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Trump busca distanciarse de partidarios que corearon ataque contra congresista musulmana

Trump pasó varios días atacando a cuatro congresistas demócratas y ahora dice que "no está de acuerdo" con que sus partidarios continúen esos ataques

WASHINGTON.— El presidente Donald Trump buscó distanciarse hoy de partidarios que anoche pidieron la expulsión del país de una congresista demócrata somalí que él ha venido atacando desde el domingo pasado, causando discordia incluso dentro de su propio partido.

Anoche durante un mitin electoral en Greenville (Carolina del Norte), Trump volvió a arremeter contra la congresista demócrata de Minesota, Ilhan Omar, una de cuatro legisladoras a las que el mandatario ha pedido que se larguen del país si no están conformes.

Durante una pausa en sus ataques, la multitud comenzó a gritar “regrésala de vuelta” a su país, pese a que Omar, una musulmana de origen somalí, es naturalizada estadounidense.

Preguntado hoy por la prensa sobre el incidente, Trump dijo no estar “contento” con la actitud de sus partidarios, y afirmó que sí intentó frenar esa respuesta.

“Creo que lo intenté (frenar la consigna), empecé a hablar muy rápido… no estaba contento con eso, no estoy de acuerdo con eso", afirmó Trump.

Sin embargo, las imágenes de televisión muestran que Trump no sólo no mandó a callarlos sino que también hizo una pausa ante el creciente entusiasta coro de “traidora” y “regrésala de vuelta”.

Desde el domingo pasado, Trump ha atacado a congresistas de corte progresista que han sido muy críticas de sus políticas, en particular de su política migratoria.

Trump ha dicho que no tiene “un solo hueso” de racismo y ha explicado que quienes no estén contentos en este país son libres de irse a otra parte. Pero también ha dejado entrever que, a su juicio, quienes critican a EEUU no son lo suficientemente patrióticos.

Sus comentarios han creado mucho malestar entre legisladores y aliados republicanos, que los han condenado pero han evitado calificar a Trump como una persona “racista”.

El legislador republicano por Carolina del Norte, Mark Walker, estuvo en el mitin político anoche y expresó preocupación de que, de cara a los comicios generales de 2020, se vincule a su partido con actitudes xenófobas.

Walker sí insistió en que Omar ha mostrado, en palabras y acciones, desdén contra EEUU e Israel, pero aconsejó evitar frases hirientes contra las minorías. 

“No se nos puede definir por esto”, señaló hoy Walker, uno de varios republicanos que han advertido a la Casa Blanca evitar el derrotero “nativista”.

Condenas a cuentagotas

El exgobernador republicano de Massachusetts y aspirante presidencial en 2020, Bill Weld, se sumó hoy a líderes conservadores que, a cuentagotas, han denunciado los ataques de Trump contra Omar y otras tres congresistas minoritarias, en medio del debate sobre si los inmigrantes amenazan la identidad cultural de EEUU.

“Pregúntense si ese es el Partido de Lincoln y de (Ronald) Reagan al que nos afiliamos. Estamos en una lucha por el alma del Partido Republicano, y el silencio no es una opción”, dijo Weld en Twitter, puntualizando su mensaje con la etiqueta “EEUUMereceAlgoMejor”.

Las respuestas a su llamado fueron mixtas y, casi por partes iguales, unos elogiaron su “valentía” para enfrentarse a Trump, otros le recordaron que el “racismo” siempre ha estado latente en el partido, mientras otros cuestionaron su honestidad.

Weld es el único líder republicanos que ha declarado su candidatura para la nominación presidencial del Partido Republicano para los comicios generales de 2020, en claro desafío a Trump.

La retórica incendiaria de Trump contra cuatro congresistas demócratas, que estrenaron sus escaños en la Cámara de Representantes en enero pasado, ha creado una incómoda situación para los republicanos, preocupados de que la ola “nativista” que apoya a Trump pueda mancillar aun más la imagen del partido frente a los votantes de minorías e inmigrantes.

Salvo Omar, que nació en Somalia y obtuvo la ciudadanía estadounidense, las congresistas Alexandria Ocasio-Cortez, Ayanna Pressley, y Rashida Tlaib, nacieron en Estados Unidos.

Entre los conservadores que han salido a denunciar a Trump figuran los congresistas William Hurd, del distrito 23 de Texas y único republicano afroamericano en la Cámara Baja; Susan Brooks, de Indiana y quien se jubilará al cumplir su término; Brian Fitzpatrick, de Pensilvania, y Fred Upton, de Michigan.

Los cuatro votaron el martes pasado a favor de una resolución simbólica y no vinculante que condenó los ataques del mandatario.

El líder de la minoría republicana en la Cámara Baja, Kevin McCarthy, votó en contra de la resolución pero hoy dijo a los periodistas que comentarios como los expresados anoche en Carolina del Norte “no tienen cabida en nuestro partido o nuestro país”.

Hasta ahora ningún republicano ha querido calificar los comentarios de Trump como “racistas”, pese a que la mayoría de historiadores y demás expertos señalan que éstos son similares a los que otros políticos han usado en el pasado para denigrar a inmigrantes.

Rechazo a ataques tóxicos  

De hecho, una encuesta del Centro de Investigación Pew indicó recientemente que el 85% de los estadounidenses cree que el debate político se ha vuelto "negativo", con menos "sustancia" y menos enfoque en los asuntos apremiantes del país.

Otra encuesta de Pew señaló que el 62% de los estadounidenses sigue pensando que el mantener las puertas abiertas a inmigrantes de todo el mundo “es esencial” a la identidad del país. En esa encuesta, sin embargo, el 57% de los republicanos teme que demasiada apertura pondría en riesgo la identidad de la nación.

Mientras, una encuesta nacional de Reuters/Ipsos, divulgada tras los primeros ataques de Trump el domingo pasado, indicó que el apoyo hacia el mandatario entre los republicanos subió levemente, en cinco puntos porcentuales, a 72%, en comparación con una encuesta similar la semana pasada.

En cambio, Trump, que busca la reelección en 2020 apoyándose en sus logros -y aparentemente también con su incendiaria retórica contra los inmigrantes- ha perdido apoyo entre los demócratas y los independientes.

En general, su tasa de aprobación entre los votantes se mantuvo sin cambios respecto a la semana pasada: un 41% de los estadounidenses aprueba de su gestión presidencial, y un 55% la rechaza, según esa encuesta, realizada entre 1,113 adultos.

Y una encuesta del diario “USA Today” indicó que el 68% de los votantes estadounidenses cree que los mensajes de Trump contra las congresistas fueron “ofensivos”, un 59% los calificó de “anti-estadounidenses”, y un 65% cree que lo que dijo el mandatario es racista.

Entre los republicanos, el 45% también cree que sus comentarios fueron racistas, contra un 34% que opinó lo contrario.

De ahí que Trump y la Casa Blanca ahora intenten apaciguar la tormenta.

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