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Sobrevivió a un tiroteo. Pero fue condenada a una vida de sufrimiento

Un tirador le arrebató a su hija de 15 años y le llenó el cuerpo de balas, de plomo, un veneno neurotóxico. El costo de sobrevivir ha sido “una condena de por vida al dolor”, sin trabajo, sin hogar. Hay miles como ella

Una mujer que sobrevivió a un tiroteo masivo en el estado de Utah en 2007 dijo este jueves que la intoxicación por los residuos de plomo que dejaron más de 300 perdigones de una escopeta en su cuerpo la han condenado a vivir con migrañas, náuseas y otros problemas de salud.

Carolyn Tuft, cuya hija de 15 años fue asesinada en un centro comercial de Salt Lake City el día del tiroteo, ha perdido su negocio por su incapacidad para trabajar, le dijo a la agencia de noticias The Associated Press.

Cuando piensa en los sobrevivientes de otros tiroteos que lidian con problemas similares, incluidas las recientes masacres de El Paso (Texas) y Dayton (Ohio) la emoción la abruma.

"Me pone terriblemente triste y enferma hasta el corazón y enojada y, simplemente, me siento muy triste por esa gente”, dijo Tuft a The Associated Press.

Mary Anne Thompson, líder del capítulo local de la organización promotora de la regulación del uso y tenencia de armas Madres y padres exigen acción (Mom and Dads Demand Action), ha visto los efectos en su amiga Tuft: solía ser ciclista, excursionista y corredora.

"Carolyn tiene problemas para levantarse por la mañana y vestirse", dijo a la estación de televisión KUTV de Salt Lake City, que reportó la historia por primera vez. "Para muchos, como mi amiga Carolyn, es una sentencia de por vida de dolor".

Se han hecho pocas investigaciones sobre los efectos del envenenamiento por plomo de las municiones, dijo Gabriel Filippelli, profesor de ciencias en la Universidad de Indiana. Los médicos no le han dicho a Tuft cuánto tiempo más puede sobrevivir, pero ella dice que está luchando.

Una vez que el plomo ingresa al cuerpo, puede viajar a través del torrente sanguíneo y afectar órganos vitales como los riñones, el cerebro y el corazón, causando una letanía de problemas graves de salud. Puede incluir enfermedad renal, depresión, enfermedad cardíaca y pensamientos suicidas, dijo Filippelli.

"Literalmente, ahora hay miles de personas que son víctimas de tiroteos masivos o sobrevivientes de heridas de bala... tenemos que trabajar más para estudiar estos efectos", dijo.

Las balas o fragmentos de plomo retenidos pueden causar niveles elevados de plomo en la sangre y hacer que las personas se sientan enfermas, dijo Michael J. Kosnett, toxicólogo médico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado.

Pero incluso aquellos que no sienten síntomas porque los niveles son más bajos podrían estar en riesgo de tener efectos sobre la salud a largo plazo, agregó Kosnett.

Tuft recibió varios disparos cuando un hombre armado abrió fuego en el centro comercial Trolley Square, donde ella y su hija Kirsten Hinckley estaban comprando tarjetas de San Valentín en febrero de 2007.

Ambas fueron fusiladas varias veces. Hinckley no sobrevivió.

El tirador mató a cinco personas, incluida Hinckley, e hirió a otras cuatro antes de que la policía lo abatiera a tiros.

Tuft no favorece la prohibición total de armas, dijo. Pero sí apoya la prohibición de armas de asalto, verificaciones de antecedentes más fuertes y propuestas de leyes de "alerta roja", aquellas que permiten confiscar las armas de alguien considerado como un peligro para sí o para los demás.

"No está bien que alguien entre y te quite la vida así. No solo tu vida real, sino todo tu sustento y todo lo que esperabas y soñabas", dijo.