“Desea que termine su dolor”, explicó Alan Schmegelsky sobre su hijo, Bryer, de 18 años, “van a desaparecer con una llamarada de gloria, créanme”.
El joven y su mejor amigo, Kam McLeod, de 19 años, estaban siendo buscados frenéticamente desde hace días por la policía canadiense como sospechosos de al menos tres asesinatos en la provincia de Columbia Británica.
La Policía Montada ha informado este miércoles del hallazgo de dos cadáveres junto a un río en la provincia de Manitoba y cree que son ellos.
Según el padre de Bryer, se trataba de una misión suicida. Su hijo, que estaba sufriendo “un dolor muy serio”, terminaría por quitarse la vida antes que ser capturado.
“Un niño normal no viaja a través del país matando a gente”, aseguró a finales de julio al medio informativo Citytv.
La Policía Montada acusó a los jóvenes de la muerte de un ciudadano australiano Lucas Fowler, de 23 años; de su novia estadounidense, Chynna Deese, de 24 años; y de un canadiense, Leonard Dyck, de 64 años
Los cadáveres de la pareja, que estaba haciendo turismo en Canadá, fueron hallados baleados al borde de una autopista el 15 de julio. “Por lo que sé, su camioneta se estropeó, y entonces es cuando ocurrió la tragedia”, explicó la madre de la joven, Sheila Desee, a la emisora WSOC-TV.
Cuatro días después se encontró el cuerpo de la otra víctima, a cientos de millas de distancia, junto a la camioneta quemada de los presuntos asesinos. Dyck era profesor universitario y experto en Botánica, y le gustaba viajar y hacer acampadas, según sus allegados.
“Básicamente, hoy o mañana estará muerto, lo sé, descansa en paz, Bryer, te quiero, siento mucho que todo esto haya sucedido”, añadió el padre del presunto asesino.
El hombre y su esposa se separaron cuando su hijo tenía cinco años; la madre se mudó con el niño a Port Alberni, en la isla de Vancouver, y allí conoció a McLeod en la escuela elemental. Según su padre, nunca recibió amor o afecto, y sus “influencias no fueron buenos”, fueron, añadió, los videojuegos y la red social de vídeos Youtube.
Según el diario Daily Mail, el hombre, de 52 años, fue condenado por acosar a su ex esposa en 2010, y se le ordenó no acercarse ni a ella ni a su nueva pareja.
Tras cumplir 18 años y graduarse, el joven consiguió un trabajo en la cadena comercial Walmart a principios de este año, pero no le gustó y le dijo a su padre que se iba a mudar a otro lugar a buscar otro empleo junto a su amigo. Con su segunda paga se compró un traje negro: “Ahora me doy cuenta de que será su ropa mortuoria”.
La policía encontró los restos de otro auto usado presuntamente por los jóvenes, y también incendiado, en la ciudad de Gillam, en la provincia de Manitoba.
Los investigadores habían advertido que estaban armados y eran peligrosos. “Creemos que seguirán viajando”, ha indicado Janelle Shoihet, sargento de la Policía Montada. Su viaje mortal parece haber concluido.