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México se libra de los aranceles de Trump pero acuerda cooperar más para reducir el flujo de migrantes

Hubo mutuas recriminaciones. Pero tras evaluar los logros del acuerdo migratorio, acordaron que más migrantes esperaran en las ciudades de la frontera mexicana por sus solicitudes de asilo.

WASHINGTON.— Estados Unidos y México afrontaron este martes un momento crucial en la relación bilateral, ante la exigencia de la Administración Trump de que el país vecino “haga más” para frenar la inmigración ilegal desde Centroamérica y se convierta en "tercer país seguro", y éste le reprochara el lento avance para detener el flujo de armas hacia el sur.

El vicepresidente, Mike Pence, y el ministro de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, se reunieron este martes en la Casa Blanca para evaluar los logros del acuerdo bilateral firmado el pasado 7 de junio para frenar el paso a migrantes indocumentados de Centroamérica, y determinar los siguientes pasos.

La delegación estadounidense (izq.), encabezada por el vicepresidente, Mike Pence, y la delegación mexicana, encabezada por el canciller, Marcelo Ebrard, en una reunión en la Casa Blanca este martes 10 de septiembre de 2019.

"Lo que México ha hecho ha dado resultados... la tendencia es irreversible y es algo que pensamos que va a ser permanente", dijo Ebrard en rueda de prensa al referirse a la disminución de los cruces ilegales en la frontera. De mayo a agosto, esta ha caído un 56%, según las cifras del Gobierno mexicano.

Ebrard dijo que, en un breve encuentro con el presidente Donald Trump en el Despacho Oval, le trasladó el mensaje de que México no aceptaría un acuerdo sobre "tercer país seguro" para absorber a migrantes que buscan asilo en Estados Unidos. "Estamos casi al 90% de cumplir nuestra meta" trazada en junio, dijo Ebrard.

El diplomático hizo hincapié en los avances en el diálogo sobre el control de armas que se trafican hacia México y que contribuyen al alto nivel de muertes violentas en el país. A partir del próximo mes, se presentará un informe mensual sobre el rastreo de armas ilícitas que son confiscadas en México.

Por su parte, la Casa Blanca dijo en un comunicado de prensa que "si bien los líderes concordaban en que se había hecho progreso, queda más trabajo por hacer para poder reducir el flujo de migrantes ilegales a los Estados Unidos".

En el documento, sin embargo, la Administración no mencionó el asunto del flujo de arma, pero sí indicó el compromiso de ampliar lo máximo posible los "Protocolos de Protección de los Migrantes" (MPP), conocidos popularmente como el programa "Quédate en México", en el que los solicitantes de asilo no mexicanos esperan en ciudades fronterizas mexicanas a la resolución de sus casos en tribunales  estadounidenses.

Ninguna de las dos partes habló sobre la previa amenaza de Trump de gravar los productos mexicanos con aranceles de hasta el 25% si no se reducía la migración ilegal.

Sin embargo, Ebrard insistió en que ahora se alejaba la posibilidad de una nueva confrontación con Estados Unidos.

Aunque no se trató el tema de la masacre en El Paso (Texas), Ebrard dijo que Mexico ha tenido acceso a las investigaciones sin restricciones, y recordó que EEUU votó a favor de una resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA) el 28 de agosto que condenó esa masacre y la clasificó como un acto de terrorismo. 

El secretario de Estado, Mike Pompeo, que también participó en la reunión a puerta cerrada junto al secretario interino de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan, había dicho antes a la prensa que, pese al progreso "sustancial",  México debe hacer “aún más”.

Si México llegó al encuentro con la idea de reclamar más atención al tráfico de armas, la Administración Trump dejó en claro que su prioridad seguirá siendo el combate a los cruces ilegales en la frontera sur. 

Una relación asimétrica

Así, la reunión se produjo en unos momentos de gran tensión entre ambos países, que mantienen una relación asimétrica, caracterizada por la cooperación pero también plagada de recriminaciones.

México ya ha puesto recursos y personal para atajar la crisis migratoria y el gobierno de Washington le “atrasa la meta”, según observadores.

Expertos consultados por Noticias Telemundo coincidieron hoy en que es más que probable que EEUU continuará presionando a México para ser “tercer país seguro”, y el gobierno mexicano seguirá resistiendo, especialmente cuando los cruces ilegales han disminuido.

