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Una boda en Kabul, Afganistán, acaba en masacre por ataque suicida con bomba. Hay al menos 63 muertos y 182 heridos

La matanza ocurre en un periodo protagonizado por las negociaciones entre EEUU y los talibanes para encontrar un acuerdo de paz tras 18 años de guerra

La que iba a ser este sábado por la noche una fiesta de boda multitudinaria en un salón de la capital de Afganistán, Kabul, terminó convirtiéndose en la peor masacre de este año en la ciudad. Un ataque suicida con bomba perpetrado en el medio de las celebraciones provocó la muerte de al menos 63 personas y 182 heridos, según confirmó el Ministerio de Interior del país a NBC News. Entre las víctimas hay también mujeres y niños.

La matanza ocurrió justo en un periodo en que la administración Trump dio a entender que está dispuesta a firmar un acuerdo de paz con los talibanes, grupo político-militar contra el que EEUU mantiene una guerra desde 2001 en Afganistán. 

Estos, que en el pasado fueron autores de ataques a gran escala en Kabul, se apresuraron a negar cualquier responsabilidad en la masacre del sábado. Por otro lado, la organización local afiliada al Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) sí reclamó la autoría de lo sucedido, aunque NBC no ha podido confirmar de manera independiente tal declaración. 

Ahmad Omid, uno de los sobrevivientes, dijo que en la fiesta se encontraban unos 1.200 invitado. Él estaba allí porque el novio, identificado como Mirwais, es primo de su padre.

El prometido, por su lado, explicó a un medio local que la bomba estalló cuando la boda estaba a punto de empezar. 

La explosión tuvo lugar cerca de un escenario donde tocaban unos músicos. "Estaba con el novio en la otra habitación cuando escuchamos la explosión. Luego no pude encontrar a nadie", contó Omid. "Todos estaban acostados por el pasillo". Gul Mohammad, testigo ocular del ataque, vio que "todos los jóvenes, niños y todas las personas que estaban allí fueron asesinados". 

Mirwais sobrevivió, pero se siente completamente destrozado. "Nunca podré olvidar esto, por mucho que lo intente", afirmó, y añadió que entre los fallecidos hay muchos familiares y vecinos. No está claro si la persona con la que se iba a casar sobrevivió.

La explosión ocurrió en un vecindario occidental de Kabul donde viven muchas muchos miembros de la comunidad minoritaria chiíta hazara. Este domingo, algunos participantes en la boda y parientes empezaron a enterrar a los que no sobrevivieron. "No puedo ir a los funerales, me siento muy débil", dijo el novio.

El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, calificó en Twitter el ataque de “inhumano”, expresó su pésame y declaró un día de duelo. También aseguró que los talibanes no se pueden declarar sin responsabilidad, porque, en su opinión, “dan soportes a los terroristas”. 

El portavoz del presidente, Sadiq Sadiqqi, se declaró en la misma red social “devastado” por la noticia. “¿Cómo es posible entrenar a un ser humano para que se haga explotar a sí mismo en una boda?”, se preguntó. El vocero talibán Zabihullah Mujahid dijo en un comunicado que ataques “bárbaros” como este “están prohibidos y son injustificables”. También el embajador de EEUU en Afganistán, John Basso, condenó la masacre.

NEGOCIACIONES ENTRE LAS VIOLENCIAS

Este mes ya hubo otro ataque violento que provocó víctima. Ocurrió el 7 de agosto, cuando un coche bomba de los talibanes que tenía como objetivo a las fuerzas de seguridad de Afganistán estalló en la calle de un transitado barrio del oeste de Kabul, dejando a 14 personas muertas y 145 heridas, en su mayoría mujeres, niños y otros civiles.

Pocos días antes, Zalmay Khalilzad, el diplomático delegado por EEUU para llevar las negociaciones de reconciliación con Afganistán, informó de que hubo "un excelente progreso" en las conversaciones para alcanzar un acuerdo de paz e  indicó como plazo para que esto sea posible la fehca del 1 de septiembre.

El acuerdo prevería que EEUU retire a las tropas de Afganistán dentro de un plazo específico, a cambio de que los talibanes se comprometan a no permitir que en el país haya espacio para grupos terroristas, acepten un alto el fuego y se sienten a la mesa para  mantener conversaciones de paz con el gobierno afgano.

El actual presidente, Ashraf Ghani ha sido marginado de las negociaciones después de que los talibanes lo desestimaran al acusarlo de ser un títere de Estados Unidos. Tras una reunión con su equipo de Seguridad Nacional el pasado viernes, Trup tuiteó que el mitin había sido “muy bueno” y que tanto EEUU como los adversarios en la guerra estaban dispuestos a buscar un acuerdo. 

Aunque se comprometieron a principios de año a hacer más para proteger a los civiles, los talibanes siguen perpetrando cruentos atentados contra las fuerzas de seguridad afganas y de otra índole en lo que es visto como un intento para fortalecer su posición en la mesa de negociaciones.

 El conflicto no para de cobrar su horrible cuenta de vidas humanas civiles. El año pasado, más de 3.800 personas, de ellas más de 900 menores, murieron en Afganistán debido a acciones de los talibanes, las fuerzas de Estados Unidos y Aliadas, una célula afiliada al Estado Islámico y otros actores, dijo Naciones Unidas.

Los enormes salones de bodas de Kabul son centros de vida comunitaria en una ciudad cansada de décadas de guerra. Para estos eventos se llegan a gastar miles de dólares en una sola tarde. 

En la invitación para la boda donde se produjo la masacre de este sábado, se pedía a los asistentes que celebren “un mundo de esperanza”. Pero el novio, Mirwais, no puede ver las cosas así después de lo que pasó. “Sé que esta no va a ser la última causa de sufrimiento para los afganos”, dijo. “El sufrimiento seguirá”. 

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