En Tijuana, al otro lado de la frontera de San Diego (California) con México, los niños migrantes están yendo a una escuela creada en un autobús, ha reportado el sitio web La Silla Rota.
El autobús, que usualmente está estacionado al lado de un refugio, sirve de aula para menores mexicanos y centroamericanos.
Docenas de niños han pasado por la escuela sobre ruedas desde que abrió sus puertas en julio de este año.
El proyecto busca ayudar a los hijos de migrantes que se encuentran en la frontera con Estados Unidos, específicamente en el punto ubicado entre Tijuana y San Diego.
El autobús ha sido acondicionado con dos filas de escritorios al lado de las ventanas.
La escuela móvil ha recibido a 37 estudiantes de cinco a 12 años. Según las personas responsables, el autobús tendrá 20 alumnos más en las próximas semanas.
Las clases que se imparten en el autobús son dadas por tres profesores acreditados en México, quienes tienen experiencia trabajando con niños desplazados.
Los compartimentos que antes se usaban para guardar el equipaje de los pasajeros, ahora se emplean para utensilios didácticos como letras de colores y pinturas de acuarela.
El vehículo también fue acondicionado con un tablero acrílico, como los que se usan normalmente en las aulas.
La parte exterior del autobús tiene una pancarta con la frase Yes We Can (Sí Podemos), el nombre del proyecto que dio vida a esta iniciativa.
Estefanía Rebellón, una exrefugiada y directora de Yes We Can, ha dicho que los menores reciben educación bilingüe especializada para niños que tienden a tener un bajo nivel de alfabetización.
“Los niños migrantes tienen derecho a la educación y un espacio seguro donde puedan ser niños, mientras sus padres esperan el procesamiento de su solicitud de asilo”, dice el objetivo del programa.
De acuerdo con las políticas migratorias de Estados Unidos, los migrantes que quieren solicitar asilo en el país son obligados a esperar en México, sumándose a miles de otras personas en una lista de espera. Pasan meses hasta que se les permite acercarse a funcionarios estadounidenses para iniciar el proceso.
Las listas de espera son administradas por los mismos migrantes, así como por refugios locales y las autoridades mexicanas. El gobierno estadounidense decide cuántas personas pueden solicitar asilo diariamente, pero hay días en los que no llaman a nadie en algunas ciudades.
Si un migrante es llamado para iniciar el proceso, es dirigido al programa que le obliga a esperar en la frontera mexicana. Lanzado a finales de enero en Tijuana, el programa desde entonces se ha expandido a otras tres ciudades y casi 20.000 migrantes han sido regresados a México para que esperen allí la respuesta a su petición de asilo.
Rebellón ha dicho que esperan lanzar otro programa para adolescentes, el cual se llevara a cabo en tiendas de campaña.
Fue Rebellón quien recaudó los fondos necesarios para transformar el autobús en un aula móvil.
Rebellón, quien llegó a Estados Unidos a los 10 años como refugiada colombiana, conoce de primera mano las necesidades y los problemas de los migrantes.
Luego de ver a los grupos de migrantes centroamericanos que llegaban a la frontera con Estados Unidos en caravanas a finales del año pasado, la mujer decidió poner en marcha el proyecto escolar. Primero lo hizo en tiendas de campaña hasta que tuvo los medios suficientes para transformar el autobús.
"Esto es muy personal y, a la luz de lo que estamos viendo y aprendiendo, es importante mostrar que las personas en Estados Unidos tienen compasión y darán un paso adelante cuando otros les den la espalda a quienes buscan refugio", ha afirmado Rebellón.
La directora del programa ha dicho que le gustaría expandir la iniciativa a Ciudad Juárez y Mexicali, otras ciudades fronterizas que también están enfrentando el aumento en la población migrante.
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