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Se prepara la primera tormenta tropical peligrosa para la costa de Estados Unidos

Comienza la temporada de huracanes con Barry, una tormenta que tiene el 80% de probabilidad de golpear la costa desde Texas hasta Florida.

El Centro Nacional de Huracanes ha elevado al 90% la posibilidad de que en las próximas 48 horas se forme una depresión tropical en el golfo de México, que podría convertirse en el primer huracán de la temporada y barrer con fuertes lluvias la costa estadounidense entre Texas y Florida.

La primera tormenta del año fue Andreaa finales de mayo, que se formó en mayo, antes del inicio oficial de la temporada (el 1 de junio), al sur de las islas Bermudas, y se dirigió hacia el este, lejos de la costa, para disolverse con rapidez.

Esta segunda tormenta, que podría formarse justo antes del fin de semana, se llamaría Barry, y podría arrastrar vientos huracanados en Luisiana, Texas y Mississippi, y dejar fuertes lluvias entre Texas y Florida.

El área de bajas presiones está localizada este miércoles en el noreste del golfo de México, a unas 100 millas al suroeste de Apalachicola (Florida), y ya está provocando lluvias y tormentas en esa área mientras se dirige hacia el oeste. En su camino, gana fuerza gracias a las aguas inusualmente cálidas del golfo.

Es habitual que, en las primeras semanas de julio, las tormentas se centren en esta área, indica el experto Marshal Shepherd citando los datos registrados entre 1851 y 2015. Con el agua por encima del umbral de los 80 grados Fahrenheit, y las condiciones de viento óptimas, Barry tiene todo a su favor.

Estas tormentas suelen arrastrar más lluvias que viento, según el meteorólogo Michael Lowry, lo que puede reducir la importancia que medios de comunicación y ciudadanos les otorgan pese a recientes ejemplos con inundaciones catastróficas: la categoría de un huracán no siempre es indicativo de su peligro.

El Servicio Meteorológico Nacionl ya ha advertido de que la tormenta podría provocar crecidas en el río Mississippi de hasta 19 pies, generando inundaciones a su paso por Nueva Orleans. El río ya está rebosando, y la ciudad sólo está protegida para crecidas de hasta 20 pies, por lo que los resultados podrían ser catastróficos.

Nueva Orleans se encuentra además ahora bajo alerta por fuertes tornados.