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Guatemala no reúne condiciones para ser un “tercer país seguro”, advierten expertos

EEUU presiona a los países del "Triángulo del Norte" a que hagan más para frenar la emigración ilegal de Centroamérica

WASHINGTON— Aunque el gobierno de Guatemala negocia con Estados Unidos para convertirse en un “tercer país seguro” para solicitantes de asilo, la idea no sólo es absurda sino que sería un peligro para quienes huyen de la violencia en Centroamérica, aseguraron hoy expertos.

El mes pasado, el ministro de Gobernación de Guatemala, Enrique Degenhart, confirmó que su país ha iniciado negociaciones con la Administración Trump para un posible acuerdo que lo haga un “tercer país seguro” para solicitantes de asilo, en el marco del acuerdo suscrito entre EEUU y México el pasado 7 de junio para frenar la emigración ilegal desde Centroamérica.

 El secretario interino de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan, tiene previsto reunirse pronto con autoridades de Guatemala para repasar los avances.  

De concretarse un acuerdo vinculante, Guatemala tendría la obligación legal de procesar las solicitudes de asilo de migrantes que entren primero por su territorio aunque su destino final sea otro.

El acuerdo afectaría no solo a los hondureños o salvadoreños sino también a cualquier migrante que utilice Centroamérica y México como “puente” hacia Estados Unidos, como ha sido el caso en los últimos meses con inmigrantes africanos y asiáticos.

Pero Guatemala, que aún sufre las secuelas de una prolongada guerra civil entre 1960 y 1996, que dejó 140,000 muertos, forma parte del “Triángulo del Norte” junto con Honduras y El Salvador y tiene, además, uno de los índices de homicidios más altos de la región.

Durante un foro del Diálogo Interamericano, varios expertos de EEUU y Guatemala coincidieron en que la idea de que Guatemala pueda acoger a los migrantes en busca de asilo es tan absurda como “peligrosa”, porque aumentará la inseguridad y las violaciones de los derechos humanos en ese país.

“Creo que nada cualifica a Guatemala para ser un ´tercer país seguro´ para solicitantes de asilo. Eso solo va a provocar miles de violaciones a los derechos humanos, más pobreza y más inestabilidad, es algo muy peligroso y será muy dañino para Guatemala”, advirtió Martín Rodríguez Pellecer, director y principal ejecutivo de la empresa de análisis político "Nómada".

Por su parte, Sadaf Khan, directora de personal del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes y especialista en asuntos del Hemisferio Occidental, señaló que Guatemala registra una de las cifras más altas de personas que huyen del “Triángulo del Norte”.

“Es una decisión equivocada, y creo que es importante que Guatemala preste mucha atención a lo que está saliendo del Congreso” porque la Administración Trump se comporta de forma errática y no está ofreciéndole ayuda para manejar el flujo de inmigrantes, dijo Khan.

La experta se refirió al reciente anuncio de la Administración Trump de suprimir ciertos fondos para los países del “Triángulo del Norte” a menos que frenen el éxodo de migrantes.

A su juicio, la crisis migratoria requiere una respuesta “integral” que promueva la estabilidad y prosperidad mediante oportunidades de empleo porque, de lo contrario, el problema sólo se movería de uno a otro país.

“En mis propias conversaciones con empresas estadounidenses e internacionales y con cámaras de comercio, han dicho que hasta que no vean seguridad, confiabilidad, transparencia y respeto al imperio de la ley, no van a invertir en estos países, porque no tienen fe en lo que pueda ocurrir con el sistema legal”, precisó Khan.

Brittany Benowitz, abogada del Centro para los Derechos Humanos, de la Asociación de Abogados Estadounidenses (ABA), dijo que en los últimos tres años ha habido un “genocidio” en Guatemala, donde los acuerdos de paz difícilmente se han implementado.

