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Miles de manifestantes paralizan por segundo día seguido el aeropuerto de Hong Kong, uno de los más transitados del mundo

Hong Kong (China) vive desde hace semanas una oleada de protestas antigubernamentales

El aeropuerto de Hong Kong (China), una de las infraestructuras de este tipo con más tráfico de pasajeros del mundo, quedó este martes paralizado por según día seguido por la irrupción de miles de manifestantes congregados en protestas antigubernamentales. 

A partir de las 4.30 p.m. hora local, todas las operaciones de facturación para las salidas previstas quedaban suspendidas, según comunicaron las autoridades del aeropuerto. Algunos vuelos por los que ya se había completado este proceso se mantuvieron operativos. 

Las autoridades aseguraron que no se esperaban problemas por lo que se refiere a las llegadas, pero decenas de estos vuelos ya habían sido cancelados. Además, aconsejaron al público que no acudiera al aeropuerto, el tercero en el mundo por tráfico internacional de pasajeros y el octavo en términos absolutos, según el Consejo Internacional de Aeropuertos.  

El de este martes no es el primer día en el que se registran graves problemas de circulación en esta infraestructura. El lunes, protestas de una magnitud sin precedentes obligaron a cancelar más de 200 vuelos y paralizar todas las actividades de despegue y aterrizaje. “¡Si no hay manifestantes, solo hay tiranía!”, gritaban los congregados.

Estas manifestaciones representan la escalada de un verano de reclamaciones a las autoridades por la que muchos residentes de Hong Kong ven como una erosión creciente de las libertades que se les prometió en 1997. Ese año, China continental, gobernada por el Partido Comunista, tomó el control de la ciudad, que hasta ese momento había sido una colonia británica.

En particular, el desencadenante de las protestas fue el intento (de momento no llevado a cabo) de las autoridades de Hong Kong —que tiene concedido de China un régimen administrativo especial— de poner en vigor una norma que permitiría la extradición de presuntos criminales allí para ser juzgados. Los opositores se indignaron porque consideraron que esto podría traducirse para los acusados en tener que enfrentarse a torturas o juicios políticos.

Además, ya hubo un anterior un movimiento de oposición que bloqueó gran parte de la ciudad durante siete semanas en 2014. Esta oleada de tumultos fracasó y sus líderes acabaron en la cárcel.

Tensión creciente

Pero la tensión en las protestas de este verano, que vio a los manifestantes concentrarse en el aeropuerto durante cinco días, ya había subido notablemente anteriormente a la paralización de esta infraestructura. 

El pasado fin de semana, la policía hizo más estrictas las medidas de seguridad para contener las protestas. Algunos manifestantes arrojaron ladrillos, huevos y objetos en llamas contra las estaciones de policía. Esta asegura que arrestó a 149 manifestantes en esos dos días, lo que eleva el total de los detenidos a más de 700 desde principios de junio. Las autoridades aseguran que varios agentes sufrieron quemaduras, contusiones y daños oculares infligidos por los manifestantes.

En respuesta, la policía disparó gases lacrimógenos contra la multitud en distintos puntos de la ciudad. La organización Amnistía Internacional denuncia que las autoridades han hecho uso excesivo de la fuerza. Por otro lado, un alto funcionario chino aseguró este lunes que los casos de ataques violentos contra agentes de policía mostraban que en Hong Kong estaban surgiendo "brotes de terrorismo”.

Así que lo que empezó como una protesta por un tema concreto acabó convirtiéndose en una reclamación de carácter múltiple, y que incluye peticiones de reformas democráticas y de una investigación independiente sobre los supuestos abusos policiales.

Este martes, los manifestantes que ocuparon el aeropuerto iban vestidos de negro y mostraban carteles en chino simplificado e inglés para atraer a los viajeros de China continental y otras partes del mundo. "La democracia es algo bueno", rezaba un letrero en caracteres chinos simplificados, que se utilizan en China continental en lugar de la escritura tradicional china de Hong Kong.

La jefa ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, manifestó su preocupación por la situación. "Tómense un minuto para observar nuestra ciudad, nuestra casa", ha dicho este martes la líder de la metrópoli en una conferencia de prensa en el complejo de la sede del gobierno, fortificada con barricadas llenas de agua de 6 pies de altura. "¿Podemos soportar verla mientras cae hacia al abismo?" preguntó con voz vacilante. Los manifestantes piden que dimita. 

La aerolínea de Hong Kong Cathay Pacific alertó que tendría "tolerancia cero" con los empleados que decidieran sumarse a las protestas, que definió "ilegales", y que evaluaría si despedir a quien eventualmente lo haga. 

Problemas para el turismo

El bloqueo del aeropuerto es un elemento añadido a un marco de tensión que las autoridades definen como “un duro golpe” para la industria turística de la ciudad. 

Los pasajeros se han visto obligados a buscar alojamiento en la ciudad, mientras que las aerolíneas luchan por encontrar otras formas de llevarlos a sus destinos.

Este martes, los vuelos volvieron progresivamente a una relativa normalidad por la mañana. Pero a la tarde los manifestantes dificultaron otra vez las operaciones. “No creo que vuelva a volar nunca más a Hong Kong”, afirmó Kerry Dickinson, una viajera que estaba teniendo problemas con su equipaje.

Este martes, la Alta Comisionada para los Derechos HUmanos de la ONU, Michelle Bachelet, manifestó su preocupación por la escalada de tensión en la ciudad. Un portavoz de su oficina aseguró que hay evidencias de que la policía está usando, para reprimir las protestas, armas no permitidas por las normas internacionales. 

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