Por todo el país las chispas de colores iluminaron la noche de este jueves con sus característicos patrones circulares y otros más extravagantes, marcando para muchos una velada cargada de magia y buenos recuerdos con sus seres queridos.
Para estas familias, sin embargo, al despertar el viernes, la pesadilla no había desaparecido. “El 4 de julio nunca será el mismo”, dijo al diario de Florida The Sun Sentinel Angie Williams, vecina que atestiguó el momento en que un fuego artificial dramáticamente arrebató una vida.
“El 4 de julio nunca será el mismo en esta calle”, agregó Williams.
Tavares Hamilton estaba disfrutando de las festividades por el Día de la Independencia, incluido lo que muchos consideran el máximo atractivo de este día de asueto tan especial: un viejo y buen juego pirotécnico.
Alrededor de las 10:00 pm, hora local, frente al complejo habitacional de la cuadra 2.800 en la North West Fifth Street, en Pompano Beach, Florida, el hombre de 31 años se dispuso a hacer los honores para culminar el día de celebraciones con el brillante estallido de colores.
Hamilton colocó el mortero de tres pulgadas dentro del tubo de plástico PVC en el suelo, pero antes de que pudiera retirarse algo salió mal y el paquete repleto de pólvora estalló.
“Es un gran tipo, a punto de casarse”, dijo su hermano, Calvin Hamilton. “Simplemente es trágico para la familia ahora. Es inesperado que haya sucedido esto por los juegos pirotécnicos”.
Una vecina que estaba observando la pirotecnia desde lejos de pronto oyó gritos que anunciaban la llegada de una ambulancia. Cuando cruzó la cuadra se encontró a Hamilton en el sueño, la frente abierta y la cara empapada en sangre, reportó The Sun Sentinel.
Pero a la inversa de lo que indica su nombre, la pirotecnia no se trata de ningún juego. “Los fuegos artificiales no son algo con lo que se juegue”, dijo Michael Kane, jefe de bomberos del condado de Broward, Florida, al medio citado.
“Son bombas. Están jugando con bombas, en verdad lo están haciendo”, añadió Kane.
Ese mismo día, otro hombre murió en Fort Lauderdale, en el condado de Broward. Tenía 32 años y estaba preparando el espectáculo de fuegos artificiales para su familia, cuando una vela romana explotó, cercenándole la mano. El hombre murió en el Centro Médico de Broward.
En otro accidente en Pompano Beach, un chico de 15 años perdió dos dedos al encender una vela romana de 24 pulgadas.