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Irán arresta a 17 supuestos espías estadounidenses. Castigo: la horca

“Irán tiene un largo historial de mentiras”, responde el Gobierno de Trump. Le contamos por qué lo dice

Irán ha anunciado este lunes que ha detenido a 17 ciudadanos iraníes supuestamente reclutados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos para espiar a Teherán, y que algunos de ellos ya han sido condenados a muerte. 

Las detenciones tuvieron lugar en los últimos meses, según dijo en una conferencia de prensa en Teherán un funcionario iraní de inteligencia. Los detenidos trabajaban en “lugares sensibles” en instalaciones militares y nucleares.

El secretario de Estado de EE. UU., Mike Pompeo, no ha hecho de momento comentarios sobre el anuncio, aunque ha señalado que "el régimen iraní tiene una larga historia de mentiras", dijo en un entrevista con Fox News. "Es parte de la naturaleza del ayatolá mentirle al mundo", añadió. "Yo tomaría con cuidado cualquier aseveración iraní sobre las acciones que han tomado". 

El funcionario iraní no detalló cuántos de ellos habían sido condenados a muerte ni cuándo se dictaron las sentencias, pero sí especificó que los sentenciados a la pena capital fueron hallados culpables de "corrupción en la tierra", un cargo que la jurisprudencia islámica castiga generalmente con la horca. 

El agente no dio su nombre, aunque fue identificado como jefe del antiespionaje del Ministerio de Inteligencia de Irán. Esta forma de proceder es muy inusual en Irán, donde los funcionarios suelen identificarse en las conferencias de prensa. También es poco común que los agentes de inteligencia comparezcan ante los medios.

Este anuncio llega en un momento en el que se está desmoronando el acuerdo nuclear entre Irán y las potencias internacionales, y en medio de crecientes tensiones en el Golfo Pérsico. La crisis comenzó con la decisión del presidente Donald Trump de sacar a Estados Unidos del acuerdo con Irán e incrementar las sanciones sobre el país. 

El agente afirmó que ninguno de los 17, que supuestamente habían recibido “formación sofisticada”, había tenido éxito en sus misiones de sabotaje. Este supuesto espionaje incluía la recogida de información en los centros donde trabajaban, realizar actividades técnicas y de inteligencia y transferir e instalar dispositivos de monitoreo, señaló. 

El funcionario iraní dijo además que la CIA había prometido a los detenidos visas o empleos en Estados Unidos. Algunos de ellos, que, según el responsable de antiespionaje, "interactuaron con plena honestidad con la Inteligencia (iraní) y se aprobó su arrepentimiento", cambiaron de bando y ahora trabajan con su departamento “contra Estados Unidos”. 

También repartió un disco con una grabación en video de una supuesta espía extranjera que trabajaba para la CIA. El disco incluía también los nombres de varios empleados de embajadas estadounidenses en Turquía, India, Zimbabue y Austria, que según Irán estaban en contacto con los espías iraníes reclutados. 

Los 17 detenidos no estaban en contacto entre ellos sino que cada uno se comunicaba con un agente de la CIA. Todos ellos recopilaban "información clasificada" y habían sido entrenados por oficiales de la CIA sobre cómo establecer una comunicación segura desde el interior de Irán hacia el extranjero. 

Las herramientas de comunicación seguras y de espionaje fueron enviadas a su red en Irán incrustadas en el interior de piedras, que eran dejadas en la calle o en los parques, agregó el funcionario iraní. 

Las acusaciones de espionaje son comunes entre Teherán y Washington, que mantienen una relación al borde del conflicto desde que el año pasado EEUU decidiera retirarse de modo unilateral del acuerdo nuclear de 2015 y volver a imponer sanciones económicas a Irán. 

La tensión se ha extendido al golfo Pérsico, donde en los últimos meses se han producido varios ataques a barcos, el derribo de drones y la captura el pasado viernes por parte de Irán de un petrolero británico. 

En las últimas semanas, Estados Unidos ha culpado a Irán por una serie de incidentes en el Estrecho de Ormuz, un importante canal marítimo en el comercio de petróleo. Irán ha negado las acusaciones.

 

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