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Esta latina dio a luz sola en una prisión "sucia, fría y dura" de Colorado. Sus carceleros ignoraron sus gritos de dolor

El video de la celda muestra a la mujer quitándose la ropa. La puerta de su celda se abre, pero nadie entra para ayudar. Solo cuando el bebé cae en la cama, un hombre con guantes quirúrgicos ingresa a la celda.

El 14 de julio de 2018, Diana Sánchez, que ya tenía más de ocho meses de embarazo, fue encarcelada en la cárcel del Condado de Denver por cargos relacionados con robo de identidad. La hispana nunca imaginó que se vería obligada a parir sola en una celda fría, mientras sus gritos eran ignorados por los carceleros.

Ahora Sánchez ha presentado una demanda federal contra la ciudad y el condado de Denver, el Centro Médico de Salud de Denver y seis personas, meses después de que una investigación interna realizada por el Departamento del Sheriff de Denver exoneró a sus agentes de irregularidades.

"Eso es emblemático de cuán dañado está realmente el sistema", dijo Mari Newman, abogada de Sánchez, a The Washington Post. "Afirman haber hecho una revisión y su conclusión es que no había nada mal con el hecho de que una mujer nunca fue llevada al hospital y terminó dando a luz en una celda de la cárcel sucia, fría y dura. Es realmente incomprensible".

 Una portavoz del departamento del sheriff le dijo a la estación local KDVR el miércoles que la investigación del año pasado concluyó que los oficiales "tomaron las medidas apropiadas bajo las circunstancias y siguieron las políticas y procedimientos relevantes". Pero, agregó, "desde entonces se ha aclarado la política y cuando una reclusa esté en trabajo de parto, se llamará a una ambulancia de emergencia”.

Según la demanda de Sánchez, el personal médico de la cárcel tomó nota de su condición y sabía que su fecha de parto estaba a poco más de tres semanas.

Alrededor de las 5 a.m. del 31 de julio, Sánchez le avisó a la carcelera que le estaba preparando el desayuno de que estaba teniendo contracciones.

Sánchez les advirtió a los agentes y enfermeras sobre sus contracciones "al menos ocho veces esa mañana", pero no se le brindó atención médica y nunca llegó una ambulancia al hospital, según la denuncia. Durante las siguientes cuatro a cinco horas, Sánchez pasó sola el trabajo de parto, un proceso "largo y doloroso" que fue captado en su totalidad en un video de vigilancia que el personal de la cárcel era responsable de monitorear, según la demanda.

Alrededor de las 10 de la mañana, Sánchez informó que había roto la fuente, por lo cual estaba a punto de dar a luz. Pero la enfermera de la cárcel solo solicitó una camioneta, a pesar de que sabía que el traslado de Sánchez demoraría horas debido a que primero deben ser trasladados en el vehículo los detenidos que ingresan a la cárcel.

Mientras, le dieron a la mujer una almohadilla para que la pusiera en la celda. Menos de una hora después, Sánchez comenzó a gritar pidiendo ayuda, según la denuncia. Cuando una enfermera fue informada de la situación, supuestamente respondió que Sánchez ya tenía programado ir al hospital y no le brindó ayuda.

A las 10:42 a.m., el video de la celda mostró a Sánchez quitándose la ropa, adolorida. La puerta de su celda se abre, pero nadie entra para ayudar. Solo cuando el bebé cae en la cama, un hombre con guantes quirúrgicos ingresa a la celda; también se ven al menos dos personas en uniforme.

El Departamento de Bomberos de Denver tardó otros 15 minutos en llegar, según la demanda. Sánchez y su bebé no fueron trasladados al hospital hasta alrededor de las 11:15 a.m., más de 30 minutos después de haber dado a luz, alegó la demanda.

"Pusieron en riesgo la vida de mi hijo", dijo Sánchez a KDVR en agosto de 2018. "Cuando llegué al hospital, dijeron que podría haber muerto desangrada".

La demanda menciona varios incidentes pasados ​​en los que los reclusos bajo la supervisión de la ciudad, el condado de Denver y el personal del Centro Médico de Salud de Denver no habría recibido atención adecuada.

Un caso, que se resolvió hace unos 10 años, resultó en un acuerdo en el que el personal de la cárcel debería informar las emergencias médicas en la cadena de mando y, si no se tomaban medidas, llamar al 911, dijo Newman, algo que incumplieron cuando a Sánchez se le presentaron dolores de parto.

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