“Cuando tienes unas reñidas elecciones, cuando hay gente que se siente marginada, cuando tienes (un país con) un historial de atrocidades masivas, estás viendo situaciones que pueden desencadenar atrocidades en el futuro… veo todo esto como una receta para una espiral descendiente muy muy peligrosa”, argumentó Benowitz.

Pero Hugo Maul, director general de la Facultad de Gobierno de Guatemala, dijo que si México puede ser un “tercer país seguro” – como quiere la Administración Trump- entonces Guatemala también podría serlo.

“Estoy de acuerdo con todos en que Guatemala no ofrece nada a los migrantes que puedan llegar en busca de asilo”, agregó Maul, tras recomendar una mejor canalización de los fondos para la llamada “Alianza para la Prosperidad”.

México ha dejado en claro que no aceptará ser un “tercer país seguro”, si bien, para evitar la imposición de aranceles a sus exportaciones a EEUU, cedió a las presiones de la Administración Trump para incrementar la vigilancia fronteriza y la represión de migrantes en su frontera sur.

Los expertos hicieron las declaraciones en el marco de un foro sobre las condiciones sociales, políticas y económicas sobre el terreno en Guatemala, que se prepara para una segunda vuelta para elegir al próximo presidente el próximo 11 de agosto.

Bajo la Convención sobre el Estatuto de Refugiados de 1951, un país puede negarse a brindar asilo a una persona -como lo está haciendo Estados Unidos con los migrantes en su frontera sur- y remitirla a un “tercer país seguro”.  Ese país, según la Convención, tiene que brindales protecciones básicas, estatus legal, permiso de trabajo y servicios sociales básicos.

Aunque los niveles de violencia han bajado sustancialmente en el istmo centroamericnaos, datos de 2017 muestran que Guatemala y los demás países del “Triángulo del Norte” siguen afectados por altas tasas de homicidios. En 2017, las tasas de homicidio por cada 100,000 habitantes fueron de 26.1 en Guatemala, 61.8 en El Salvador, y 41.7 en Honduras, según un mapa interactivo de Naciones Unidas.

Eric Schwartz, presidente del grupo humanitario “Refugees Internacional, dijo hoy en un blog difundido por Naciones Unidas que es “terrible” la idea de la Casa Blanca de presionar a Guatemala a procesar a los solicitantes de asilo debido a la inseguridad, además de que EEUU estaría violando sus propias leyes.

Guatemala tiene poca experiencia con solicitantes de asilo y menor capacidad para ofrecerles un procedimiento “pleno y justo”, como exige el “Acta de Inmigración y Nacionalidad” de EEUU respecto a acuerdos sobre “tercer país seguro”, explicó Schwartz, encargo de asuntos migratorios en el Departamento de Estado bajo la Administración Obama.

Schwartz ha pedido a la Administración que suspenda las negociaciones, al señalar que el acuerdo violaría también convenios internacionales, y los migrantes correrían peligro mortal.

Los expertos subrayan que Guatemala no tiene capacidad para absorber a una ola de migrantes en la región -en su mayoría pobres- cuando ni siquiera tiene las condiciones para propiciar oportunidades de empleo a sus propios habitantes.

En declaraciones a Noticias Telemundo, el presidente del Diálogo Interamericano, Michael Shifter, señaló que, para que la idea tuviese alguna posibilidad de éxito, está claro que Estados Unidos tendría que arrimar más recursos para Guatemala.

 “No está claro cómo va a funcionar esto, y si va a funcionar va a obligar a EEUU a cooperar con Guatemala con muchos recursos para manejar este programa, pero realmente pone a Guatemala en una posición muy difícil: está haciendo (sirviendo) a los intereses de EEUU, y dudo mucho que es algo que quiera Guatemala, como tampoco lo quiere México”, afirmó Shifter.

El próximo presidente de Guatemala, ya sea Sandra Torres o Alejandro Giammatel, heredará un país convulsionado por la pobreza y la violencia, y obligaciones adicionales con los migrantes centroamericanos si finalmente suscribe un acuerdo con Washington para ser “tercer país seguro”.

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