IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

Este hombre fue deportado por una imagen que un desconocido le envió por WhatsApp a su celular

Un desconocido le envió una imagen hace años. Quedó guardada en su celular sin darse cuenta. Ahora, este hombre ha sido deportado por esa fotografía. Y no es el único caso, tenga cuidado.

Una fotografía enviada a través de la red social WhatsApp y guardada automáticamente en las imágenes del teléfono celular ha bastado para deportar a un hombre ilusionado con visitar a sus familiares en Estados Unidos por primera vez en muchos años.

No es el único caso.

Hace unos días, un joven estudiante de 17 años fue deportado en Boston (Massachusetts) después de que las autoridades migratorias encontraran supuestamente mensajes de contenido político negativo en sus redes sociales, pero no publicados por él sino por sus amigos en internet, según la web informativa The Harvard Crimson.

Cada vez son más los extranjeros a los que no se permite la entrada en Estados Unidos por este motivo, según la web informativa TechCrunch, es decir, no por lo que ellos publican sino por lo que personas a las que siguen en sus redes sociales publican.

El Departamento de Estado requiere a los solicitantes de visado que, además de su correo electrónico, dirección y teléfono, suministren la información sobre sus perfiles en redes sociales. Además, a su llegada a suelo estadounidense, los oficiales fronterizos tienen derecho a revisar el teléfono y la computadora de los viajeros, aunque no está claro que legalmente puedan requerir las contraseñas para entrar en redes sociales si éstas son necesarias.

El nuevo caso conocido este lunes afecta a un hombre, cuya identidad no se desvela para protegerle de represalias, que acababa de aterrizar en el aeropuerto internacional de Houston (Texas) tras un largo viaje desde Pakistán.

Tenía un visado B1/B2 para entrar en Estados Unidos, adonde no había viajado nunca antes, según TechCrunch. Aun así, fue llevado a una sala para ser interrogado por agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés).

Le revisaron el equipaje, y le ordenaron que desbloqueara su teléfono celular. Tras seis horas de espera, un agente regresó a interrogarle. Le acusaron de planear trabajar en la estación de servicio de su primo, pero él lo negó, asegurando que tenía un buen trabajo en su ciudad.

Entonces sacaron su teléfono celular y le enseñaron una imagen de un niño asesinado y mutilado. La fotografía, de 2009, había circulado por las redes sociales de su país para advertir de los peligros que acechan a los niños si no son vigilados cuidadosamente por sus padres.

Así la recibió este hombre, a través de un chat de WhatsApp: se la envió una persona a la que apenas conocía, y se quedó guardada automáticamente en su teléfono como tantas otras. Pero los agentes le interrogaron para averiguar si formaba parte de una red de tráfico de órganos humanos, y, tras 15 horas de espera, le denegaron el visado de entrada. A él, y cualquiera de sus familiares.

Es un caso similar al de Ismail B. Ajjawi, un joven palestino residente en Tiro (Líbano), al que también se revisó su teléfono celular a su llegada al aeropuerto internacional de Boston, según el citado diario.

Tras horas de interrogatorio, su visado estudiantil fue cancelado, y fue deportado. debía comenzar sus clases el 3 de septiembre en la Universidad Harvard, probablemente la más prestigiosa del mundo, para la que había conseguido una beca de la organización no gubernamental AMIDEAST.

Un portavoz de la CBP indicó al citado diario que el joven fue considerado “inadmisible”, sin explicar las razones. Ajjawi había llegado junto a otros estudiantes, que también fueron interrogados pero a los que sí se permitió la entrada a el país.

El joven asegura que una agente le pidió acceso a su computadora y teléfono, y lo estuvo revisando durante cinco horas. Luego le llamó a una sala: “Empezó a gritarme, me dijo que había encontrado a gente publicando opiniones políticas en contra de Estados Unidos en mi lista de amigos”.

“Yo respondí”, explica, “que no tengo nada que ver con esos mensajes, y que no me gustaron, los difundí o comenté, y por tanto no deberían hacerme responsable de ellos”. “No tengo una sola publicación en mis redes sobre política”, añadió.

No es la primera vez que ocurre: según el citado diario, al menos otros cuatro estudiantes de Harvard han visto denegada su entrada al país después del veto del presidente, Donald Trump, a viajeros de ciertos países mayoritariamente musulmanes.

Los agentes fronterizos procesan a más de un millón de viajeros al día que intentan llegar al país por tierra, mar o aire, y de media deniegan la entrada a 760, según TechCrunch. Entre otras cosas, revisa sus teléfonos y computadoras sin necesidad de orden judicial: el año pasado fueron 30.000 aparatos, incluidos los de ciudadanos estadounidenses.

A ello se añade que, desde junio, el Departamento de Estado puede solicitar los perfiles de redes sociales de los solicitantes de visados, lo que afecta a 15 millones de personas. En ocasiones, lo que provoca la denegación puede ser un simple mensaje de la red de mensajería WhatsApp, como denuncia Abed Ayoub, director del Comité Antidiscriminación Arabe-Estadounidense.

Ayoub menciona el caso de un estudiante con visado al que se negó la entrada por una imagen encontrada en su celular, que se había salvado automáticamente, según dijo el joven, tras ser recibida a través de WhatsApp.