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Esta mujer fue a un hospital por un problema de salud. Acabó muerta con toda su sangre en la basura

Sus familiares culpan al hospital de un error terrible.

Los familiares de una mujer que murió desangrada en un hospital de Utah demandaron a la instalación médica alegando que la sangre de la paciente y siete unidades adicionales fueron a parar a la basura por error de los cirujanos.

Donnamay Brockbank tenía 62 años cuando el 11 de julio de 2018 entró a uno de los quirófanos del hospital St. Mark's, de la localidad de Millcreek. No se trataba de una operación de rutina, aunque tampoco era una emergencia: el plan era retirarle un dispositivo cardíaco metálico que le estaba provocando una reacción alérgica.

Lo que sucedió después no tiene explicación para su familia, que considera que los médicos no cerraron un canal por donde drenaba su sangre, que terminó en grandes cantidades dentro de un bote de basura.

Con esta versión de los hechos, la familia de Brockbank presentó este hace unos días ante en el Tribunal del Tercer Distrito Judicial en Salt Lake City una demanda contra los cirujanos que la atendieron.

De acuerdo con un reporte de NBC News, los familiares de la paciente argumentan que “se desangró hasta morir porque toda su sangre y siete unidades adicionales” de sangre que le habían suministrado drenaron de su corazón hacia un recipiente dedicado a los desechos médicos a través de una cánula que los cirujanos Shreekanth V. Karwande y David G. Affleck no llegaron a cerrar.

“La Sra. Brockbank sangró hasta que su corazón ya no pudo latir porque toda su sangre se encontraba en el bote de basura debajo de la mesa de operaciones”, indica la demanda.

Según el documento, los médicos habían insertado una cánula delgada en una de las venas de la paciente y emplearon una máquina de derivación cardiopulmonar para bombear la sangre hacia un reservorio desechable durante la cirugía.

Al parecer, Karwande y Affleck salieron de la sala de operaciones después de la cirugía sin haber retirado ese tubo, indica la demanda. Luego, otro empleado desconectó la máquina, colocando el depósito con sangre en el bote de basura.

Cuando el corazón de Brockbank comenzó a bombear por sí solo, la sangre continuó drenando mediante esa canalización y se acumuló en el reservorio.

Mientras esto ocurría, según un reporte de a The Washington Post, el médico salió del quirófano y le informó a la familia que la cirugía había sido exitosa, que el corazón de la paciente latía por sí solo y que la herida quirúrgica ya había sido cerrada.

Fue entonces que el anestesiólogo, Dr. Kyle Enslin notó una disminución preocupante de los signos vitales de la mujer y alertó al doctor Karwande.

Cuando este se puso en funciones, “la Sra. Brockbank ya sufría graves problemas porque toda su sangre se había drenado en el depósito que estaba en el bote de basura”, sostiene la demanda.

El equipo médico optó por bombear siete unidades de sangre hacia el organismo durante 40 minutos, pero esta seguía perdiéndose ya que nadie se había dado cuenta de que la cánula continuaba abierta.

Según The Washington Post, aproximadamente una hora y media después de decirle a los hijos de Brockbank que ella estaba bien, el mismo cirujano regresó, pero para decirles que había muerto.

La demanda establece que la muerte de Brockbank se podría haber evitado si los galenos hubieran notado su error.

Mientras, la familia asegura sufrir "angustia emocional" y valora el monto a reclamarle al hospital en la demanda.

“Nuestros corazones están con la familia de Donnamay Brockbank y queremos expresar nuestras más sinceras condolencias por su pérdida —expresó la dirección del hospital St. Mark's en un comunicado—. Ante este trágico incidente, revisamos cuidadosamente la atención clínica que brindamos. Buscamos aprender de cada situación del paciente a medida que mejoramos continuamente la calidad y la seguridad de la atención del paciente en nuestro hospital".

De acuerdo con la revista médica BMJ, más de uno de cada diez pacientes sufren daños mientras reciben atención médica, y la mitad de esas lesiones se pueden prevenir. De estos errores médicos evitables, el 12% conduce a que el paciente quede incapacitado permanentemente o pierda la vida.