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El deseo de esta empresaria china por tomarse una foto con Trump la convirtió en una delincuente

Pensó que por la módica cantidad de 20.000 dólares podría conocer al presidente y sacarse una foto con él. Le dijeron que la reunión había sido cancelada. Decidió acudir de todos modos.

El deseo de Yujing Zhang de conocer al presidente, Donald Trump, llevó a esta empresaria de nacionalidad china a cometer una serie de delitos que ahora podrían costarle hasta seis años en prisión.

Este miércoles, un jurado la ha declarado culpable de allanar la propiedad de Trump en su club de golf de Mar-a-Lago, en el sur de la Florida, y de mentir al Servicio Secreto, ha reportado la agencia de noticias The Associated Press.

Zhang, de 32 años, deseaba conocer en persona al mandatario estadounidense y un hombre que había conocido por internet (mas nunca en persona), de nombre Charles, le había prometido que por el módico precio de 20.000 dólares podía hacer su fantasía realidad.

A principios de abril de este año, Zhang ingresó al exclusivo complejo turístico de Trump. Según las autoridades presentó su pasaporte chino y dijo que quería visitar la piscina del club. El Servicio Secreto le permitió el acceso.

Una vez adentro, dijo que estaba ahí para participar en un evento de la Asociación Sino Estadounidense de las Naciones Unidas. Pero tal reunión no estaba agendada. En la acusación que se presentó en su contra, se indicó que no llevaba ningún traje de baño. Los recepcionistas notaron esto y alertaron al Servicio Secreto.

Zhang le dijo al agente que había querido visitar la piscina antes de que comenzara el evento para tomarle fotos. Enseñó una invitación que estaba escrita en chino, pero los oficiales no pudieron leerla.

Ese fin de semana Trump había estado de visita en Mar-a-Lago.

Tras un altercado con el Servicio Secreto en el que ellos la describieron como “verbalmente agresiva”, Zhang fue arrestada.

A pesar de que se le había asignado un defensor público, Zhang lo despidió en junio y decidió defenderse ella misma.

Cuando el jurado de 10 mujeres y dos hombres leyó el veredicto en su contra, Zhang no mostró emoción alguna, reportó The Associated Press. Habló calmadamente con los oficiales que custodian la corte y les preguntó qué pasaría con su papeleo legal. Sonrió a los defensores públicos que ya no la asistían y los oficiales la llevaron presa.

Tanto los fiscales como los abogados defensores que ya no la asistían, declinaron comentar para The Associated Press. La directora del jurado, Shelly Hoffman, sólo dijo: “Escucharon nuestro veredicto”.

El diario The Miami Herald reportó en abril que se trataba de un evento organizado por Cindy Yang, una masajista de Florida que además se dedica a vender acceso a Trump y su familia.

Los ex defensores públicos de Zhang creen que "Charles" es Charles Lee, un ciudadano chino que dirigió la Asociación de Amistad China de las Naciones Unidas. No está afiliado a la ONU. Fue fotografiado al menos dos veces con Cindy Yang, donante republicana y ex propietaria de un salón de masajes de Florida que organizó eventos en Mar-a-Lago.

A mediados de marzo, los mensajes de texto que el Servicio Secreto encontró en el teléfono celular de Zhang mostraron que Charles le dijo a Zhang que el evento había sido cancelado.

Por el mismo precio, podría asistir a un evento con Bill y Hillary Clinton o uno con el inversionista Warren Buffett, aunque una foto con Buffett costaría 40.000 dólares más, según el testimonio. Las fotos con celebridades como los Trump, los Clinton o Buffett a veces son utilizadas por los dueños de negocios chinos para su promoción.

Zhang exigió un reembolso, según el texto. Los fiscales dijeron que eso demostró que ella entendió que el evento estaba cancelado.

Aún así, Zhang voló a Estados Unidos el 28 de marzo. Un conductor de limusina testificó que el 29 de marzo llevó a Mar-a-Lago, una mujer que los fiscales dijeron que era Zhang. La mujer le dijo a Willy Isidore que planeaba visitar el club, pero él le dijo que era imposible a menos que ella tuviera una invitación.

La recepcionista Ariela Grumaz declaró que inmediatamente vio a Zhang como una extraña.

Grumaz dijo que conoce a los 500 miembros y la mayoría de sus invitados y Zhang estaba tomando fotos en el vestíbulo, lo que está prohibido. También dijo que Zhang llevaba un vestido de noche largo y gris a la 1 p.m., lo que parecía extraño.

Grumaz dijo que detuvo a Zhang mientras intentaba pasar a otra habitación. Zhang le dijo que estaba allí para el evento de la ONU, pero Grumaz sabía que no se había programado tal evento.

La mujer de 33 años que trabaja como consultora en Shanghai se enfrenta hasta a seis años en prisión cuando el juez de distrito Roy Altman la sentencie este 22 de noviembre.