En la primera mitad del año, casi 20.000 solicitantes de asilo han sido regresados a un puñado de ciudades fronterizas en México para que esperen por su cita con una corte de inmigración estadounidense.
Este martes, llegó el primer grupo de solicitantes de asilo a la ciudad de Nuevo Laredo, en el estado de Tamaulipas, que se suma a Tijuana y Mexicali, en Baja California, y Ciudad Juárez, en Chihuahua, como centro de acogida de los migrantes.
Los 10 migrantes que habían llegado el lunes a Estados Unidos pidiendo protección, ahora tendrán que esperar su cita en una de las ciudades más peligrosas de México, conocida como bastión del Cártel del Golfo y sus sanguinarios sicarios, los Zetas y ahora dominada por el Cártel del Noreste.
Lucía Ascencio, originaria de Venezuela, había esperado tres meses junto con su esposo y dos hijos pequeños en Nuevo Laredo para obtener una entrevista de miedo creíble con un oficial de migración estadounidense en el vecino Laredo, reportó la agencia de noticias The Associtaed Press.
Sin embargo, se sorprendió al regresar a México, cargando sus pertenencias en una mochila colgada sobre sus hombros y una bolsa de plástico con un refresco de naranja, una botella de agua y sus papeles en la otra mano.
“No habíamos pensado que nos iban a enviar de vuelta”, dijo a la agencia citada. Ahora, tendrán que presentarse en septiembre en una corte estadounidense.
Bajo los protocolos de protección a los migrantes, las autoridades estadounidenses, en acuerdo con las mexicanas, pueden regresar a México a algunos individuos que entraron “de manera ilegal o sin la documentación adecuada”, según dijeron las autoridades cuando presentaron el programa a principios de año.
Desde entonces, 18.503 migrantes han sido devueltos a México, la mayoría de Centroamérica.
El 8 de abril una corte estadounidense suspendió el programa temporalmente, cuando sólo habían regresado a poco más de 1.300 migrantes, pero una semana después, con el visto bueno de las cortes, el programa continuó con más intensidad.
La ciudad de Tijuana era la única que había recibido a los solicitantes de asilo en un inicio.
Pero esto cambió con las negociaciones del Gobierno de Donald Trump con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para reducir el flujo migratorio, bajo la amenaza de imponer aranceles a todos los productos mexicanos.
Desde el acuerdo del 7 de junio, México aceptó acoger a los migrantes en más ciudades fronterizas, incluido Nuevo Laredo, en donde las autoridades estadounidenses aconsejan a sus ciudadanos no viajar debido al alto índice de secuestros, robos y homicidios.
Tamaulipas, además de ser conocido por la presencia de los cárteles de la droga, también es el estado en cuya frontera con Texas la Patrulla Fronteriza detiene a más inmigrantes, según The Associated Press.
A lo largo de la frontera mexicana los refugios para migrantes se encuentran a su máxima capacidad.
Como Ascencio, los inmigrantes que desean obtener asilo deben esperar durante meses para tener una oportunidad de presentar su caso. En las ciudades que participan en el programa permanecer en México, parte de los protocolos de protección al migrante, las afectaciones son mayores, pues los procesos de asilo pueden tomar más de un año.
En el refugio para migrantes de la Casa AMAR en Nuevo Laredo, el director, Aaron Méndez, le dijo a The Associated Press que no tenían recursos para enfrentar la "crisis humanitaria" en la frontera.
"Si pudieran tener 50 refugios aquí en la ciudad, no sería suficiente", dijo Méndez. Las autoridades originalmente habían dicho que entre 150 y 200 migrantes podían ser devueltos a Nuevo Laredo diariamente.
El lunes, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, dijo que 327 inmigrantes que esperaban audiencias de asilo en Estados Unidos habían encontrado trabajo en el norte de México y que las empresas habían ofrecido 3.700 puestos.
El gobierno federal se comprometió a ayudar a las ciudades fronterizas a acomodar a los migrantes, pero los detalles han sido pocos y los albergues locales se quejan de que el nuevo gobierno de López Obrador ha recortado los fondos para apoyarlos.
Ebrard dijo que habían organizado 16 refugios para proporcionar lugares para que se queden los migrantes, pero eso sólo cubriría una fracción de la necesidad.
Varias organizaciones de derechos civiles en Estados Unidos han demandado al gobierno por los protocolos de protección. Muchos migrantes dicen que temen que quedarse en algunas ciudades fronterizas de México pueda poner en peligro su seguridad personal.
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