El presidente estadounidense, Donald Trump, dijo este lunes que su Gobierno ha recibido una comunicación de las autoridades chinas en la que apuntan que están dispuestas a volver a la mesa de negociaciones después de que la guerra comercial entre los dos países se intensificó en los últimos días.
"China llamó la pasada noche a nuestros responsable comerciales y pidieron volver a la mesa... Es un acontecimiento muy positivo para todo el mundo", recalcó Trump durante unas breves declaraciones junto con el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, con el que se reunió este lunes al margen de la cumbre del G7, una cumbre anual entre los líderes de EEUU, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y Japón.
Mientras, un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo que no sabía de qué estaba hablando Trump.
Trump además manifestó su "gran respeto" por el presidente chino, Xi Jinping, por dar este paso y señalar que "quieren un acuerdo" que ponga fin a la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que dura ya año y medio. Pasos como este muestran "por qué Xi es un gran líder", ya que "comprende cómo funcionan las cosas", apuntó el mandatario estadounidense.
Este sería el primer contacto entre China y EEUU después de que la semana pasada se impusieran mutuamente nuevos aranceles. Trump, en un tono muy positivo,dijo: “Empezaremos muy pronto" las conversaciones con Pekín. “Veremos qué pasa", añadió.
Este anuncio llega después de que el pasado viernes Donald Trump escaló dos nuevos peldaños en la guerra comercial con China, después de que Pekín anunciara unos aranceles de represalia contra Estados Unidos.
Ese día, Trump anunció que aumentaría dos rondas de aranceles anunciadas previamente y que aún no han entrado en vigor, y además avanzó que podría invocar la Ley de Emergencia Nacional para ordenar a las empresas estadounidenses que operan en China que abandonen sus actividades en ese país.
TENSIONES DEL PASADO
En el pasado, las reuniones del G7 ya vivieron climas de tensión. En 2018 Trump amenazó con acabar con las relaciones comerciales con todos los países que participan en el encuentro. Llegó tarde a un desayuno de trabajo, se saltó un mitin sobre cambio climático y retiró su respaldo a una declaración conjunta al final de los encuentros.
Y luego criticó duramente al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, porque este se fue del G7 para reunirse con el líder norcoreano Kim Jong Un.
Este año, la situación no ha sido muy distinta. El sábado, el presidente Trump amenazó con cargar con nuevos aranceles a los vinos franceses. La Unión Europea contestó que, si se diera el caso, tomaría represalias. Anteriormente, Trump acusó a los países europeos de “matar el comercio estadounidense”.
En la reunión de este domingo con el primer ministro británico, el mandatario aseguró que lo considera “el hombre adecuado” para administrar la salida de Reino Unido de la Unión Europea, y dijo que ambos están trabajando a un gran comercial.
También dijo que él y los demás líderes del G7 estaban debatiendo sobre si permitir a Rusia volver a participar en la cumbre tras su exclusión en 2014 por la anexión de la península de Crimea, que era territorio de Ucrania, y que hay posibilidades de que este país sea invitado el año que viene, cuando el mitin internacional está programado Estados Unidos.
El presidente se reunió posteriormente con el primer ministro japonés Shinzo Abe. Preguntado por un periodista durante el encuentro sobre qué opinaba de los nuevos experimentos con lanzamientos de misiles del líder de Corea del Norte, Trump afirmó que no estaba "contento", pero que Kim no estaba violando ningún acuerdo. Abe disintió, al considerar que sí se estaba produciendo una clara violación de las resoluciones de Naciones Unidas.
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