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Este migrante fue deportado y murió: “No sabemos a cuánta gente más enviará ICE a la tumba”

"Les supliqué", explicó este migrante antes de ser enviado a un país en el que no había nacido, cuya lengua no hablaba, y donde nunca antes había estado. Le explicamos por qué.

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) deportó en junio a un inmigrante a un país en el que no había nacido y en el que nunca antes había estado. Dos meses después, estaba muerto.

Jimmy Aldaoud nació en Grecia hace 41 años, pero llegó a Estados Unidos legalmente cuando tenía sólo un año, en mayo de 1979, según ha informado su abogado, Chris Schaedig, a la radio pública.

Tras pasar casi toda su vida en Detroit (Michigan), en junio fue embarcado en un avión rumbo a Najaf, una ciudad en el desierto iraquí a 110 millas de Bagdad.

Les supliqué, les dije, ‘nunca he estado en ese país, nunca he estado allí’. Pero me forzaron”, explicó el propio Aldaoud en un video publicado en la red social Facebook poco después de su llegada al país.

No tengo nada aquí, como pueden ver”, añadió en el vídeo, asegurando, con aspecto exhausto, que estaba buscando comida.

Aldaoud no hablaba árabe, y pertenecía a una minoría cristiana duramente perseguida en Irak, de donde su familia huyó antes de su nacimiento.

Estoy durmiendo en la calle”, añadió, “soy diabético, tomo insulina, he estado vomitando, vomitando”, añadió. Según su hermana, Mary Bolis, también había sido diagnosticado con desorden bipolar y esquizofrenia.

El pasado lunes, su familia recibió una llamada anunciándoles que había fallecido, sin especificar las causas. “Es una locura pensar que ha muerto solo en un país en el que nunca había estado”, se lamenta su hermana.

 “No entiendo la lengua”, explica su hermana que le dijo antes de fallecer, “no entiendo el dinero, no entiendo la calle, no puedo ni explicarte lo diferente que es esto”.

ICE ha explicado a la radio pública que Aldaoud “violó su estatus migratorio por numerosas convicciones criminales”. Según los registros policiales de Michigan, el hombre se declaró culpable en 15 ocasiones en los últimos 20 años, entre otros delitos de asalto, allanamiento, resistencia al arresto, y conducta desordenada.

“Si miramos a la lista de condenas criminales, sí, parece muy mal”, explica su abogado, “pero si vamos más allá de la superficie, si alguien quiere hacerlo, sólo era alguien que necesitaba ayuda y estaba cometiendo los crímenes más pequeños”, en su opinión vinculados al hecho de no tener hogar y a sus enfermedades mentales (los robos, por ejemplo, eran abriendo autos para robar las monedas en el portavasos). Los crímenes violentos eran contra su padre o familiares por culpa de su enfermedad, según su abogado.

Fue arrestado por ICE en 2017, y sus facultades mentales se fueron deteriorando progresivamente durante el proceso. Salió, volvió a ser detenido, y el pasado mes de abril fue detenido de nuevo por robar en un auto, y finalmente deportado.

El 2 de junio fue llevado en avión a Bagdad, sin avisar a su familia hasta que ya estaba fuera del país. “Sabíamos que no sobreviviría si era deportado”, aseguró la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, en inglés), para quien trabajaba su abogado, “lo que no sabemos es a cuánta gente más enviará ICE a la tumba”.