El huracán Dorian lleva días azotando la costa suroriental de Estados Unidos. Tras alcanzar la categoría 5 de 5 y destrozar las Bahamas —donde provocó al menos 30 muertes— y pasar cerca de Florida y Georgia, ha golpeado primero Carolina del Sur, y ahora está descargando su furia en la del Norte.
Pero el presidente, Donald Trump, ya hace cinco días mostró una especial preocupación por otro estado: Alabama.
Pese a que Dorian en ningún momento ha llegado a amenazar directamente esta región, como le hicieron notar distintos expertos y medios, aún este jueves el mandatario seguía poniendo el foco en ella.
Su obsesión ha desencadenado las burlas de varios usuarios en las redes sociales, además de los reproches de algunos meteorólogos. Sin embargo, él no ha parecido hasta el momento dispuesto a admitir un posible error. “Lo que dije era cierto”, tuiteó este jueves.
Todo empezó con otro tuit, el pasado domingo. “Además de Florida, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Georgia y Alabama serán con mucha probabilidad golpeadas (mucho) más de lo que se esperaba”, publicó.
Tan solo 20 minutos después, la sección del Servicio Meteorológico Nacional de Birmingham, Alabama, desmintió esa afirmación. “Alabama NO sufrirá ningún impacto por Dorian”, se apuró a difundir.
Pero a lo largo del día, Trump insistió dos veces más en que ese estado estaba bajo amenaza de Dorian: al conversar con periodistas y durante una reunión sobre el huracán. Y reiteró su convicción al día siguiente, después de que ABC publicara un reporte que sostenía que no iba a ser así.
Dos días después, Trump mostró en la Sala Oval de la Casa Blanca un mapa con un modelo de proyección de la posible trayectoria de Dorian realizado por el Centro Nacional de Huracanes la semana pasada. La imagen parecía haber sido modificada con un rotulador para incluir en el área posiblemente afectada también Alabama.
Algunos periodistas se dieron cuenta de ello, y le preguntaron si había sido él quien dibujó esa marca en el mapa. Trump contestó: “no lo sé”. Un funcionario de la Casa Blanca que habló con The Washington Post bajo condición de anonimato aseguró que nadie más podía haberlo hecho.
Este jueves, mientras que Dorian se alejaba cada vez más de Alabama, Trump volvió sobre el asunto varias veces a lo largo del día. En una serie de tuit, defendió otra vez que sus advertencias precedentes se basaban en informaciones certeras, y acusó a los medios de comunicación de difundir noticias falsas.
¿POR QUÉ TRUMP NO PUDO QUITARSE DE LA MENTE ALABAMA?
La Casa Blanca difundió este jueves un comunicado en el que el almirante Peter Brown, asesor del presidente, explicó que el día que el presidente habló de Alabama por primera vez (el domingo 1 de septiembre), le habían enseñado modelos predictivos que aseguraban que el estado podía sufrir vientos con fuerza de tormenta tropical debido al paso del huracán.
Una posibilidad que, según Brown, el NHC mantuvo entre sus previsiones entre el 27 de agosto y el 2 de septiembre. El almirante aseguró también que mostró a Trump modelos predictivos complementarios a los oficiales que incluían en las zonas de posible impacto áreas que iban más allá de las indicadas por las primeras
Como destaca Politico, sin embargo, ya el 30 de agosto el NHC aseguraba que la posibilidad de que esos vientos golpearan algún punto cualquiera de Alabama era del 11%, y que después este porcentaje bajó rápidamente a 0.
Este medio también subraya que los meteorólogos usan los modelos predictivos como herramientas y combinan varios para sus predicciones. Tanto de las previsiones como de los modelos ya estaba claro dos días antes del primer tuit de Trump que el huracán tomaría la direccíón del noreste tras golpear las Bahamas y pasar cerca de Florida.
Tim O’Brien, biógrafo del presidente y editor de Bloomberg, cree que el empeño en defender sus propias convicciones sobre Alabama y Dorian es una señal de que él considera un signo de debilidad admitir un error.
"Está dando cada vez más espacio a los peores aspectos de su personalidad: no admitir nunca un error y seguir obsesionado con él; y enfatizarlo, aunque esto no le sirva de nada", dijo a The Post.
Distintos meteorólogos reprocharon al presidente por su falta de precisión en lanzar alertas sobre los posibles efectos del huracán. "¡Debería haber admitido que cometió un error y seguir adelante!", escribió por ejemplo en un correo dirigido a The Associated Press Phil Klotzbach, científico investigador del Departamento de Ciencias Atmosféricas de la Universidad Estatal de Colorado.
Aunque de momento Trump no haya rectificado, ni dio explicaciones precisas sobre el por qué de su especial preocupación por Alabama —para la que este viernes por cierto se prevé sol— algo que parece claro es que el presidente no ha utilizado, para sostener públicamente su teoría, información muy actualizada.
Si este miércoles enseñó en la Sala Oval un mapa cuya publicación se remontaba a seis días antes, la misma noche tuiteó otro que incluso era de un día más antiguo, que, en su opinión, indicaba que Alabama estaba en riesgo de sufrir impactos del huracán. “No tiene ni idea de lo que está hablando”, zanjó el investigador de huracanes Brian McNoldy en declaraciones con AP.
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