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La Casa Blanca niega que Trump esté arrepentido por la escalada de tensión en la guerra comercial con China. "Lamenta no haber subido más los aranceles"

El presidente llegó a la cumbre en Francia en el medio del choque económico con el gigante asiático y después de amenazar con nuevos aranceles también a países europeos
El presidente, Donald Trump, este domingo en Biarritz (Francia) durante la cumbre del G7.
El presidente, Donald Trump, este domingo en Biarritz (Francia) durante la cumbre del G7. AP / AP

El presidente, Donald Trump, llegó este sábado al G7, la cumbre anual entre los líderes de EEUU, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y Japón, en un clima de tensión internacional por la guerra comercial que mantiene con China y por tener la vista puesta en Europa para comenzar otra. 

Pero este domingo, un día en que se celebran algunas reuniones bilaterales entre los máximos representantes de estos países, pareció mostrar un tono más conciliador.

Al atender a los periodistas durante un encuentro con el primer ministro británico, Boris Johnson, Trump mostró una pequeña señal de arrepentimiento sobre la escalada del choque económico con el gigante asiático, cuyo último capítulo se caracterizó por una ulterior subida de los aranceles sobre productos chinos, después de que ese país anunciara esta semana impuestos adicionales a bienes estadounidenses por 75.000 millones de dólares. 

El presidente aseguró que tenía “dudas” sobre este asunto, así como sobre otros aspectos de actualidad. “Tengo dudas sobre todo”, confesó. 

Horas después, la Casa Blanca aseguró que las palabras del presidente no habían sido bien entendidas. "Su respuesta ha sido malinterpretada", declaró la portavoz Stephanie. "El presidente Trump está arrepentido por no haber impuesto a China aranceles más altos", añadió.

Trump afirmó que no tiene previsto ahora mismo declarar una emergencia nacional por la guerra comercial con China, una opción que anteriormente había asegurado tener en consideración para forzar a las compañías estadounidenses a que dejaran de hacer negocios allí. Aunque precisó que, “en muchos aspectos”, la situación de tensión con ese país sí es “una emergencia”. 

El presidente negó que alguno de los líderes del G7 le pidiera que frenara la guerra comercial. "Nadie me ha dicho eso", respondió el presidente estadounidense a una pregunta relacionada con este enfrentamiento económico, que está ralentizando el crecimiento económico mundial. E insistió en que actualmente EEUU y China “se llevan bien”.

Anteriormente a estas declaraciones, Trump negó que entre él y los representantes de los demás países del G7, que se celebra en Biarritz (Francia) hubiera tensiones, y culpó en Twitter a los medios de comunicación de difundir falsas noticias al respecto. 

“Estamos teniendo muy buenas reuniones, los líderes se llevan muy bien, y nuestro país, económicamente, está muy bien: ¡se habla del mundo!”, escribió.

TENSIONES DEL PASADO

En el pasado, las reuniones del G7 sí se celebraron en un clima de tensión. En 2018 Trump amenazó con acabar con las relaciones comerciales con todos los demás países que participan en esta cumbre. Llegó tarde a un desayuno de trabajo, se saltó un mitin sobre cambio climático y retiró su respaldo a una declaración conjunta al final de los encuentros. 

Y luego criticó duramente al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, porque este se fue del G7 para reunirse con el líder norcoreano Kim Jong Un. 

Este año, la situación parecía tener una pinta parecida. Justo este sábado, el presidente amenazó con cargar con nuevos aranceles los vinos franceses. La Unión Europea contestó que, si se diera ese caso, tomaría represalias. Anteriormente, Trump acusó a los países europeos de “matar el comercio estadounidense”.  

En la reunión de este domingo con el primer ministro británico, el mandatario aseguró que los considera “el hombre adecuado” para administrar la salida de Reino Unido de la Unión Europea, y aseguró que ambos están trabajando a un gran comercial.

También dijo que él y los demás líderes del G7 estaban debatiendo sobre si permitir a Rusia volver a participar en la cumbre tras su exclusión en 2014 por la anexión de la península de Crimea, que era territorio de Ucrania, y que hay posibilidades de que este país sea invitado el año que viene, cuando el mitin internacional está programado Estados Unidos.

El presidente se reunió posteriormente con el primer ministro japonés Shinzo Abe. Preguntado por un periodista durante el encuentro sobre qué opinaba de los nuevos experimentos con lanzamientos de misiles del líder de Corea del Norte, Trump afirmó que no estaba "contento" de ello, pero que Kim no estaba violando ningún acuerdo. Abe disintió, al considerar que sí se estaba produciendo una clara violación de las resoluciones de Naciones Unidas.

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