente el 30 de noviembre (aunque en ocasiones hay tormentas antes y después, el clima no sabe de calendarios oficiales).
El momento crítico se alcanza, sin embargo, precisamente alrededor del 10 de septiembre, según los registros del último siglo.
Para este año, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOOA, en inglés) predijo una actividad ligeramente por encima de la media, con entre 10 y 17 tormentas tropicales, entre ellas 5 y 9 huracanes, y de ellos entre 2 y 4 de categoría superior (con vientos de más de 111 millas por hora).
La actividad hasta ahora ha sido normal, con siete tormentas, y entre ellas dos huracanes y uno, Dorian, de categoría superior (llego a tener vientos de 150 millas por hora).