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“No quiero vivir así. Es nuestro país”. Latinos viven con miedo días después de los tiroteos masivos que provocaron víctimas hispanas

Miembros de la comunidad hispana temen la posibilidad de ser objetivos de nuevos crímenes después de los ataques de Gilroy, California, y EL Paso, Texas, en los que murieron personas con el mismo origen
Algunas personas homenajean el pasado 6 de agosto a las víctimas del tiroteo masivo de El Paso, Texas.
Algunas personas homenajean el pasado 6 de agosto a las víctimas del tiroteo masivo de El Paso, Texas.  AP / AP

Erik Contreras, de 36 años, es nieto de inmigrantes panameños y mexicanos. Trabaja en una escuela de Union City, California, y tiene tres hijos. Tras los tiroteos masivos de Gilroy, California, El Paso,Texas, y Dayton, Ohio, que conmocionaron a EEUU en las últimas semanas y provocaron 34 víctimas mortales, entre ellas varias de origen hispano, ahora siente miedo. 

"El otro día fuimos al zoológico de Oakland y me di cuenta de que estaba buscando una  salida, por si acaso", afirma. También dice que se ha puesto a chequear nerviosamente las zonas de estacionamiento por temerse que alguien pueda atacar. “No quiero vivir así. Este es nuestro país”, asegura Contreras.

Este es hombre es una de las personas de origen latino que viven con miedo después de esos acontecimientos recientes. 

Patrick Crusius, el joven de 21 años que el sábado 3 de agosto mató supuestamente a tiros a 22 personas en un Walmart de El Paso, afirmó tras ser arrestado que su objetivo era atacar a mexicanos, según las autoridades. También publicó en una web, antes de perpetrar la masacre, un documento con contenido racista dirigido en especial contra los hispanos.  Este tiroteo se investiga como posible caso de terrorismo doméstico

Lo mismo hacen los investigadores que buscan reconstruir lo que pasó exactamente el 28 de julio, cuando se cree que un hombre armado disparó contra la multitud durante el Festival del Ajo de Gilroy, California, asesinando a tres personas, dos de ellas menores, antes de suicidarse. El agente especial del FBI encargado de la investigación no excluyó que el autor de esta matanza fuera atraído por el supremacismo blanco. 

La posibilidad de que la comunidad latina pueda ser objetivo de crímenes de odio hace que algunos de sus integrantes tengan una angustia tan fuerte que hasta prefieren no hablar en español, según The Associated Press. El temor a nuevos actos violentos está presente en varias zonas de EEUU, reporta esta agencia de noticias.

La poetisa Michelle Otero, de Albuquerque, Nuevo México, cuenta por ejemplo que lo primero que hizo al llegar a una exposición con mujeres de origen mexicano fue examinar el sitio en el que estaban. “Si irrumpe un tirador, ¿cómo saldremos vivos mi marido y yo?”, se preguntó.

Carlos Galindo-Elvira, representante de la Liga Anti-Difamación de Arizona, dice que en los días posteriores al tiroteo de El Paso la organización recibió llamadas de hispanos en busca de información sobre los supremacistas blancos y la página web donde se publicó el manifiesto. Algunos mostraron preocupación por si un tiroteo masivo pudiera ocurrir en Phoenix, una ciudad con más de un 40% de población hispana, asegura. 

ANSIEDAD EN LA FRONTERA DE EL PASO

El tiroteo de El Paso, Texas, localidad fronteriza con México donde más de un 80% de los habitantes son latinos, no dejó secuelas solo en la ciudad. También al otro lado de la frontera, los 1,3 millones de habitantes de Ciudad Juárez y de otras localidades de esa área han reaccionado con temor ante el clima de rechazo y odio hacia los mexicanos, según la agencia de noticias EFE. 

