Lilliana McDonald, una niña de dos años y su hermano Luke McDonald, de 10 meses viajaban dentro de una carriola que su padre empujaba sobre la avenida Lyell en el poblado de Gates, en el norte del estado de Nueva York.
Dirigiéndose al oeste sobre la calle Lyell iba Letoya R. Palmo en su Toyota Camry del año 2001 con sus tres hijos pequeños de entre uno y siete años.
De pronto, pareció como si el automóvil tipo sedán se fuese a estrellar contra un poste de aluminio en la esquina con la calle Rossmore, pero en el último instante éste logro girar, quedando de frente con la carriola roja y los dos niños que el señor McDonald empujaba.
El auto embistió a los niños y en el pánico del momento Palmo pisó el acelerador en vez del freno. Los arrastró unos 50 pies hasta un estacionamiento, la carriola quedó atorada en el motor, con los niños debajo del auto. El padre no resultó lastimado.
Cuando llegó la policía, Palmo les dijo que se había distraído para voltear a ver a sus dos niños que viajaban en la parte trasera sin el cinturón de seguridad y que luego, al chocar con los hijos de McDonald, había confundido los pedales.
Los niños fueron enviados a un hospital ese 8 de julio, fecha del accidente, y más de una semana después siguen en terapia intensiva. Los doctores creen que van a sobrevivir, pero temen que las lesiones los afecten de por vida, reportó la estación local de televisión Rochester.
El niño sufrió una fractura de cráneo, entre otros traumatismos, y la niña una fractura en la espina dorsal, pulmones perforados, entre otros órganos severamente dañados, reportó la policía.
En un principio, la policía compartió la versión de los hechos de Palmo con los medios: ella se había distraído al voltear para atender a sus hijos y cuando se dio cuenta no tuvo tiempo de reaccionar; agregó que los frenos no habían funcionado.
Más tarde los oficiales hicieron saber que el Toyota Camry no había sido verificado, lo cual ameritaba una sanción por sí mismo y en el caso en cuestión era un agravante.
Pero esta semana, el departamento de policía del poblado de Gates acusó a Palmo de haber mentido en su declaración.
“La noche del choque dijo que se había distraído al voltear sobre su asiento para lidiar con sus dos niños que no iban atados al asiento trasero. Policías han descubierto que estaba grabando un video de un anuncio de ‘se renta’ que estaba en la esquina de la avenida Lyell y la calle Rossmore”, escribieron en un comunicado.
En el recuento de los hechos añadieron que Palmo había pisado el acelerador y que luego no había sido capaz de frenar porque éstos no funcionaban.
Una amiga de Palmo, Krystin Blunt, dijo a la estación Rochester que su amiga no había parado de llorar desde entonces; que estaba llena de remordimiento y que no le deseaba a nadie, ni a su peor enemigo, lo que le había hecho sin querer a esos niños.
Palmo se encuentra en prisión con una fianza de 40.000 dólares y una audiencia en la corte para el próximo 22 de julio.