Irán se ha unido por sorpresa a la cumbre del G7, celebrada durante este fin de semana en Biarritz (Francia). El país anfitrión invitó a Jawad Zarif, ministro de Relaciones Exteriores de Irán, para tratar de aliviar las tensiones sobre su programa nuclear, según un alto funcionario francés.
La decisión de invitar a Jawad Zarif este domingo a esta reunión anual en la que participan las principales pontencias económicas del mundo -Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Francia, Alemania, Italia, y Japón- se produjo después de que los líderes, incluido el presidente Donald Trump, se reunieran para cenar el sábado por la noche.
Cuando se le preguntó si la Casa Blanca estaba al tanto de la visita, el funcionario francés dijo que operan en sus "propios términos", pero señaló que Macron y Trump se reunieron ayer durante dos horas y discutieron sobre Irán, así como en la cena grupal con otros líderes.
El funcionario francés, que no estaba autorizado para ser nombrado públicamente, dijo que Francia considera importante consultar con Zarif para continuar acercando posiciones y reducir las tensiones. Esta misma fuente aseguró que los estadounidenses en Biarritz no se reunirán con Zarif, y que Francia "está trabajando con total transparencia con los Estados Unidos y los socios europeos".
Este es un viaje sorpresa de Zarif. Solo se sabía que viajaría en los próximos días a Asia como parte de su gira para obtener apoyo para Irán en medio de la campaña de Estados Unidos contra él desde que Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo nuclear de Teherán en 2015 con las potencias mundiales.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Abbas Mousavi enfatizó en su tuit que "no habrá reuniones o negociaciones" con funcionarios estadounidenses durante el viaje de Zarif.
RELACIONADAS:
Trump llega a la cumbre del G7 obsesionado con la guerra comercial