WASHINGTON.— El presidente Donald Trump continuó hoy, por octavo día consecutivo, sus ataques contra cuatro congresistas demócratas, acusándolas de ser “muy racistas” y de no ser “muy inteligentes”, manteniendo con vida una controversia que ha generado preocupación dentro de su propio partido.
Las cuatro congresistas, que llegaron a la Cámara de Representantes por primera vez en enero pasado tras los comicios legislativos de noviembre de 2018 y se hacen llamar “la cuadrilla” (“squad”, en inglés), han sido blanco de ataques del mandatario desde el pasado 13 de julio por sus comentarios en contra de las políticas de la Administración.
Según Trump, las cuatro congresistas son “un grupo de agitadoras muy racistas, que son jóvenes, inexpertas y no muy inteligentes”.
“Están empujando al Partido Demócrata, alguna vez grande, muy a la izquierda, y estuvieron en contra de la ayuda humanitaria en la frontera… y ahora están en contra de ICE y la Seguridad Nacional. Es muy malo para nuestro país!”, se quejó Trump.
El mandatario se refería a que las congresistas se opusieron al proyecto de ley que aprobó el Congreso con $4,590 millones en fondos de emergencia para atender la crisis migratoria en la frontera sur, incluyendo fondos de ayuda humanitaria para los centros de detención.
Las congresistas, algunas de las cuales han apoyado la abolición de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), querían más cláusulas para incrementar la supervisión de los agentes migratorios y condicionar el desembolso de fondos a más protecciones para los migrantes.
Durante una reunión hoy en el Despacho Oval con el primer ministro de Pakistán, Imran Khan, Trump continuó sus ataques alegando que las cuatro congresistas, del ala izquierdista de su partido, “son muy malas para nuestro país”.
“Verdaderamente pienso que deben odiar a nuestro país”, dijo Trump, repitiendo su rechazo contra quienes critican al país, pese a que la Primera Enmienda de la Constitución protege la libertad de expresión.
Los ataques de Trump contra las congresistas han sido tachados de “racistas” porque en varias ocasiones ha dicho que ellas, o cualquiera que no esté conforme en EEUU, pueden “regresarse” a sus países “infestados de crimen”.
El malestar se debe a la sugerencia de que los extranjeros que critican al gobierno, en particular los no europeos, "no pertenecen" en este país.
Solo que, salvo Ilhan Omar, una refugiada de origen somalí que obtuvo la ciudadanía estadounidense en 2000, las congresistas Alexandria Ocasio-Cortez, Ayanna Pressley, y Rashida Tlaib, nacieron en Estados Unidos.
Trump ha dicho que no tiene “un hueso de racismo” en su cuerpo y también se ha jactado de ser un “genio estable”.
Pero el mandatario ha sido objeto de burlas sobre su inteligencia y también ha sido acusado de mantener posturas “racistas” por sus detractores, entre académicos, economistas, historiadores y grupos cívicos.
Ahora, el mandatario parece lanzar esas mismas acusaciones contra las cuatro congresistas.
Uno de sus asesores políticos de mayor rango, Stephen Miller, dijo en un programa dominical de “Fox News” que, a su juicio, los demócratas están utilizando la etiqueta de “racista” para “tratar de silenciar y castigar y suprimir a personas con las que no están de acuerdo, expresiones con no quieren escuchar”.
Pero es, en todo caso, la misma acusación que afronta el mandatario.
El miércoles pasado, la oposición demócrata en la Cámara de Representantes aprobó una resolución no vinculante que condenó los ataques de Trump y obtuvo respaldo de cuatro legisladores republicanos.
Ese día, durante un mitin político en Greenville (Carolina del Norte), Trump centró sus ataques contra la congresista demócrata por Minesota, Ilhan Omar, la segunda congresista de fe musulmana. La multitud le respondió coreando “regrésala de vuelta” a su país, durante 13 segundos y sin que Trump los interrumpiera.
Al día siguiente, Trump trató de distanciarse de la consigna de sus partidarios, argumentando falsamente que intentó callarlos. El viernes pasado, Trump dio marcha atrás y salió a defender a sus partidarios, calificándolos como “patriotas increíbles”.
Consciente del malestar que han producido los ataques de Trump, su campaña de reelección anima ahora a sus aliados a que salgan a defenderlo y a destacar su patriotismo, en respuesta a la controversia actual.
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