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Esta niña no pudo soportar que su padre fuera deportado. El hombre logró regresar. Fue demasiado tarde

“Como padre... todos tus sueños son para tus hijos”. Este migrante intentó regresar varias veces. Fracasó. Luego sucedió lo peor.

Heydi Gámez García, una menor hondureña de 13 años intentó suicidarse con un cable debido a una profunda depresión en la que se vio sumida luego de enterarse del arresto de su padre al cruzar la frontera, ha reportado el diario The New York Times.

La vida de esta adolescente no es muy distinta a la de centenares de centroamericanos que migraron a Estados Unidos huyendo de la violencia que les arrebató a sus seres queridos y la esperanza.

Gámez, quien fue abandonada por su madre cuando tenia tan solo dos meses, creció en un pueblo llamado El Progreso, en Honduras, una zona azotada por la violencia entre pandillas como la MS-13.

Las difíciles condiciones de la región llevaron a que Manuel Gámez, el padre, migrara a Estados Unidos en busca de un mejor futuro, dejando a la niña con sus padres.

En 2014, siendo tan solo una niña, Heydi Gámez vio morir a su abuelo en la calle luego de que éste fuera baleado por miembros de una pandilla. La tragedia forzó el regreso de Gámez a Honduras.

Un año después, la muerte de la abuela por complicaciones de salud hizo que el padre decidiera migrar con la niña a Estados Unidos.

Pero el calvario de la familia todavía no llegaba a su fin. Gámez tomó la decisión de enviar a la menor primero y quedarse en Honduras en caso de que la deportaran.

En septiembre de 2015, luego de pasar casi dos meses en centros de acojo de menores, la niña, de 9 años en ese entonces, pudo llegar a Nueva York, donde la recibieron unos familiares. Su tía, Zoila Gámez, quien también decidió dejar Honduras, logró reunirse con ella meses después.

El padre emprendió el camino de vuelta a Estados Unidos en 2016, luego de que a la menor le concedieran el asilo debido a las amenazas por parte de pandillas en contra de su familia.

A diferencia de la travesía en la que se había embarcado nueve años atrás, Gámez terminó detenido en McAllen, Texas.

Gámez le dijo a los agentes de inmigración que temía por su vida. Sin embargo, las autoridades le respondieron que su miedo no era creíble y lo deportaron en noviembre de 2016.

El migrante hondureño fue detenido una vez más en septiembre de 2017 cerca a Santa Teresa, Nuevo México. Fue deportado después de pasar 45 días bajo custodia.

Con cada intento fallido, la menor empezó a perder la esperanza de reunirse con su padre y a presentar síntomas de estrés emocional.

En junio de este año, Gámez fue arrestado por la Patrulla Fronteriza luego de entrar ilegalmente al país. Según los familiares de la menor, la noticia de la detención le causó gran impacto, al punto que perdió el apetito y no quisó salir de su habitación por varios días.

No obstante, la situación se tornó aun mas complicada el pasado 3 de julio, cuando trató de quitarse la vida. Fue una de sus tías, preocupada por su estado emocional, quien entró a la habitación para ofrecerle algo de comer y se encontró con la aterradora escena: la niña colgada de un cable.

Según los médicos, la menor estaba “neurológicamente devastada”. La adolescente ha sido declarada con muerte cerebral. Su padre, quien emprendió el viaje a Estados Unidos varias veces sin éxito, recibió el 13 de julio un permiso especial de 14 días para poder despedirse de su hija moribunda.

Cuando Gámez aterrizó en el aeropuerto de Newark desconocía el estado de la niña.

La delicada condición de salud ha llevado a Gámez a decidir que este jueves desconecten a la menor.

“Como padre no tienes esperanzas ni sueños para ti mismo, todos tus sueños son para tus hijos,” le ha dicho Gámez a The New York Times horas antes de darle el triste y definitivo adiós a su niña.

Una vez acabado el plazo, Gámez tendrá que volver al sitio de detención en Texas.  

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