El Jeep gris cruzó la calle el pasado miércoles sin detenerse ante la señal de stop en una intersección al sur de Detroit (Michigan). En perpendicular, un auto rojo que avanzaba a gran velocidad colisionó contra el SUV. Ambos carros sufrieron fuertes daños, aunque sus conductores sólo resultaron heridos leves.
Del auto gris salió un hombre, que se dirigió a la carrera hacia el otro carro. “Sólo repetía, ‘ha golpeado a un policía, ha golpeado a un policía”, explica María Martínez, la madre de Carlos, que era quien manejaba el auto rojo. “En ningún momento preguntó, ‘¿cómo está, cómo se encuentra?”, añadió, “no, sólo le esposaron como a un criminal”.
Carlos “le dijo, llama a mis padres, llama a mi madre”, explica la mujer, pero el policía, según su relato, le respondió, “tienes 27 años, eres lo suficientemente mayor, no necesitas a tus padres, y además, ahora no tienes ningún derecho”.
El hombre es ciudadano estadounidense, según su madre, y no tiene antecedentes: “No es un criminal no ha estado nunca en pandillas”, explicó a la emisora Fox2, “no se trata así a la gente, somos seres humanos”.
La policía estatal de Michigan, para quien trabaja el agente (no se ha difundido su identidad), ha evitado hacer declaraciones sobre lo ocurrido alegando que está bajo investigación.
Pero un testigo explicó: “El auto gris tuvo la culpa, no se detuvo”. “Desafortunadamente, era policía, pero tuvo la culpa”. Por suerte para Martínez, el incidente quedó registrado en una grabación de seguridad doméstica.