El presidente Andrés Manuel López Obrador intentó el domingo trasmitir un mensaje de esperanza a su país, aunque reconoció que México enfrenta sombrías perspectivas económicas y un incremento de la violencia.
Durante su primer informe oficial a la nación, López Obrador reiteró que combatir la corrupción y la impunidad continúa siendo su prioridad.
“Nada ha dañado más a México que la deshonestidad de los gobernantes, y eso es la causa principal de la desigualdad económica y social, y de la inseguridad y la violencia, que padecemos”, afirmó.
El presidente desató una controversia al etiquetar el informe como tercero, contando uno que rindió tras los primeros 100 días y otro al cumplirse un año de su elección.
López Obrador tiene un índice de aprobación superior al 70%, más de un año después de ganar por amplio margen las elecciones presidenciales, pero sus opositores fueron muy visibles durante la presentación del informe gubernamental.
Alrededor de 3.000 personas se dirigieron hasta el Monumento de la Revolución para protestar contra el mandatario, incluso pidiendo su renuncia.
Sin embargo, el presidente restó importancia a sus opositores, que considera conservadores.
"Están moralmente derrotados porque no han tenido oportunidad de establecer un paralelo entre la nueva realidad y el último periodo neoliberal, caracterizado por la prostitución y el oprobio, que se ha convertido en una de la épocas más vergonzosas en la historia de México”, afirmó.
El el primer semestre del año México registró un récord de 17.608 homicidios, la mayoría debido al narcotráfico y el crimen organizado. El presidente le ha encargado a la recién creada Guardia Nacional la lucha contra este flagelo y afirmó que “se terminó la guerra de exterminio contra la llamada delincuencia organizada”.
Por otro lado, a pesar de señales que apuntan a que México parece acercarse a una recesión, el presidente dijo que la estabilidad debería medirse por la felicidad del pueblo y no por el crecimiento del producto interno bruto. Y el mexicano es “feliz, feliz, feliz”, aseguró.
También celebró el ahorro de 145.000 millones de pesos (7.250 millones de dólares), en recortes de gastos que han afectado incluso al sistema de salud pública. Su gobierno redujo los salarios de funcionarios públicos y canceló oficinas en el extranjero que promovían la inversión en México.
El mandatario reiteró el domingo su intención de realizar una consulta pública a la mitad de su presidencia, como antecedente para determinar si los gobernantes electos deberían completar sus periodos.
"No es un mero cambio de gobierno, sino un cambio de régimen. No ha sido ni será más de lo mismo, está en marcha una auténtica regeneración de la vida pública de México", dijo López Obrador ante el Congreso.