“En última instancia, los dos lados tienen motivos para no perjudicar la relación: el gobierno mexicano, por su precaria situación económica, y el de EEUU porque se han reducido los cruces ilegales con la ayuda de México”, observó Andrew Selee, presidente del Instituto de Política Migratoria (MPI).

Por su parte, Michael Shifter, president del Diálogo Interamericano, vaticinó que, de cara a las elecciones presidenciales de 2020, se mantendrán las tensiones entre EEUU y México, toda vez que el tema migratorio le ha ayudado a Trump a mantener la lealtad de su base.

“Trump ha sido implacable con este asunto, y es casi seguro que tratará de utilizarlo para sacarle ventaja política a corto plazo, aunque las encuestas de opinión pública demuestran un creciente apoyo hacia los inmigrantes”, señaló Shifter.

“La relación asimétrica entre EEUU y México siempre ha causado fricción, pero en las últimas décadas se habían aliviado las tensiones. Trump ha regresado la relación a la década de 1980, y el costo a largo plazo para EEUU será enorme”, advirtió Shifter.

No está claro qué consecuencias afrontaría México si no cumple con las nuevas condiciones que pueda imponerle la Administración Trump más adelante. México firmó el acuerdo ante las amenazas de Trump de imponer aranceles a las exportaciones mexicanas.

Ayer, durante una inusitada rueda de prensa en la Casa Blanca, el comisionado interino de la Oficina de Aduanas y Control de Fronteras (CBP, por su sigla en inglés), Mark Morgan, elogió los logros de las autoridades mexicanas, incluyendo el arresto de unos 134,000 migrantes desde principios de año, en comparación con un total de 83,000 para todo 2018.

Pero Morgan causó polémica al sugerir que EEUU perseguirá más “acuerdos de colaboración” con México y otros países de la región, y que éstos incluirían compromisos de “tercer país seguro”.

Bajo el acuerdo de junio pasado, México desplegó a decenas de miles de soldados de la Guardia Nacional a sus fronteras en el norte y en el sur; amplió el programa “Quédate en México”, y se comprometió a ofrecer protecciones humanitarias y oportunidades de empleo a los migrantes.

Según datos oficiales de EEUU, para el pasado 1 de septiembre, la CBP regresó a México a más de 42.000 individuos bajo el programa “Quédate en México”.

Pero el gobierno de Trump quiere ver una mayor reducción de los cruces ilegales en la frontera, y que México mantenga el despliegue militar en sus fronteras.

De hecho, Morgan precisó que en la lista de tareas, EEUU quiere que México mantenga el despliegue de 25,000 soldados en sus fronteras, continúe ampliando el programa “Quédate en México”, siga compartiendo datos de inteligencia, y desarrolle acciones policiales en puntos estratégicos del territorio mexicano.

La Administración Trump ha sido objeto de críticas debido a los recortes de asistencia económica para atender de raíz los factores que alientan el éxodo de migrantes indocumentados de Centroamérica.

De hecho, Ebrard dijo hoy que México está haciendo inversiones para crear 60,000 empleos en el "Triángulo del Norte" y, a su juicio, también EEUU debería fomentar las oportunidades económicas en la región. 

El problema eterno de las armas

No es la primera vez que México exige acciones más contundentes de Washington contra el tráfico ilícito de armas que fluyen al sur.

El contrabando de armas de norte a sur ha sido una espina en la agenda bilateral, tomando en cuenta el alto índice de violencia en México, agravado por el fácil acceso a las armas de fuego.

Un informe de 2018 del "Centro para el Progreso Estadounidense" (CAP) señaló que EEUU fue la fuente principal de armas utilizadas en delitos en México y Canadá.

Entre 2014 y 2016, en 15 países en Norte y Centroamérica y el Caribe, las autoridades trazaron el origen de 50,133 armas recuperadas como parte de investigaciones criminales a Estados Unidos. Es decir, las armas procedentes de EEUU se usaron en delitos en la región aproximadamente una vez cada media hora.

Otro informe de la Oficina de Supervisión del Gobierno (GAO) también dio cuenta de que el 70% de las armas confiscadas en México y sometidas a análisis tuvieron su origen en EEUU. Desde luego, la flexibilización de las exportaciones de armas ha permitido una mayor venta en la región.

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