Tras 19 días de bloqueo a las puerta de Europa, finalmente este martes los 83 inmigrantes a bordo del barco de rescate Open Arms desembarcaron en la isla de Lampedusa (Italia) tras una orden emitida por la justicia de este país. El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, se había negado a recibir a los migrante a pesar del drama que se vivía en el buque.
Con el paso de los días, la situación se había ido tensando hasta un punto insostenible. Algunos migrantes saltaron por la borda en un intento desesperado de escapar de las condiciones precarias en la nave. Además, los ataques de ansiedad y las peleas eran frecuentes entre los migrantes en cubierta, según denunció la organización humanitaria Open Arms , dedicada al rescate en el mar de inmigrantes que buscan llegar a Europa desde el norte de África.
Tras subir a bordo de la nave española acompañado de médicos para verificar el estado de los migrantes y la situación a bordo, el fiscal de Agrigento (Sicilia), del que depende Lampedusa, Luigi Patronaggio, ordenó finalmente este martes la incautación temporal del barco humanitario español y el desembarco en el puerto de Lampedusa (Italia) de los 83 migrantes que seguían a bordo. “La situación en el barco es explosiva, de máxima urgencia”, dijo sobre su decisión el fiscal Patronaggio,
Cuando el barco se acercaba al puerto de Lampedusa, en torno a las 23.50 hora local (21.50 GMT), los migrantes celebraron la decisión del fiscal con aplausos, abrazos y gritos de celebración. Algunos empezaron a cantar el himno partisano "Bella Ciao" poco antes de pisar tierra.
Según fuentes del procedimiento consultadas por la agencia Efe, el fiscal ha tomado esta decisión al amparo del artículo 328 del Código Penal, que castiga con entre seis meses y dos años al funcionario público que haya omitido su deber que, "por razones de justicia o de seguridad pública, o de orden público o de higiene y salud, debe ser cumplido sin retraso".
La Fiscalía investigaba un presunto delito de secuestro de personas para determinar por qué no pudieron desembarcar los migrantes en Italia a pesar de que un tribunal tumbó la semana pasada la orden del ministro del Interior, el ultraderechista Matteo Salvini, de que el barco no entrara en aguas territoriales italianas.
La investigación no va dirigida contra nadie en concreto pero a nadie se le escapa que Salvini y su intransigencia de no abrir los puertos a las ONG es el responsable de la situación, y ya fue acusado el año pasado de ese delito por impedir a un barco militar italiano desembarcar a un centenar de migrantes.
En los últimos días, el "Open Arms" fue adelgazando su pasaje de migrantes rescatados tras un goteo de evacuaciones parciales por motivos médicos y lanzamientos al mar. El buque de la ONG española llegó a tener a bordo cerca de 160 migrantes, rescatados en el Mediterráneo entre el 1 y el 10 de agosto en tres operaciones.
Horas antes de la autorización del desembarco, un buque de la Armada española había sido enviado por el Gobierno de Pedro Sánchez a Lampedusa para hacerse cargo de los migrantes y escoltar al "Open Arms" hasta el puerto de Mallorca (España).
Aunque la primera oferta del Gobierno español para abrir un puerto a estos migrantes llegó el domingo pasado, tras 17 días de odisea, el barco humanitario se negó a navegar por sus propios medios hasta cualquier puerto español.
Con los migrantes hacinados en cubierta en duras condiciones, alegaban motivos de seguridad, falta de instalaciones y el mal estado físico y psíquico de los rescatados, así como el cansancio de la tripulación y los voluntarios por la larga crisis.
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