Durante el fin de semana, a pesar de que fuera libre de impuestos en la compra de útiles escolares, los puentes internacionales a El Paso estaban casi vacíos. El paisaje difería al de las habituales largas filas de vehículos a uno y otro lado de la frontera. 

El Fideicomiso de Puentes Fronterizos de Chihuahua, que regula los pasos del lado mexicano, aún no tenía este domingo datos estadísticos del número de cruces del último fin de semana. Pero la caída en el tránsito de vehículos o de personas que lo hacen a pie era palpable, reporta la agencia.

Muchos mexicanos evitaron cruzar de Ciudad Juárez hacia El Paso. "Ya no quieren ir a comprar. Ha habido un 50% menos de cruces durante esta semana", aseguró a Alex Méndez, de 46 años, que se gana la vida llevando maletas y bultos en un carrito de supermercado de las personas que pasan caminando.

Los que tienen una tarjeta fronteriza de cruce o nacieron en el lado estadounidense de la frontera pueden ir a El Paso para hacer compras, trabajar, estudiar o disfrutar de sus amigos y familiares. 

La mayoría de los mexicanos que han cruzado la frontera esta semana  son de Ciudad Juárez, una ciudad con una alta tasa de criminalidad (este año hubo más de 920 asesinatos). Otros de las localidades vecinas han evitado hacer sus compras en el lado estadounidense.

"La gente de la frontera vivimos marcados por la violencia y estamos acostumbrados a que la vida sigue. Por eso, no tenemos tanta miedo ahora como la gente de El Paso y otras ciudades", afirma Cecilia Andujo, una vecina de Ciudad Juárez. 

Esta mujer tiene a tiene dos hermanos ciudadanos estadounidenses que viven en El Paso desde hace más de veinte años. Ellos sí tienen miedo, dice. 

REACCIONES

Otro de los asuntos que preocupan a la comunidad latina es la presión que deriva de la política migratoria del presidente Trump, que amenaza continuamente de aplicar la mano dura contra los indocumentados que viven en EEUU. El presidente llegó a llamar en el pasado a los inmigrantes mexicanos “violadores” y definió como una “invasión” los flujos de hispanos que se intalan en el país.

Uno de los últimos hechos que generó miedo es una serie de redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) que llevó el pasado miércoles a detener a unos 680 indocumentados en Misisipi

Pero la comunidad hispana intenta reaccionar. “No me quedaré sentado en silencio mientras se llevan a mis padres”, se leía por ejemplo en una pancarta que llevaban este domingo dos jóvenes latinos durante una manifestación con varias docenas de participantes en Canton, Misisipi, en protesta por las redadas en este estado.

Entidades como las iglesias dan soporte a este impulso. Algunas de ellas están yendo más allá de brindar consuelo y ayuda material, con una respuesta que está convirtiéndose en oposición política. El viernes, obispos católicos, episcopales, metodistas y evangélicos luteranos de todo Misisipi denunciaron las redadas en un comunicado conjunto.

Otra herramienta importante para los que se quieren oponer a la situación es la de las asociaciones de activistas. Flaviano Graciano, del grupo de defensa de inmigrantes New Mexico Dream Team, afirma que  están utilizando tragedias como los tiroteos masivos para organizar a los residentes. Los grupos están planeando foros para ayudar a educar a los inmigrantes latinos sobre sus derechos y sobre cómo pueden protegerse de la violencia y las redadas anticipadas, agrega. 

Xiara Mercado, aviadora de la Fuerza Aérea de EEUU de origen latino, cree que una manera para superar el miedo es enfrentarse a él. Por eso decidió contar en Facebook de cuando una mujer la reprochó por hablar en español por teléfono mientras esperaba un café en un Starbucks.

Según denunció, la mujer le dijo que era “desagradable” que no hablara en inglés mientras llevaba el uniforme del ejército de EEUU. "Lo único desagradable aquí es que usted no tiene ni idea de su discriminación. Por favor, se informe. Y que tenga un buen día”, le contestó.

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