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La amenaza de la tormenta Barry para Nueva Orleans es triple: Mareas altas, intensas lluvias y desbordamientos de ríos

El caudal del río Mississippi podría subir hasta 19 pies, mientras que los diques tienen una altura de entre 20 y 25 pies, de ahí que la amenaza sea aguda

La amenaza de la tormenta Barry para Nueva Orleans es triple: Mareas altas, intensas lluvias y desbordamientos de los ríos si los diques no aguantan.

Y es que esta ciudad de Luisiana tiene al río Mississippi al sur, el Lago Pontchartrain al norte y los afluentes que desembocan en el Golfo de México al este.

La amenaza de Barry trae a muchos el recuerdo del desastre causado por el huracán Katrina hace más de una década en Nueva Orleáns, los diques del río Mississippi resistieron cuando los de otros sectores se desmoronaron.

Pero ahora que la tormenta tropical Barry vuelve a amenazar a la ciudad con feroces vientos y lluvias, las represas se pondrán a prueba, y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército está atento al nivel de las aguas, dijo su portavoz Ricky Boyett.

Si bien el Cuerpo de Ingenieros no cree que el río crecido llegue a inundar las calles, la amenaza de Barry es aguda: entre 10 y 15 pulgadas de lluvia de hoy hasta el domingo. Algunas zonas incluso recibirán 20 pulgadas.

Se espera que el río llegue a un máximo de 19 pies en Nueva Orleans, donde los diques protectores ascienden a entre 20 y 25 pies de altura, con lo que es un límite clave, manifestó Jeff Graschel, hidrólogo que trabaja para el Servicio Meteorológico Nacional.

Este sistema de protección se empezó a construir después del catastrófico huracán Katrina, cuyo paso en 2005 provocó más de 1.800 víctimas en Luisiana y otros estados. 

Entre otras recomendaciones, las autoridades locales han pedido a los residentes de Nueva Orleans que tengan al menos tres días de suministros a mano y que mantengan despejados los desagües pluviales de su vecindario para que el agua pueda moverse rápidamente.

El servicio también calcula que el agua no rebasará los diques, que no han sido rebasados en Nueva Orleáns desde la década de 1920. Pero las autoridades han advertido que un cambio en la intensidad o en la dirección de la tormenta podría afectar ese cálculo.

Para prepararse ante esa eventualidad, cuadrillas de obreros están reforzando los diques en por lo menos dos áreas, dijo Boyett. Para ello armaron barreras de metal en el Harvey Lock, una parte del dique cerca del Lower 9th Ward, el vecindario destrozado durante Katrina.

"Los trabajadores confían en la integridad de los diques”, dijo Boyett. "Es un material diseñado para resistir este tipo de presión”.

Alrededor de las 4.00 am CDT de este viernes, Barry se encontraba ya cerca de la costa, a unas 95 millas (155 km) al sur-oeste de la desembocadura del río Mississippi, con vientos de aproximadamente 50 millas por hora (65 kilómetros por hora), según el NHC.

Los habitantes de Nueva Orleans, que el pasado miércoles ya tuvieron una prueba de lo que podría venir al sufrir una inundación que afectó una amplia parte de la ciudad, están tomando medidas de precaución.

Algunos han estado trabajando para colocar costales de arena y así reforzar las barreras protectivas de la ciudad, otros han optado por evacuar hacia zonas más elevadas. 

Elementos de la Guardia Nacional y cuadrillas de rescate en vehículos anfibios se desplegaron en todo el estado ante la llegada de esta tormenta, que se prevé para este viernes por la noche o el sábado por la mañana. 

También se han preparado para un eventual despliegue unos helicópteros, así como suminstros que incluyen agua potable y mantas.

Barry podría llegar a tierra con vientos de unos 75 millas por hora (120 kilómetros por hora), apenas por encima del umbral de los 119 kph (74 millas) para clasificarse como un huracán de Categoría 1, señalaron los meteorólogos.

Fuertes lluvias y posibles inundaciones amenazerán la parte central de la costa del Golfo de México y la zona baja del valle del Mississipi hasta el principio de la semana que viene. Los habitantes de las zonas bajo alerta de huracán tendrían que acelerar los preparativos para estar listos antes de este viernes por la mañana, cuando se prevé que ya se produzcan condiciones de tormenta tropical, advierte.

Este jueves por la noche el presidente, Donald Trump, autorizó una declaración federal de estado de emergencia y pidió en Twitter a los ciudadanos afectados estar atentos a las indicaciones de las autoridades. 

Un día antes, el gobernador de Lusiana, John Bel Edwards, ya había hecho lo mismo. “Nadie debería tomar esta tormenta a la ligera”, afirmó al declarar el estado de emergencia. "Hay tres maneras en las que Luisiana puede inundarse: oleadas por la tormenta, un nivel de los ríos alto y lluvia", agregó. "Vamos a tener las tres".

El que amenaza con ser el primer huracán de la temporada podría barrer con fuertes lluvias la costa estadounidense entre Texas y Florida. Barry ganó fuerza gracias a las aguas inusualmente cálidas del golfo.

La primera tormenta del año fue Andrea, que se formó en mayo, antes del inicio oficial de la temporada (el 1 de junio), al sur de las islas Bermudas, y se dirigió hacia el este, lejos de la costa, para disolverse con rapidez.

Es habitual que, en las primeras semanas de julio, las tormentas se centren en esta área, indica el experto Marshal Shepherd citando los datos registrados entre 1851 y 2015. Con el agua por encima del umbral de los 80 grados Fahrenheit, y las condiciones de viento óptimas, Barry tiene todo a su favor.

Estas tormentas suelen arrastrar más lluvias que viento, según el meteorólogo Michael Lowry, lo que puede reducir la importancia que medios de comunicación y ciudadanos les otorgan pese a recientes ejemplos con inundaciones catastróficas: la categoría de un huracán no siempre es indicativo de su peligro.

El NHC también prevé la posibilidad de tornados en el sur de Luisiana, la zona sur del Mississippi y la costa de Alabama.